ECLIPSE

2197 Words
En ese instante, Arturo se va a sus tierras y Janet junto a Sara, dejan parado a Alfonso y entran a la casa. Janet todavía no puede creer lo que hizo Alfonso, y saca todas sus pertenencias de la habitación, y le dice a Sara: —   ¿Puedo dormir en tu habitación? —   Claro Janet, yo encantada… mi primo no es el hombre que yo pensaba. Alfonso entra a la casa, y ve a Flora y a los demás cabizbajos, y les dice: —    Yo cometí un error, ¿pueden perdonarme? Guillermo mira a Alfonso, y le expresa: —   No sé cómo le haces para meterte en tantos problemas, pero lo que si se, es que acabas de perder a Janet. Alfonso pone su mano derecha en su rostro, y ante la mirada de Alirio, Flora y Guillermo, va a la habitación, y le dice a Sara: —   Déjame a solas con Janet. De inmediato, Janet termina de recoger todo y se va junto a Sara, a la habitación de ella. En ese preciso momento, Alfonso sale de la casa corriendo y se monta en su carruaje, y se va a toda prisa a casa de Hugo. Minutos después, totalmente enfurecido y salido de los cabales, Alfonso se baja de su carruaje rápidamente y salvajemente golpea la puerta de Hugo, quien le abre la puerta, diciéndole: —   Cálmate Alfonso, me vas a tumbar la puerta. Alfonso no puede con la rabia que tiene, y le dice a Hugo: —   ¿Dónde están los niños? —   Están con su mamá, ¿porque preguntas? —   Por esto… De inmediato, Alfonso le pega un puñetazo a Hugo, que lo manda al suelo y luego le pega cuatro patadas en su estómago, diciéndole: —   Por tu culpa perdí mi matrimonio, ¡eres un inútil! Desde el suelo, Hugo no se deja pegar la quinta patada, y le coge el pie derecho a Alfonso y lo hace caer. Hugo arrastra por el piso a Alfonso y coge una silla y se la tira encima, pero este se cubre con sus manos y se levanta como puede, y le vuelve a pegar otro puñetazo a Hugo, y le dice: —   ¿Dime que voy hacer ahora? No has cumplido con tu parte del trato que hicimos, y ahora me hiciste pelear con mi mujer. Adolorido por todos los golpes que ha recibido, Hugo trata de sentarse en una silla, y le dice a Alfonso: —   Primero que todo, yo no tengo la culta de tu fracaso matrimonial. Tu esposa apareció de la nada en este lugar y no pude hacer nada… estas tierras están muy, pero muy lejas a las de ella, todavía no me explico como llego hasta acá… y segundo, el plan que tenía con mi otro socio estaba marchando, pero no contaba con que el actual gobernador no nombrara como general a Sendero… pero no te preocupes por eso, yo busco una solución. Alfonso camina de un lado para el otro, y le dice a Hugo: —   Ahora me arrepiento de haber hecho negocios contigo… te salvas que se me olvido traer mi espada con el afán que traía… —   Deja de amenazarme Alfonso, tú sabes que también tengo amigos en la Corona de Castilla, así que dejemos eso ahí, y vete de mi casa, deberías de estar buscando la manera de que Janet te perdone, ya lo hizo una vez… —   Tienes razón… Días después, Alirio se fue de nuevo al ejército y deja muy triste a Flora por su partida, y a su padre también. Alfonso no quiso irse de la casa. Y varias veces le rogo de rodillas a Janet, que lo perdonara, pero esta no le volvió hablar más. Sara presenta a Fanor ante la familia en una cena en el cual, a todos les cayó bien. Janet se mantiene visitando a su amiga Cecilia, para no estar en la casa. Y debes en cuando le ayuda a Sara y a Fanor a enseñarle a los niños. En la Plaza mayor, dos mujeres exhiben sus vestidos a quienes las ven caminar. En ese momento, las dos mujeres se van al negocio del sastre del pueblo, y una de ellas le dice: —   ¡Mira!, este si es un vestido, quiero que me devuelvas todos los reales que te di por estropearme la tela tan fina que te di. Gabriel le dice a la señora: —   Gloria, respete mi trabajo, yo le hice un buen vestido, yo no tengo la culpa que usted lo haya dañado por su gordura