En ese instante, el profesor en un abrir y cerrar de ojo. Saca su espada y sorprende a Fabian atacándolo de primero.
Fabian se defiende contraatacando, y le dice:
— Profesor, es usted muy astuto, pero no me va a derrotar tan fácilmente.
— Al fin me vas a contar cuáles son tus motivos. Para perfeccionar tu técnica con la espada.
— Estoy enamorado de una mujer que no es mi novia.
En medio de la batalla, el profesor se sonríe un poco y luego le responde:
— ¿Y qué paso con tu prometida?
— ¿Qué tiene que ver eso? Me enamore de otra y punto, mejor concéntrese en la batalla.
El profesor se sigue sonriendo, y le dice:
— Lo veo en tu mirada, ese sentimiento no te hace concentrar en una batalla como esta…
— Se equivoca, tengo mi mente en blanco.
— Así, ¿y como se llama esa mujer?
Fabián comienza a desesperarse buscando los lados débiles del profesor, y le contesta:
— Janet, ella se llama Janet.
Sorpresivamente, la novia de Fabian entra al salón y se queda escondida viendo como pelea su novio. Cuando el profesor le dice a Fabián:
— Así que Janet… bueno, ya es hora determinar con esto.
Fabián se confía de su habilidad. Cuando el profesor de un espadazo, le tira su arma al suelo y luego le pone su espada en el cuello, y le expresa:
— Parece que esta tal Janet te tiene más desconcentrado que antes.
En ese instante, la novia de Fabián corre a donde está el, y lo abraza, diciéndole al profesor:
— ¡Basta! No lo vaya a lastimar.
Inmediatamente, el profesor baja su espada. Cuando Fabián se enfada con su novia, y le dice:
— ¿Pero qué estás haciendo Mileici?
Mileici mira a su novio, y le responde:
— Pues te estoy salvando.
Fabián pone su mano derecha en su rostro, y le expresa a su novia:
— No seas tonta, esto no era una pelea real.
El profesor se sonríe un poco, y también le dice a la novia de Fabián:
— Tan solo fue una práctica.
En seguida, Mileisi se desaparta de su novio, y les expresa:
— Disculpen, es que todo se vía muy real.
El profesor le da la mano a Mileisi, diciéndole:
— Mucho gusto, Johan Ruiz Caicedo, es un placer de conocerla.
— Gracias, mi nombre es Mileisi Valbuena Garcés.
Fabián recoge una de sus espadas favoritas, e intenta irse cuando Mileisi le dice:
— Espérame, ¿no te vas a despedir del profesor?
En ese instante, Fabián se despide del profesor y saca a Mileisi de la casa. Cuando esta le dice:
— ¿Quién es Janet?
— ¿Ahora te escondes para escuchar conversaciones ajenas?
— Los escuche hablar por accidente.
— ¿Cómo sabias que estaba aquí?
— Tus padres me dijeron… solo iba a decirte de una reunión que van hacer mis padres y quieren que tu estes presente.
Fabián la mira detenidamente, y le dice:
— ¿Qué querrán tus padres?
Mileisi se sonríe, y luego dice:
— No lo sé…
En casa de Laura, Alejandro llega y se baja un poco cansado del carruaje de su madre. Cuando Laura abre la puerta, y le dice:
— Qué bueno que llegaste.
Alejandro entra a la casa, y le dice a su mamá:
— ¿Dónde está Janet?
— Esta en su habitación… ¡espera hijo!
— ¿Qué pasa?
— Voy a contarte algo muy importante, algo que paso cuando no estabas.
— Dime.
— El joven Fabián vino a buscarte, pero como no te encontró, se puso hablar con Janet. Y la verdad es que no me gusto lo que vi.
Alejandro se enoja bastante, y le dice a Laura:
— ¿Y que viste?
— Que Janet le agrada Fabian.
De inmediato, Alejandro entra en la habitación de Janet. Cuando la ve sentada en la cama limpiando su espada con un trapo, y le dice:
— ¿Por qué no me dices la verdad y nos evitamos dolores de cabeza?
— ¿De qué hablas Alejandro?
— ¿Qué tienes con Fabián?
— Nada, a ese joven lo he visto dos veces.
— Pues mi madre me dice que estuvieron hablando con mucha confianza.
Janet se levanta de la cama y con gran decepción, le expresa a Alejandro:
— Esta es la famosa oportunidad que dijiste, vivir con tu madre para que me esté vigilando y calumniando a cada momento, pues esto se acabó.
— Espera Janet, no tomes decisiones a la ligera.
Janet lo queda viendo y le expresa:
— Una decisión a la ligera fue venirme contigo. Y dejar mi búsqueda del asesino de mis padres.
En ese momento, Janet sale de la habitación dispuesta a irse. Cuando la hija de Martina toca fuertemente la puerta, diciendo:
— ¡Doña Laura! ¡Doña Laura!
De inmediato, Laura abre la puerta, y le dice a la niña:
— ¿Qué sucede Lina?
— Mi mamá está enferma, de un momento a otro cayo desmallada.
— ¿A dónde está ella?
— En la casa, pero hay que ir rápido, necesito a Janet…
En ese instante, Janet escucha lo que dice la niña, y le dice:
— Vamos a donde es Martina.
Janet coge de la mano a Lina. Cuando Laura dice:
— Yo también voy.
Alejandro se queda de brazos cruzados y se queda pensando en la manera de no perder a Janet.
Norte de Valencia, sentado en las afuera de su casa junto a su esposa, Fernando ve llegar a su hijo junto a su novia Mileici, y le dice a Elena, quien se sonríe al verlos juntos:
— ¿Y estos en que andan?
Déjalos, ya llevan tiempo de novios, quien sabe y en estos días nos sorprenden con la noticia de una boda.
A Fernando no le agrada mucho esa idea, y le expresa a su esposa:
— Sería la decisión más equivocada de Fabian, los Garcés están en quiebra.
— Has silencio Fernando, aquí vienen.
En ese momento, Mileici le dice a Elena y a Fernando:
— Hola otra vez.
Fernando finge su sonrisa, y junto a su esposa, dicen:
— ¡Hola!...
Fernando le dice a su hijo:
— Se ve que cada día afianzan más su relación.
Fabián suelta la mano derecha de su novia de su brazo izquierdo, y le responde a su padre:
— Estamos igual, nada ha cambiado.
De inmediato, Mileici le dice a Fabián:
— Lo dices como si no te importara nada, entonces voy a decirles a mis padres que se olviden de la invitación que te estaban haciendo.
— Como quieras.
Elena se levanta de su silla, y le dice a su hijo:
— No seas descortés…