DESCUBIERTO

1591 Words
En el salón de clase, Sara termina su turno y se pone a buscar a Fanor por todos lados de la casa del padre. Cuando lo ve en el tejado, y le dice: —   Cuidado, no te vayas a caer. —   Tranquila, yo sé lo que hago. El padre se acerca a Sara, y le dice: —   Ustedes dos me tienen nervioso, deberían de demostrar sus afectos sin la presencia de los niños. Sara coge las dos manos del padre, y le expresa: —   Padre, nosotros no hemos hecho nada. —   Por ahora Sara. —   Padre, no se preocupe, nosotros somos unas personas adultas. En las tierras de la familia Paredez, junto a la niña, Janet queda aterrada al ver la represa que esa familia ha hecha con el agua que baña sus tierras y de la de su vecino Arturo. Los hermanos de Ninfa miran a Janet desde lejos. Cuando Hugo se percata de la presencia de Janet y la reconoce, y deja de cortar una leña, diciendo en voz baja: —   ¿Qué hace esta mujer acá? Enfadada, Janet se acerca a Hugo y sin saludarlo, le dice: —   ¡¿Quién le permitió hacer esto?!, esto es ilegal… Petrificado, Hugo queda sin palabras. Cuando Ninfa y sus dos hermanos se asustan con el enojo de Janet, y abrazan a su padre. Janet se da de cuenta que no puede seguir enojada en presencia de los niños, los cuales están en el medio, y decide marcharse sin antes decir: —   Yo me voy, porque no quiero que los niños escuchen estas cosas, pero es mejor que destruya esto. Para que el agua pueda pasar por todas las tierras… si no lo hace cuando me vaya, volveré, y créame que lo la mentará. Hugo le responde a Janet: —   ¿Usted vine a amenazarme en mi territorio? Váyase de aquí, yo no voy a dañar nada. Janet se va de ese lugar y sin perder tiempo, va a la casa de Arturo, y lo pone sobre aviso. Arturo también se enoja y busca a varias personas dueñas de tierras, y se van junto a Janet a donde esta represada el agua. En el Arca, Alirio le cuenta a su familia las aventuras que ha vivido durante su tiempo en el ejército. Cuando Guillermo lo interrumpe, diciéndole: —   ¿Cuánto tiempo más, vas a estar en el ejército? Flora le dice a Guillermo: —   No molestes a Alirio, el vera hasta donde quiera seguir. Alfonso le dice a su sobrino: —   Estoy orgulloso de ti, eres un joven ejemplar. —   Gracias tío. Minutos después, Janet le muestra las tierras que tienen desviada el agua, y se acuerda de los niños. Y de inmediato, separa al frente y detiene a más de quince personas, diciéndoles: —   ¡Esperen! Arturo le dice a Janet: —   ¿Por qué te pones en nuestro camino? Janet le contesta a Arturo: —   Tenemos que traer a Hugo hasta acá. Sin que sus hijos nos vean, entienden… son niños… Todos entienden lo que Janet les dijo, y uno de ellos alza la mano y se ofrece de voluntario. Para atraer a Hugo a donde están parados. En ese instante, todos se ponen de acuerdo y mandan a Pedro a la casa de Hugo. Fingiendo tener un gran accidente con su esposa, Pedro llega a casa de Hugo y lo convence de salir a ayudarle. Hugo se confía de la nobleza de Pedro, y se va con el hasta el lugar donde tuvo el accidente. Cuando este mira hacia todos lados, y le dice a Pedro: —   ¿Dónde está tu esposa? En ese instante, toda la gente sale de los montes y capturan a Hugo, quien les dice a todos: —   ¡OIGAN!... ¿QUÉ ESTAN HACIENDO? Arturo le dice a Hugo: —   Quien te dio la orden de robar el agua de todas las tierras de nosotros. Janet también le dice a Hugo: —   Habla ahora. Hugo al verse contra la espada y la pared, se confiesa, diciendo: —   Fue Alfonso, tu esposo Janet. De inmediato, toda la gente se enoja con Alfonso incluyendo a Janet, quien tranquiliza a la gente, diciendo: —   No se preocupen, yo me encargo de mi esposo, ahora debemos de encargarnos de dañar todo eso que impide que el agua fluya y pueda circular normalmente por nuestras tierras. De inmediato, Arturo le dice a toda la gente: —   Saquemos toda esa madera. Con las dos manos en su cabeza, Hugo ve como poco a poco toda la gente saca toda la madera que represaba y desviaba el agua, y dice en voz baja: —   Todo se acabó. En pocos minutos, la gente daña todo lo que hizo Hugo y sus secuaces, y en cuestión de segundo, el agua vuelve a su cauce natural. Haciendo que