Se portaba mal

3827 Words
Se portaba mal, muy mal, Tapaba la herida para ir al trabajo, Y si una amiga pregunta, dice: Por la escalera caí hasta abajo. Me dijo: todo esto quizá lo merezco, Seguro mañana despierto y el tipo me dice lo siento. (Se portaba mal) Kany García y Mon Laferte Ada sintió como alguien tiró de su brazo haciéndola reaccionar. —¿Qué ocurrió?— era su padre y no parecía feliz en absoluto. Ada tembló mientras veía a Ramses desangrarse frente a ella. Su padre la agitó llamando su atención de vuelta. —¿¡Qué hiciste Ada!?— gritó de vuelta pero Ada tenía la lengua seca y las palabras se pelearon por salir de su boca provocando una contingencia de incongruencias. —No… no lo se— se las arregló para decir— un auto vino y… y lo atropelló— lo dijo como si por primera vez se diera cuenta de lo que había sucedido realmente. Ada finalmente volvió la atención a su padre cuando la presión que tenía sobre su brazo se volvió demasiada. Derek Walk abrió la boca para decir algo pero alguien mas lo interrumpió. —Señor ¿debo llamar a una ambulancia?. Una extraña sensación invadió a Ada al escuchar la voz de Mason tras ella. Derek Walk apenas lo miró como hacía con cualquier otra persona del servició pero le dijo. —No, de ninguna manera, que lo lleven al hospital de la forma mas discreta posible, no debemos importunar a nuestros invitados.— Mason asintió y no miró a Ada cuando le hizo un gesto de respeto a Derek Walk antes de retirarse. Su padre entonces volvió a mirar a Ada que no podía despegar la mirada del hombre en el suelo.— Y tu te vas a quedar aquí hasta que esto se resuelva. Entra a la casa ahora— le ordenó. En otra circunstancia quizá Ada hubiese discutido pero en ese momento no pudo hacer mas que mirar estática al hombre que se desangraba en el suelo. Derek Walk tiró de ella obligándola a reaccionar y ella finalmente se obligó a alejarse del lugar del accidente. Afortunadamente no parecía haber nadie a su alrededor. Sus piernas temblaban mientras entraba a la casa. Se detuvo a los pies de la escalera y se dejó caer en un escalón. De pronto unos zapatos de piel negros se detuvieron frente a ella. Ada levantó el rostro de entre sus manos al ver a Dante, su hermano frente a ella. —Dante— dijo ella a modo de reconocimiento— me sentía algo mareada así que yo… —Lo vi— la interrumpió y Ada se ahogó con su propia saliva. —¿Qué dices? —Vi como te perseguía y cuando te apuntó con el arma. Una extraña sensación de vergüenza invadió a Ada al saber que Dante había visto, aunque no sabía hasta donde los había observado. Le sorprendió sentir vergüenza cuando ella no había hecho nada malo pero ni siquiera pudo mirar a Dante a los ojos en ese momento. Prefirió alejar la conversación a algo que no era ella. —¿Viste a la mujer que lo atropelló?— preguntó ella y realmente quería saber la respuesta. Dante pareció pensarlo un momento antes de responder. —La vi pero desde la distancia fue muy difícil distinguir de quien se trataba, pensaba que tu lo sabías. Ada negó con la cabeza. —El auto estaba polarizado, no pude ver al interior. —¿Dices que era una mujer? Ada asintió. —Pude ver las placas, podría investigarlo por ti. Ada se sorprendió por su ofrecimiento, Dante era el mas fiel a su padre de todos sus hermanos, Caín lo llamaba el perro de Derek Walk por que hacia todo lo que él le ordenaba, Ada no dudaba que Dante mataría a personas inocentes si Derek Walk se lo ordenaba. ¿Pero quería ayudarla? Dante empezó a buscar en el interior de su saco y extrajo algo que sorprendió a Ada. Una pistola de corto alcance pero fácil de manejar y muy certera. Se la ofreció. Ada la tomó con inseguridad. —Desde el día en que te casaste me he preguntado por que una mujer con tu carácter ha aceptado casarse con una basura como Ramses, pero también se que eres la Walk más prudente y capaz de todos así que tus razones tendrás. Solo vine para recordarte que nuestra familia es experta en esconder cuerpos. Si… necesitas deshacerte de un cuerpo solo tienes que llamarme, me encargaré por ti. Dante se dió vuelta dejando a Ada atrás. —Dante— lo llamó— ¿por qué me ayudas?