LA OTRA CARA DEL REY

1133 Words
En ese instante, Janet es subida a un carruaje junto a varios militares. Y se la llevan al rey. En Madrid, la esposa de Timoteo le acaricia la espalda, diciéndole: —   Tu hermano ha enloquecido por un simple barco que se hundió, parece que quería más el oro que le traían que a su propia esposa. —   Úrsula, no hables así de Anastasio, la inesperada muerte de Mérida, fue fatal para él, tanto, que se ha vuelto más drástico y peligroso. —   Tu hermano no merece ser rey, el rey debería ser tu. —   Pero no soy yo, así que deja de desear cosas que no van hacer, mi hermano ha sido un buen rey. Úrsula se enoja y suelta a su esposo, y dice: —   Sería mejor que el rey y su hijo murieran. De inmediato, Timoteo coge a su esposa de las dos manos, y le dice: —   Mucho cuidado con lo que dices mujer, Anastasio es mi hermano y Leonardo es mi sobrino, yo nunca permitiré que les pase nada. —   Entonces diles que te traten como como uno de ellos. Úrsula se va de la habitación. Cuando Timoteo le grita: —   ¿EN DONDE ESTAMOS? Semanas después, el rey se está tomando un baño de agua tibia con dos mujeres que le soban su espalda. Anastasio les dice a sus dos empleadas Mina y Decires: —   Ustedes son las mejores de todo Madrid… sigan así. En ese momento, el comandante llega a Madrid con Janet, y le dice al verla tan callada: —   Ahora si… vas hablar o vas hablar, con el rey las cosas son distintas. —   ¿Por qué serán distintas? Yo no he cometido ningún delito. —   Te anticipo que el rey no está en sus cabales a causa de la muerte repentina de su esposa, así que no dudara en mandarte a la horca, o quien sabe que se le ocurra para matarte. Janet se queda callada, mientras ve los paisajes de Madrid. En el palacio, Sebastián llega a la presencia del rey, quien esta reunido con su hijo y la esposa de su hijo en el comedor real, y le dice: —   Disculpe alteza, príncipe y señora, traigo una noticia que le va agradar mucho cuando la escuche. El rey le dice a Sebastián: —   Espero que sea algo de importancia, no me gusta que entres así y me interrumpas. —   Claro que no señor, es algo importante. —   ¡Habla Sebastián! —   El comandante Ragel trae a una persona que supuestamente sabe del barco. El rey toca su barba. Cuando Leonardo le dice a Sebastián: —   ¿Dónde está Ragel? Sebastián dice: —   Ya está cerca, yo me adelante en el caballo para venir avisarle al rey de primera mano. El rey le expresa a Sebastián: —   Bueno, espero que esto sea cierto… ahora retírate. —   Si señor, La esposa de Leonardo le dice al rey: —   Perdone suegro que yo me entrometa, pero al verlo como se puso, debo deducir que la persona que esta apunto de venir es muy importante para usted. Leonardo le dice a Mara: —   ¡Oye! No seas tan imprudente. El rey le dice a su hijo: —   ¡Déjala!, es bueno que ella este enterada de lo que pasa en la familia. El rey le responde a Marra: —   Si, es importante para mí, quiero saber que paso con Pablo. El capitán del barco el Clavel, y esa persona que viene para acá, sabe mucho del barco… bueno, eso dice Sebastián. En ese momento, Timoteo entra al espacio reservado de la familia, y les dice: —   Buenas a todos, ¿me estoy pierdo de algo? Anastasio le contesta a su hermano: —   Por fin voy a saber del barco perdido… ¿y Úrsula? —   Ella esta indispuesta, no va a venir a comer. Leonardo le dice a su tía: —   Entonces que le lleven la comida a su habitación. De inmediato, el rey le dice a Mina: —   Llévale la comida a Úrsula. —   Como usted diga señor. Anastasio extraña a sus nietos, y le expresa: —   ¿Y los niños? Leonardo mira a su esposa y luego le dice a su padre: —   Están al cuidado de su otra abuela. Mientras comen carne de pollo, el rey le expresa a Mara y a Leonardo: —   Extraño a los niños, yo no quería que ustedes se fueran del palacio. Mara le responde al rey: —   Es que necesitábamos nuestro propio espacio, es solo por eso, yo estaba encantada de vivir aquí. En ese momento, Mina entra en la habitación de Úrsula. Cuando esta le grita, diciendo: —   ¿Y quién te dijo que entraras a mi habitación? —   Disculpe señora, pero el rey pensó que usted estaba enferma y me mando a traerle esto. —   Vete, no quiero nada. De inmediato, Mina sale espavorida de esa habitación. Minutos después, el ejercito real que fue hasta Cádiz a buscar pista del barco, llega al palacio. En ese momento, Ragel y varios hombres del ejercito entran al palacio. Cuando Sebastián le dice al rey: —   Señor, ya están aquí. Timoteo y Leonardo se hacen al lado de Anastasio. Cuando Ragel se presenta ante el rey, y le dice: —   Su majestad, fue un duro trabajo. Pero aquí le traje a la persona que sabe que sucedió con el barco el Clavel. El rey queda mirando a Janet fijamente y ella mira el piso. En seguida, el rey le dice a Janet: —   ¿Qué tienes para contarme? Janet no sabe qué hacer en ese momento, y decide volver a mentir: —   No sé porque este hombre me trajo hasta aquí, pero yo no sé nada. El rey se enfurece con Ragel, y le dice: —   ¡Comandante!, ¿qué es esto? —   Seño, ella está mintiendo. —   ¡Ragel!, ¿quieres que te corte la cabeza en estos momentos? El comandante se arrodilla ante el rey, y le expresa: —   No señor, yo le digo la verdad. De inmediato, el rey truena sus dedos de la mano derecha y cuatro militares sacan sus espadas, y se la ponen en el cuello de Ragel. Y se quedan esperando la orden del rey. Ragel le implora al rey: —   Señor, perdóneme la vida, yo solo cumplía sus órdenes. Janet al ver que el rey está dispuesto a decapitar a Ragel, intenta hablar con él. Cuando Leonardo le dice a su padre: —   Perdónale la vida al comandante. El rey le dice a su hijo: —   Si quieres gobernar bien, tienes que tener mano dura. Y no acepto que ni tu y ni Timoteo se metan en esto… tengo que sentar un buen precedente. Janet le dice al Rey: —   Voy hablar, pero libere primero a ese hombre, no lo mate…      
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