tan excesiva. Gloria se enoja e intenta golpear al sastre. Cuando Nanci la detiene, y le dice: —   Vámonos de aquí Gloria, deja que se pierda eso… ya tenemos a Flora, ella es la mejor de toda Pedraza. En ese instante, las dos mujeres se van del puesto de Gabriel, quien queda muy pensativo con el nombre de Flora. En el Arca, Flora no se da abasto con tanto trabajo, que le dice a Leonor: —   Deja de cocinar y ven ayúdame con estos vestidos. —   No señora, pídale el favor cuando llegue a la señora Janet o a Sara, yo estoy muy ocupada en la cocina, porque si yo no cocino, ¿entonces quien lo hace? De inmediato, Leonor se va a la cocina y deja a Flora con su trabajo. En el centro de Pedraza, Janet sale del salón de clases y deja a Sara y a Fanor. Para irle a proponer una idea de negocio a Clementino Flores, uno de los comerciantes más ricos de Pedraza. En ese momento, Janet llega al puesto de Clementino, y le expresa: —   Hola, señor Flores. —   Hola señorita, ¿en que le puedo ayudar?... tengo la mejor carne de Pedraza, esta carne solo la comen los ricos. Las personas de muy alto prestigio. Janet queda mirando a Clementino, y le dice: —   Tranquilo don Clementino, yo no vengo a comprarle esa carne de caza, yo vengo a ofrecerle un gran negocio con la leche de vaca, para que pueda vender queso. Clementino a tiende una clienta. Vendiéndole carne de perdiz, y le responde a Janet: —   ¿Y cómo sería eso?... ten cuenta que no vendo nada de eso. Y no se hacer queso. —   No hay problema con eso, entonces… yo hago el queso y se lo vendo un precio, y usted lo vende al público a otro precio, el cual usted quede satisfecho. —   Bueno, en el hipotético caso que eso me interese, ¿en cuantos reales me lo piensas vender? En ese instante, otra clienta de Clementino se acerca. Cuando ella ve una rata negra encima de la carne de caza, y pega un tremendo grito: —   Aaaaaah, ¡una rata!, una rata asquerosa en la carne. De inmediato, Janet y Clementino miran a donde está señalando la señora, y ven rata. Clementino intenta matarla, pero esta se escapa saltando por todo su mercado. Janet siente repugnancia y se sube a su caballo sin que Clementino la vea, y se va a su casa. Clementino busca por todos lados la rata y cuando se acuerda de Janet, se da vuelta y no la ve, se queda diciendo: —   ¿Sera que también la espanto la rata? En casa de Cecilia, Francisco se encuentra sentado en la parte trasera de la casa. Afilando más de ocho espadas. Cuando ve entrar dos ratas desde el monte. Y se levanta rápidamente para matarlas. En ese preciso momento, Cecilia ve a una en la cocina. Y pega el grito, diciendo: —   ¡FRANCISCO!, ¡UNA RATA! De inmediato, Francisco utiliza la espada que estaba afilando y mata la rata, y luego le pregunta a Cecilia: —   ¿Estas bien? —   Si, menos mal estabas aquí en casa y la mataste. —   Falta otra. —   ¿Qué?... En el camino hacia el Arca, Janet recuerda cuando paseaba por esos y otros lugares con Joaquín. Y de tiene su caballo, y dice viéndose las manos: —   La presencia de Joaquín está marcada en mí, será porque ambos compartimos y amanecimos junto a esa roca… parece como si lo hubiera vivido ayer. Janet acaricia el caballo y luego sigue cabalgando con dirección al Arca. Minutos después, Janet llega al Arca y es abordada por Alfonso, quien le dice: —   Amor, perdóname… esto me sale del corazón, estoy que muere por tu indiferencia, y yo sé que es culpable soy yo, pero vuelve a perdonarme. Necesito otra oportunidad o moriré sin ti. Janet se baja del caballo, y le responde a Alfonso: —   Entonces, vete muriendo. De inmediato, Janet vuelve a dejar de rodillas y entra a la casa. Cuando Flora le dice: —   Qué bueno que llegaste. —   ¿Qué sucede Flora? —   Necesito ayuda con los vestidos, tengo mucho pedido y estoy que no doy basto. —   Está bien Flora, yo te ayudo. Flora abraza a Janet, y le dice: —   