— preguntó y la duda era honesta, sin juicios. Todos habían hecho lo necesario para sobrevivir así que Ada no lo juzgaba por sus acciones pero esto era una acción que iba directamente en contra de los deseos de su padre. —Eres de las pocas personas que fueron amables conmigo cuando llegue a esta casa, no tengo nada contra ti. Así que tómalo como un favor que me cobrare en el futuro o algo parecido.— dijo Dante con desinterés como si realmente no fuese a cobrarle nada.— toma tú la decisión Ada. Lo que decidas te ayudaré a encubrirlo, de todas maneras no hay nada que puedas hacer que supere lo que yo he hecho. Ada miró en silencio el arma ofrecida y la apretó con fuerza entre sus manos. Finalmente la guardó en su bolso. Dante que parecía haberla estado mirando a travez del reflejo de la ventana pareció extrañamente satisfecho con su decisión y finalmente se fue dejándola sola. Ada se obligó a subir a su antigua habitación en esa casa del infierno. Entró al cuarto y dejó la bolsa en la cama. No pudo evitar mirarla siendo consciente del arma en su interior. Entonces la puerta se abrió tras ella. Se giró y se encontró con un cuerpo grande y fuerte que la sostuvo tan pronto como la alcanzó. —Lo siento— exclamó sosteniéndola con tanta fuerza que Ada sintió que perdía un poco el aliento.— te deje sola, debí estar ahí… debí estar contigo. Ada no pudo soportarlo mas, las lagrimas salieron como cascadas fugases una tras otra ahogándola, escondió el rostro en el pecho de Mason mientras este la apretaba con mas fuerza, pero ella no le importó, solo quería fundirse con su cuerpo, perderse para siempre en él. —Mason, él…— las palabras se cortaron en su garganta. Era la segunda vez que Ramses intentaba violarla estando borracho. Sintió el cuerpo de Mason tensarse como si pudiera leer sus pensamientos sin que ella los expresara en voz alta. —Ada terminemos con esto. Iré al hospital ahora mismo y lo despedazare, puedo conseguir a alguien que haga que fallen en la operación cuando entré a quirófano. Ada negó con la cabeza contra su pecho. Mason sintió el movimiento y se alejó para mirarla. —Ada no puedes seguir así. Ella sonrió con dolor. —Estoy bien, Ramses… Ramses es mi seguro, en el momento en el que lo pierda perderé también a mi hijo. En el momento en que encuentre a mi hijo podrás deshacerte de él. Ada recordó la llamada con la detective que Ramses interrumpió. Tenía que encontrar la manera de comunicarse con ella. Ada se sobresaltó cuando un sonido de algo quebrándose sonó en la habitación, vió la lampara de noche destrozada en el suelo y el buró volcado a mitad de la habitación. —Mason— intentó decir al ver el desastre. Mason se quedó en silenció mirando a la nada. Sus ojos detonaban una ira enfermiza. Ada dudó en acercarse a él pero se obligó a dar un par de pasos. —Mason— intentó de nuevo llamar su atención extendiendo una mano hacía él, pero un momento antes de tocarlo Mason se giró hacía ella hecho una bomba de ira. Ada dió un paso hacía atrás con temor. —Estoy cansado Ada, estoy cansado de ver como te destruye mientras yo estoy obligado a ser un maldito espectador. ¡El está matándote y yo no puedo hacer otra cosa mas que mirar! ¿Sabes la mierda que es eso, Ada? ¡¿Lo sabes?!— Mason agitó los brazos para mostrar su desesperación. En ese momento Ada hizo un movimiento reflejo y se cubrió el rostro con miedo. Mason se quedó estático al ver su acción. Ella no se dió cuenta de su acción de protección aprendida hasta que vió la expresión en el rostro de Mason. Mason bajó los brazos lentamente. Ella bajó los brazos con los que se protegía también al darse cuenta de su acto reflejo. —Yo…— ella no supo que mas decir. Mason lucía devastado, toda la ira parecía haberse esfumado. —Lo siento— dijo de pronto— no quise asustarte, yo… me arrancaría las extremidades antes de ponerte una mano encima. Él dio un paso hacía ella y Ada no dió señales de tenerle miedo. Mason pudo una mano suave sobre el rostro de ella. —Mis manos solo estarán sobre tu cuerpo para acariciarte.