todos festejen de alegría. Hugo intenta escaparse, pero Arturo y Janet lo detienen, y lo cogen del cuello. Asustado, Hugo les dice: —   Ya tienen su agua, ¿qué más quieren de mí? Arturo aprieta el cuello de Hugo, y le dice: —   ¿Eso es verdad que Alfonso también estaba en todo esto? —   Si, ya les dije que sí, Alfonso está conmigo en esto. Janet le dice a Hugo: —   ¿Solo son ustedes dos? Hugo se queda callado. Cuando Arturo lo aprieta fuertemente del cuello, diciéndole: —   Habla. De inmediato, Hugo les dice: —   Sendero, ese es mi otro socio, él es un militar. Indignado, Arturo le pega un tremendo puñetazo a Hugo, y lo manda al suelo, y le dice: —   Dice lo a tus demás socios, no se metan con lo que no es de ustedes. Mientras Hugo se revuelca en el piso con ese tremendo puñetazo que le pego Arturo, Janet y lo demás se van con la satisfacción de haber recuperado el agua para sus tierras. En el camino, Arturo ve un poco pensativa a Janet, y le dice: —   Gracias, si no fuera por ti, no me había enterado de que manos inescrupulosas habían hecho esto. —   Tranquilo Arturo, mi curiosidad fue la que ayudo a descubrir la verdad. —   ¿Qué piensas hacer con tu esposo? —   Por lo pronto, separarme de él, no puedo vivir con un hombre así. —   Te entiendo. En el Arca, Alfonso deja a su sobrino con su mamá y con su padre en el comedor, y sale de la casa desesperado al ver que Janet tiene mucho tiempo afuera. Alfonso visita el lugar de las vacas y los caballos, y al no encontrarla, dice: —   ¿Qué se hizo? En ese momento, Janet llega a sus tierras junto a Arturo. Cuando Alfonso los ve desde lejos, y dice: —   ¿Estos dos que hacen juntos? Janet se acerca a Alfonso. Cuando este muy celoso le dice: —   ¿Qué haces junto a este señor? De inmediato, Janet le pega una espeluznante bofetada a Alfonso, y le dice: —   Ya descubrí lo que hiciste con el agua de la quebrada, eres de lo peor… vete buscando un lugar donde vivir, porque desde hoy Alfonso… tu no serás nada mío. Estupefacto, Alfonso se soba su mejilla izquierda, y le expresa a Janet: —   Me llamaste por mi nombre real… oh, Janet, a mí me engañaron para hacer eso, no creas en lo que dicen. Arturo coge del cuello a Alfonso, y le dice: —   No seas tan sínico Alfonso, ya Hugo confeso todo, eres una rata. Sara llega al Arca, y desde lejos ve como un hombre tiene sometido a Alfonso, y grita: —   ¡AUXILIO!, ¡AUXILIO!, ESTAN GOLPEANDO A ALFONSO. De inmediato, todos salen de la casa y defienden a Alfonso. Desapartándolo de Arturo. Alirio le pega un puñetazo a Arturo, pero Janet se mete en el medio, y les dice a todos: —   Ustedes no le pueden pegar a este hombre. Sara, Alirio y Guillermo, le dicen a Janet: —   ¿Por qué? Flora le dice a Janet: —   ¿Estás del lado del enemigo? Janet les responde a todos: —   El enemigo lo tenemos dentro de la casa… Guillermo le dice a Janet: —   Explícate mejor Janet señala a Alfonso con su mano derecha y dice: —   Este señor volvió hacer negocios turbios. Y regalo prácticamente el agua que pasaba en las tierras de él y de las mías, y se la dio a un sujeto llamado Hugo, no sé con qué oscuras intenciones… desde hoy, tuvimos un matrimonio, no quiero que vivas más conmigo. De inmediato, Alirio, Sara, Flora y Guillermo, quedan viendo el rostro de Alfonso. Cuando Alirio le dice: —   ¿Eso es verdad tío?... ¿tu hiciste esa canallada? Todos comienzan a presionar a Alfonso. Cuando este dice la verdad: —   Me alié con ese sujeto, para aspirar al cargo de gobernador, él tiene muchos amigos que podrían haberme subido. Sara también le pega una bofetada a su primo, y le dice: —   Con razón este hombre te tenía así, como le haces eso a Janet. Alirio le dice a Alfonso: —   Me has decepcionado tío. De inmediato, Alirio se disculpa con Arturo y se va muy triste, para la casa junto a Guillermo y Flora. Arturo le dice a Janet: —   Bueno, ya me voy… te dejo con tus familiares, cualquier cosa me buscas. Janet le da la mano a Arturo, y le expresa: —   Doña Carmen debe de estar en el cielo muy orgullosa del hijo que tiene, te cuidas Arturo. Sara le dice a Arturo: —   Discúlpame por los gritos. —   Tranquila…    
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