SON LIBRES

1102 Words
Killand queda totalmente enamorado de Janet, y le dice a Yaro: —   ¿Quién es ella? —   No lo se. —   Ustedes estaban aquí mucho antes de que yo llegara, ¿cómo no vas a saber quién es? Y porque tiene esa autoridad, la cual todos le tienen respeto. —   Lo que te diga es mentira. Batista se levanta como puede, y se va a recoger sus cosas. Para luego irse del Arca. Desconcertada, Janet le dice a Margot y a Manuel: —   ¿Qué está pasando acá? ¿Por qué hay tantas personas en el Arca?, y por qué Batista le estaba pegando a ese hombre? Manuel y Margot se ven las caras. Cuando Manuel le responde a Janet: —   Batista se había tomado el control de todo. Y se fue de Pedraza a buscar esclavos para el Arca. Janet mira desde lejos a los esclavos, y le dice a Margot y a Manuel: —   No hay necesidad de buscar más personas, y mucho menos de maltratarlos. Janet ve el rostro de Zafiro, y se percata que esta asustada, y dice: —   Perdóname por haber presenciado esto. Zafiro le responde a Janet: —   Yo entiendo, solo es que no te había visto así de agresiva, y golpeando a alguien. De inmediato, Margot le dice a Janet: —   ¿Quién es esta joven que la compaña? Janet se acerca a Zafiro y pone sus manos en sus dos hombros, y le expresa a Margot y a Manuel: —   Ella es mi hija y se llama Zafiro, espero que todos la respeten. Manuel queda muy sorprendido, y le dice a Janet: —   ¿Pensé que no tenías hijos? —   Bueno, aquí se las presento. De inmediato, Margot y Manuel se presentan ante Zafiro, mientras Janet va a donde están todos los esclavos, y les dice: —   Muy buenas, ¿cómo se encuentran todos? Morati toma la vocería de todos, y le responde a Janet: —   Estamos bien, gracias por preguntar. En ese instante, Batista sale con sus pertenencias de la casa, y antes de irse le dice a Janet: —   Yo soy el mejor trabajador que usted tiene aquí en el Arca, Manuel no tiene carácter para esto. Janet le responde a Batista: —   Yo no necesito personas como tú en el Arca, vete de una vez por todas. En seguida, Batista le dice a Facundo y a Emilio: —   Ustedes que esperan, vámonos de aquí. Facundo le responde: —   Yo me quedo. Emilio también le dice a Batista: —   Yo también me quedo. Batista se enfurece, y les dice a los dos: —   Ustedes dos son unos malagradecidos, ¿ya se les olvido que yo los presente a la señorita Janet? Manuel le dice a Batista: —   Ellos no te deben nada, vete, ¿acaso no escuchaste a la señorita Janet? En ese instante, Batista no pierde el tiempo y se va del Arca. De inmediato, Janet se dirige a todos los esclavos, y les dice: —   Ustedes ahora son libres. Yaro le dice a Janet: —   Perdón señorita, ¿que acaba de decir? —   Que todos ustedes son libres, el que quiera se puede ir y no le pasara nada… el que se quiera dar va a trabajar conmigo. Y va a ganar por su trabajo. Morati le dice a Janet: —   ¿Y usted es?... —   Yo soy Janet Fischer y soy la dueña de todas estas tierras. Todos los esclavos se quedan mirando. Cuando Jasir le dice a Janet: —   ¿Es verdad que podemos irnos? Janet vota el látigo que le quito a Batista, y le responde a Jasir: —   Si, si gustan se pueden ir, porque todos son libres. En ese instante, la gran mayoría de esclavos celebran la decisión de Janet, y se van del Arca con excepción de Morati, Alika, Ashanti, Kenia, Naina, Yaro, Killand, Jasir, Saud y Abu. Manuel, Margot y Zafiro, se ponen junto a Janet. Cuando esta les dice a las diez personas que se quedaron: —   Ustedes también son libres, pueden irse a donde quieran. Morati vuelve a tomar la vocería, y le dice a Janet: —   Decidimos quedarnos, porque vimos que usted es una gran persona. Que nos defendió de ese tirano, y como agradecimiento… nosotros trabajaremos para usted. Janet les dice a todos: —   Gracias a todos, esto me llenan de alegría. Ustedes y como todos nosotros, somos iguales, tenemos los mismos derechos de vivir libres sin que nadie nos aprisione o nos esclavice, aquí vamos a trabajar todos por igual… todos ustedes van a ganar igual que Facundo, Emilio y Manuel, podrán independizarse y construir sus propias casas donde quieran. Facundo y Emilio se ven las caras. Cuando Janet les dice a todos: —   Trabajaran para ganar su sustento como lo hacemos todo. Killand no se aguanta las ganas, y le pregunta a Janet: —   Disculpe señorita. —   Dime. —   ¿Quién es usted? —   Yo soy Janet Fischer Sánchez, y soy la dueña del Arca, pero quiero que me vean como otra trabajadora más, la cual va a trabajar duro junto a ustedes… quiero también, que me llamen por mi nombre. Como yo quiero llamarlos a todos ustedes por el suyo. Zafiro se percata de la mirada de Killand hacia Janet, y se sonríe. En ese instante, Janet les dice a todos: —   ¿Cómo se llaman? De inmediato, Morati le responde a Janet: —   Ella es mi esposa Alika, mi hija Ashanti… él es Killand, Jasir, Naina, Abu, Yaro, Kenia, Saud… y yo soy Morati, para servirle señorita. Janet se acerca a Morati, y le dice: —   No debes de agachar la cabeza, yo no soy más que tu… tu eres valioso, debes de tener una habilidad que ninguno de los que estamos aquí parados la tenemos, siéntete orgulloso de ser quién eres. —   Gracias señorita. —   Llámame Janet. —   Bueno. Yaro le dice a Saud: —   Ella nos está tratando muy bien, no cabe duda que tiene un corazón muy noble. Saud se queda mirando a Yaro, y le contesta: —   No se… ¿será que nos pagará como a cualquier persona? Yaro mira a Janet, y le dice a Saud: —   La señorita no nos ve como esclavos, ¿acaso no presenciaste la ida de todos los demás?... ¡somos libres! —   Tienes razón. En ese instante, Janet abraza a Zafiro, y les dice a todos: —   Ella es Zafiro, y es mi hija… en sus tiempos libres también nos ayudará con el trabajo. Zafiro le dice a Janet: —   ¿Voy a seguir con el estudio que estaba haciendo en Cartagena? —   Si…    
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