— dijo y sus dedos rasposos y cálidos bajaron hasta su cuello expuesto. La expresión de devastación y autodesprecio no se fue del rostro de Mason. Ada puso una mano sobre la que Mason tenía en ella. —Lo se, yo… creo que he desarrollado algunos instintos de protección desde que me case con Ramses. Se que no me harías daño— a Ada le sorprendieron sus propias palabras. ¿Realmente confiaba tanto en él? Eso era peligroso pero no pudo evitarlo. Mason llegó a su vida cuando mas lo necesitaba y ahora no podía imaginarse lejos de él. Mason se inclinó hacia ella y unió sus labios suavemente. —Si vuelvo a gritarte disparame, no soy quien para hablarte de esa manera. Los ojos de Ada se llenaron de lagrimas de nuevo. Realmente no estaba acostumbrada a llorar frente a nadie pero era masilla frágil en las manos de Mason. Ella volvió a recostarse en su pecho, fue reconfortante el calor que desprendió hacia ella. —Solo dame un poco mas de tiempo, no dejare impune a nadie que se haya atrevido a lastimar a los míos, tengo una excelente memoria y mucha paciencia, nadie saldrá bien librado y eso incluye a Ramses… y a mi padre. Ada no pudo evitar recordar el momento en que Derek Walk le ordenó a Mason hacerse cargo del accidente con naturalidad como si no fuese la primera vez que le deja tareas como esas. ¿Qué relación tenían Mason y su padre? Ada tuvo miedo de preguntar y que no le gustara la respuesta pero tarde o temprano lo descubriría. Sintió los labios de mason en su cuello, eran besos cálidos y lentos, no estaba tratando de evitarla era su manera de decirle que estaba ahí para ella. Que mataría por ella. Ada se abrazó a su cuello y se dejó acariciar. Mason la recostó suavemente en la cama. —Descanse, señora Walk. Yo velaré su sueño— le dijo Mason mientras recorría su cuello y acariciaba y cabello. Ada no pudo evitar arrullarse con sus caricias. Quería quedarse con Mason así para siempre pero el infierno los esperaba tras la puerta de cerrada de su habitación. Pero mientras los labios de Mason succionaban su piel dejó que por ese día todo se fuese al demonio, la mierda de Ramses, su padre, todo podía irse al infierno. Sintió la mano de Mason subir por su muslo raspando suavemente su piel. Sus labios se mudaron de su cuello a su escote. Ella no pudo evitar suspirar mientras lo hacía. En ese momento escucharon el sonido de la puerta siendo tocada. Ada se cubrió rápidamente y Mason se apresuró a salir de la cama. Sus ojos se encontraron mientras intentaban encontrar una solución. Mason no era un hombre fácil de esconder. —Ada— dijo una voz masculina al otro lado y Ada reconoció la voz de Azael. Ella suspiró un poco aliviada de que no fuera su padre. Se acomodó el vestido y se apresuró a la puerta. Azael al otro lado lucía incomodo y miraba al suelo antes de que por fin notara que Ada ya había abierto al puerta. Esa actitud despistada era sumamente rara en él. —¿Azael? ¿Qué ocurre? Azael iba a hablar pero entonces miró mas detenidamente a su hermana y luego al interior de la habitación. Reconoció al guardaespaldas que siempre la acompañaba. Miró entra Ada y su chofer un momento antes de finalmente mirar a Ada de nuevo. —Necesito tu ayuda— dijo y Ada supo que Azael lo iba a dejar pasar y que no diría nada al respecto. Ella se relajó internamente. —¿Qué ocurre? —Bueno… Ada miró en silenció a la chica en la cama inconsciente. —¿Qué le ocurrió? Azael negó con la cabeza. —No lo se, se puso mal mientras bailábamos. Tal vez tomó algo o alguien le dió algo, no lo se. Puedes ayudarla. Ada asintió. Revisó sus signos vitales y luego cambio su poción para que no fuese a ahogarse durante la noche, finalmente la rehidrató y trató de limpiarla lo mejor que pudo con un suero, todo salió bien considerando las malas condiciones para hacerlo. Azael revoloteó todo el tiempo en la habitación con preocupación. Nunca. Ada jamas había visto a Azael preocupado por alguien mas así, nunca, casi quiso tener una cámara a la mano y guardarlo para la posteridad. —Ella estará bien— le dijo Ada cuando era ya de madrugada. Azael asintió. —Gracias. Ada le sonrió en respuesta. Ella se dirigió a la puerta pero la voz de