Gracias. Janet se sonríe y le dice a Flora: —   Con todo lo que veo en esta habitación, creo que vas a dejar sin trabajo al sastre del pueblo. Alfonso entra a la casa y las queda viendo, y luego se va a su habitación. Cuando Flora le dice a Janet: —   ¿No piensas perdonarlo? —   No, quiero que se vaya. —   No creo que se vaya, mi primo es muy terco y va a insistir, hasta que caigas. —   Se ve que no me conoces Flora… cambiando de tema, ¿dónde está Guillermo? —   Debe de estar con los caballos… ¿porque preguntas? —   Se me había ocurrido un negocio para pasar el tiempo, y también para ganar dinero por supuesto, pero me espante al ver una rata negra encima de una caza. Flora repugna las ratas, y hace una expresión de desagrado, y le expresa a Janet: —   Que horrible, no hagas ninguna clase de negocio con el… En la noche, todos están en el comedor comiendo tranquilamente carne de pollo. Cuando Guillermo termina de comer un trozo de pollo, y le dice a Janet: —   ¿Todavía está en pie la sembrada de verduras y frutas para las tierras? Janet mira con desprecio a Alfonso, y luego le responde a Guillermo. —   Si, la idea es convertir mis tierras en las más productivas de Pedraza. Sara le dice a Janet: —   Entonces tienes que buscar trabajadores. De inmediato, Alfonso le dice a Janet: —   Yo puedo ayudarte, yo puedo contratar a varias personas. Para que trabajen para ti. Janet ignora a Alfonso, y le responde a Sara: —   Si, tienes razón Sara, ya estoy pensando en los candidatos para eso, quiero aprovechar al máximo las tierras. Flora le dice a Janet: —   Te auguro un futuro brillante Janet: —   Gracias Flora. El día siguiente, 2:45 pm, en un evento inesperado, la luna comienza a cubrir el sol poco a poco. Haciendo que Pedraza se oscurezca de un momento a otro. En ese instante, todos en Pedraza se enloquecen de miedo. Y comienzan a gritar por las calles que es el fin del mundo. En el Arca, Sara grita de miedo, diciendo: —   ¡ESTO ES UN MAL PRESAGIO! Janet y Guillermo están trabajando en las tierras. Y se asustan al cielo oscurecerse repentinamente. Flora también sale de la casa junto a Cesar, Leonor y Alfonso, y todos quedan estupefactos al ver ese gran fenómeno. Flora les dice a todos: —   Va a pasar algo terrible. Alfonso se enoja con Flora, y le dice: —   Deja de llamar la desgracia Flora. En seguida, Sara también dice: —   Esto no es normal, Dios se ha cansado de nosotros. Y por eso está pasando esto. Guillermo y Janet se acercan a los demás, y todos quedan mirando cuando la luna tapa en su totalidad a el sol. En ese instante, una gran multitud de personas. Salen a la Plaza mayor, y comienzan a rezar, para que Dios vuelva todo a la normalidad. El padre Jiménez y los tres padres más de las iglesias cercanas de la Plaza mayor, salen afuera de las Iglesias y piden a Dios que les perdone sus pecados. El general saca a los militares a las calles de Pedraza, para que controlen un poco el desorden y el tremendo pánico, que ha hecho enloquecer a muchos. El eclipse dura siete minutos, los cuales hicieron que toda la gente perdiera el control en el pueblo. Y quedara muy asustada. En el Arca, todos están afuera mirando como todo vuelve a la normalidad viendo nuevamente el sol. Cuando Alfonso dice: —   ¿Por qué paso esto ahora? Janet quita la mirada del cielo y se acuerda de aquella noche en la cual cayó esa roca que le cambio la vida por completo. Y sigue recordando cuando estaba junto con Joaquín. De repente, Sara le dice a Janet: —   ¿Qué tienes? Ante la mirada de todos, Janet reacciona y le contesta a Sara: —   Estoy bien. En seguida, Janet le dice a Guillermo: —   Sigamos sembrando, ese fenómeno ya paso y necesitamos que las tierras estén listas. Alfonso se acerca a Janet y le expresa: —   ¿Yo también puedo ayudarte? —   No, con nosotros es suficiente…
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