LA OBSECIÓN DE FABIÁN

1075 Words
En ese momento, Pedro sale de su casa y ve las calles y luego entra, diciéndole al trabajador que acaba de llegar: — ¿Quién te dijo eso? — Yo lo vi. En ese instante en la calle, los militares detienen a tres carruajes, incluido el de Fabián, el cual queda desconcertado por lo que está pasando, y le dice a un militar: — ¿Sucede algo? — Joven Fabián, es que anda circulando una información muy delicada, en la cual nos indican, que varios portugueses entraron al país. — Esa es una información absurda, mejor déjenme pasar, yo no escondo a nadie en mi carruaje. Luego de unos minutos, Fabián llega a la casa de Laura y se queda mirando la casa, y dice: — Pues ya estamos aquí… Fabián se baja del carruaje y toca en repetidas ocasiones la puerta. Cuando Laura abre, y le dice: — ¿Tu aquí? — Hola señora. — Hola, ¿has venido de parte de tu padre? Fabián se sonríe un poco. Y le inventa un pretexto a Laura, y le dice: — Venía a buscar a su hijo. — No recuerdo que ustedes se hayan llevado bien. — Claro que si… es más, vengo a invitarlo a él y a su prometida a una clase de espada, creo que nos puede servir a todos. — Alejandro no está. Janet sale a la puerta, y dice: — ¿Qué sucede? De inmediato, Laura le dice a Janet: — No pasa nada, Fabián ya se va. Fabian comprueba la gran atracción y deseo que siente por Janet, y le expresa: — Es a usted quien yo quiero ver, ¿puedo hablar con usted? Laura se enoja, y le dice a Fabián: — No sea usted descarado joven Fabián, respete la prometida de mi hijo. Fabian mira a Laura, y le expresa: — Yo no la estoy irrespetando, todo lo contrario, estoy muy alagado de volverla a ver. Janet le dice a Laura: — Hablare con él. — Pero Janet, esto no le gustará a Alejandro. Janet se va hablar con Fabian cerca del carruaje, y le dice: — Fabian, ¿de qué quieres hablar conmigo? — Me he inventado esta excusa de venir por Alejandro, pero en realidad, yo solo quería verte. — ¿Por qué? — Porque quería probar algo cuando te tuviera cerca. Y ya lo comprobé. — ¿Qué comprobaste? — Que estoy enamorado de ti. Laura le dice a Janet: — ¿Qué haces Janet? Entra a la casa. Janet mira el orden publico que esta generando algunos militares, y le expresa a Fabian: — Gracias por ser sincero conmigo, pero es mejor que te vayas, no sé qué sucede, pero los militares están actuando extraño. Fabian se sonríe y le dice a Janet: — No te preocupes, los militares solo escucharon rumores sin fundamento, creen que los portugueses entraron a España. Fabian se sube al carruaje y pone su mano en sus labios, y le manda un beso a Janet, la cual se sonríe un poco, y le dice: — ¿Es que acaso so sabes que estoy con Alejandro? — Si, lo se… yo tengo novia y eso no me importa, Janet, que le puedes decir al corazón, yo me he enamorado de ti. Y eso no cambiara… nos vemos. En ese instante, Fabian se va de la casa de Laura. Cuando Janet dice en voz baja: — Ya tengo varios siglos diciendo lo mismo; no entiendo a los hombres. Janet entra a la casa. Cuando Laura le expresa: — No me gusto que me hayas ignorado para irte hablar con el hijo de Fernando. Janet se acerca a Laura, y le dice: — ¿Por qué le tienes tanta rabia a ese joven? Laura le da la espalda a Janet, y luego le expresa: — Porque ese muchacho es malo, y es igual que su padre… En la Iglesia, Kany entra desesperada y busca al padre Hernán por todos lados. Cuando uno de sus asistentes, le dice: — Cálmese señora, el padre Hernán acabo de salir, si gusta puede esperarlo. — Si, sí, yo lo voy a esperar, yo lo voy a esperar, yo lo haré… lo haré porque soy una mujer pecadora… Minutos después, Alejandro y Pedro terminan de trabajar con el café, y no les importa la situación que hay en las calles con el orden público. Cargan dos carruajes de café, y los envían a su destino. En la Iglesia, el padre entra a la casa de Dios junto a una pareja que está planeando casarse. Cuando ve a Kany en el fondo esperándolo. De inmediato, el padre pone su mano derecha en su rostro, y le dice a la pareja: — Muchachos, por favor vengan más tarde, tengo que atender un pequeño problema. En ese instante, la pareja al padre y se va de la Iglesia. Cuando el padre va a donde esta Kany, y le dice: — ¿Ahora que es lo que te ha pasado? — He vuelto a pecar. — ¿Cómo? — He estado pensando en un hombre que no es mi marido. El padre mira hacia el techo de la Iglesia, y dice: — Domina tus pensamientos. — ¿Y cómo hago eso? — Pues… pues… piensa en cosas agradables mujer, yo no voy a estar por siempre diciéndote lo mismo, ¿cuánto tiempo llevamos en esto?... Centro de Valencia, con el afán de perfeccionar su técnica, Fabián entra al salón de entrenamiento. Cuando su profesor le dice: — Que yo recuerde, ayer te dije que el día de hoy lo tomaras de descanso. Fabián saca su espada, y le expresa a su profesor: — Por favor, quiero practicar todos los días, si gusta, puedo pagarle aun más de lo acordado. El profesor se termina de tomar su té, y le expresa a Fabián: — ¿Cual es tu obsesión? Tu ya eres bueno con la espada. — No es una obsesión, es que yo siento que todavía me falta mucho, por favor desenfunde su espada y luche conmigo, o ya tiene miedo de mí que no puede sacar su arma. El profesor se sonríe un poco. Y pone su té en una mesa, y le expresa: — ¿Quieres ir a la guerra que hay en Portugal? — No, yo tengo otros motivos. — ¿Quieres decírmelos? — Profesor Johan, saque su espada y luche conmigo, esta vez sí lo derrotaré…
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