Azael la detuvo. —Ada… sobre lo que vi en tu habitación, yo…— Ada no pudo evitar tensarse ante el tema de conversación, Azael también parecían incomodó de hablar del tema— solo quiero que seas feliz, así que has lo que prefieras. Si Ramses no cumple como esposo tienes derecho a buscar tu felicidad en otro lado. Ada se giró hacía Azael ante sus palabras. Azael era el que mas la había cuidado de sus hermanos, la protegía incluso a costa de su propia seguridad. Por eso mismo Ada temía que Azael se enterara de lo que estaba sucediendo con Ramses, por que Azael no la escucharía, Azael mataría a Ramses sin dudarlo pero Ada no quería que Azael se convirtiera en un asesino. Le esperaba un futuro prometedor como el hijo dorado de su padre y así estaba bien. —Gracias— respondió simplemente y salió de la habitación dejando a Azael solo con su chica. Ada sabía que Azael no se aprovecharía de la situación y que cuidaría a la chica, sobre todo por que parecía que su interés por ella no era un simple capricho. La mañana de navidad Ada despertó por primera vez sin sentir que tenía que salir corriendo. Reconoció el cuerpo de Mason a su lado cubriéndola como si quisiera protegerla del mundo entero. Ella se esforzó por alejarlo pero era pesado. No tardaría alguien de servició a comprobarla incluso con la puerta cerrada con llave su padre les ordenaría que insistieran en entrar. —Mason se que estas despierto— le dijo cuando la apretó contra su amplio pecho.— necesito que me lleves a un lugar. Mason besó el arco de su cuello antes de dejarla ir. —Es una jefa muy cruel, señora Walk— le dijo dejando la cama y apresurándose a cambiarse. Ada no pudo evitara sonreír mientras lo veía cambiarse  medio sonámbulo por la mañana con el cabello alborotado y un torso perfectamente trabajado. ¿Cómo podía alguien verse tan bien en las mañanas? Mason se fue primero y Ada se apresuró a arreglarse. Se puso envuelta un elegante vestido gris Oxford que parecía haber sido hecho para ella y unas botas de invierno a juego. Finalmente salió de su habitación y buscó salir por la puerta de servicio para no ser visto, entonces Ada reconoció a la chica de la noche anterior. — ¿Nicol? — la llamó Ada y caminó hacia ella La tímida chica la miró con ojos grandes y temerosos. — ¿Ya te vas, Nicol? — preguntó deteniéndose frente a ella. —Sí, debo irme, mi compañera debe estar preocupada. —dijo la chica pero parecía una excusa para salir corriendo de ahí. Ada se preguntó dónde estaba Azael y por que no estaba junto a esta chica en ese momento. Si su hermano solo la había usado como una aventura de una noche Ada lo haría pagar por ello. Nicol no parecía la clase de chica que podías usar y desechar sin lastimarla. —De acuerdo, vamos— dijo Ada y sacó de su espalda un enorme paquete de llaves. Nicol la vió caminar hacia la puerta de la cocina y abrir. — ¿Cómo? — preguntó la chica alcanzándola. —Te llevare a tu casa, después de ayer no estás en condiciones de salir sola. Tras la puerta ya la esperaba Mason tal cual le había pedido Ada, tendría poco tiempo antes de que su padre preguntara por su paradero pero tenía que hablar con Jessica. Ada no pudo evitar admirar a Mason un momento en su uniforme, a travez de este podía verse su gran tatuaje de la cola de un dragón que era perceptible a través de su camisa blanca en su brazo derecho, llevaba la camisa de vestir arremangada hasta los codos y lo botones de la camisa de vestir abiertos en el pecho. Se veía realmente incomodo usando la gorra de chofer como si esta de alguna forma lo humillara y su cicatriz blanca resaltaba sobre su piel bronceada desde el final de la oreja hasta el cuello, incluso su cuello parecía fibroso y trabajado sin embargo no era el tipo de musculoso torpe levanta pesas, parecía el tipo de musculoso del que se hace en las calles a punta de golpes con una mandíbula definida y unos ojos demandantes. Y definitivamente no tenía ese aire servicial que se esperaría de un chofer mientras se recargaba en la gran camioneta con los brazos cruzados para esperarlas. Sin duda Mason no había sido contratado para ser un simple chofer y Ada lo sabía pero aún temía preguntar al respecto. Mason detuvo su atención en Ada al verla y esos ojos penetrantes casi la dejaron estática en su lugar. Ada se obligó a recomponerse y le señalo a la chica el auto para que se aproximara a este. Mason se acercó para abrirles la puerta de auto, Nicol subió primero. Mason se acercó tras Ada y ella se sobresaltó al sentir sus labios cálidos tan cerca de su oído. —Estas tan hermosa hoy que es difícil controlarme y no tomarte contra la capota del auto. Tal vez era por la presencia de la chica pero Ada no pudo evitar sonrojarse por completo. Mason rió suavemente como si esa era la reacción que quería provocar. Nicol la miró con curiosidad mientras Ada fingía que su piel blanca no se había tornado caliente y roja. Poco después la camioneta se puso en marcha. Mason no dejó de mirar de reojo a Ada cada tanto. — ¿Nicol recuerdas que sucedió ayer? —dijo Ada tratando de alejar su atención de Mason. Nicol asintió con la cabeza para luego negar con la cabeza para luego volver a asentir resignada. Ada rio en respuesta a su vergüenza. — ¿Pasó algo que no te gustaría recordar Nicol? Nicol miró por la ventana como si no pudiera mirar a Ada a los ojos. ¿Había ocurrido algo con Azael que la avergonzaba? —No, solo…— ella pareció recordar y luego alejó sus pensamientos. — ¿Solo? — Preguntó Ada el ver que de pronto ella parecía perdida en sus recuerdos— Dime Nicol ¿Recuerdas que te hizo enfermar ayer, que bebidas tomaste, quizá alguien te hizo beber algo? — preguntó honestamente preocupada. —En realidad no lo sé, bebí algo de la barra y poco después empecé a sentirme mal, realmente no soy buena con el alcohol así que eso también podía ser— dijo Nicol sin lograr mirarla a la cara. Ada asintió sin querer presionarla más. Poco después el auto se detuvo frente a su edificio. —Creo que esta es tu casa—dijo Ada mientras Mason se bajaba para abrir la puerta para ellas. —Gracias—dijo Nicol mientras corría hacia su puerta. Ada lo pensó mejor y le pidió un favor a Mason. —Mason, dale tu teléfono por favor, le daría el mío pero no se cuando Ramses lo destruirá de nuevo. Mason se quedó quieto un momento antes de bajarse del auto y alcanzar a la chica —Te envía esto— dijo Mason  extendiendo un pequeño trozo de papel con un número telefónico. La chica tomó confundida el número telefónico pero finalmente lo aceptó. Mason no estaba muy a gusto con la idea, no quería que Ada se lastimara de nuevo tratando de salvar lo insalvable pero no dijo nada. Arrancaron el auto y Mason manejó hasta la oficina de la detective. Ada se apresuró a bajar del auto tan rápido que ni siquiera esperó a Mason, las palabras de Jessica se repetían en su mente. “puede que tenga una buena idea de donde esta tu hijo” Las manos de Ada sudaban mientras se acercaba a la oficina. No dudó en entrar en cuanto estuvo frente a la puerta. La detective tenía un pedazo de pizza a la mitad de una mordida cuando Ada irrumpió como un remolino en su oficina. —¿Dónde esta mi hijo?— preguntó directamente. La chica se sacó el pedazo de pizza de la boca y tomó la servilleta cercana a ella para limpiarse la salsa. —Buenos días a usted también señora Walk, es un gusto verla de nuevo, ¿gusta un pedazo de pizza?. Ada ignoró la acusación implícita a su falta de modales. —¿Dónde esta mi hijo?— preguntó de nuevo. Jessica suspiró viendo con tristeza su pizza antes de hacerla a un lado y comenzar a rebuscar entre su pila de papeles. Finalmente tomó un sobre blanco y lo extendió hacia Ada. Ada lo tomó con desesperación y lo abrió casi rompiendo el papel, escuchó los pasos pesados de Mason tras ella que finalmente la había alcanzado. Ada extrajo los papeles dejando caer el sobre al suelo con descuido. Entonces sus manos se congelaron. Era un acta de defunción. —Parece que Derek Walk registró su muerte el mismo día de su nacimiento… lo siento mucho.— Jessica cambió su tono informal por una que tenía cierta empatía al decirlo. Ada apretó los papeles con rabia. Muerto. Su hijo estaba muerto.
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