DECISIONES EQUIVOCADAS

1133 Words
En ese instante, el profesor en un abrir y cerrar de ojo. Saca su espada y sorprende a Fabian atacándolo de primero. Fabian se defiende contraatacando, y le dice: — Profesor, es usted muy astuto, pero no me va a derrotar tan fácilmente. — Al fin me vas a contar cuáles son tus motivos. Para perfeccionar tu técnica con la espada. — Estoy enamorado de una mujer que no es mi novia. En medio de la batalla, el profesor se sonríe un poco y luego le responde: — ¿Y qué paso con tu prometida? — ¿Qué tiene que ver eso? Me enamore de otra y punto, mejor concéntrese en la batalla. El profesor se sigue sonriendo, y le dice: — Lo veo en tu mirada, ese sentimiento no te hace concentrar en una batalla como esta… — Se equivoca, tengo mi mente en blanco. — Así, ¿y como se llama esa mujer? Fabián comienza a desesperarse buscando los lados débiles del profesor, y le contesta: — Janet, ella se llama Janet. Sorpresivamente, la novia de Fabian entra al salón y se queda escondida viendo como pelea su novio. Cuando el profesor le dice a Fabián: — Así que Janet… bueno, ya es hora determinar con esto. Fabián se confía de su habilidad. Cuando el profesor de un espadazo, le tira su arma al suelo y luego le pone su espada en el cuello, y le expresa: — Parece que esta tal Janet te tiene más desconcentrado que antes. En ese instante, la novia de Fabián corre a donde está el, y lo abraza, diciéndole al profesor: — ¡Basta! No lo vaya a lastimar. Inmediatamente, el profesor baja su espada. Cuando Fabián se enfada con su novia, y le dice: — ¿Pero qué estás haciendo Mileici? Mileici mira a su novio, y le responde: — Pues te estoy salvando. Fabián pone su mano derecha en su rostro, y le expresa a su novia: — No seas tonta, esto no era una pelea real. El profesor se sonríe un poco, y también le dice a la novia de Fabián: — Tan solo fue una práctica. En seguida, Mileisi se desaparta de su novio, y les expresa: — Disculpen, es que todo se vía muy real. El profesor le da la mano a Mileisi, diciéndole: — Mucho gusto, Johan Ruiz Caicedo, es un placer de conocerla. — Gracias, mi nombre es Mileisi Valbuena Garcés. Fabián recoge una de sus espadas favoritas, e intenta irse cuando Mileisi le dice: — Espérame, ¿no te vas a despedir del profesor? En ese instante, Fabián se despide del profesor y saca a Mileisi de la casa. Cuando esta le dice: — ¿Quién es Janet? — ¿Ahora te escondes para escuchar conversaciones ajenas? — Los escuche hablar por accidente. — ¿Cómo sabias que estaba aquí? — Tus padres me dijeron… solo iba a decirte de una reunión que van hacer mis padres y quieren que tu estes presente. Fabián la mira detenidamente, y le dice: — ¿Qué querrán tus padres? Mileisi se sonríe, y luego dice: — No lo sé… En casa de Laura, Alejandro llega y se baja un poco cansado del carruaje de su madre. Cuando Laura abre la puerta, y le dice: — Qué bueno que llegaste. Alejandro entra a la casa, y le dice a su mamá: — ¿Dónde está Janet? — Esta en su habitación… ¡espera hijo! — ¿Qué pasa? — Voy a contarte algo muy importante, algo que paso cuando no estabas. — Dime. — El joven Fabián vino a buscarte, pero como no te encontró, se puso hablar con Janet. Y la verdad es que no me gusto lo que vi. Alejandro se enoja bastante, y le dice a Laura: — ¿Y que viste? — Que Janet le agrada Fabian. De inmediato, Alejandro entra en la habitación de Janet. Cuando la ve sentada en la cama limpiando su espada con un trapo, y le dice: — ¿Por qué no me dices la verdad y nos evitamos dolores de cabeza? — ¿De qué hablas Alejandro? — ¿Qué tienes con Fabián? — Nada, a ese joven lo he visto dos veces. — Pues mi madre me dice que estuvieron hablando con mucha confianza. Janet se levanta de la cama y con gran decepción, le expresa a Alejandro: — Esta es la famosa oportunidad que dijiste, vivir con tu madre para que me esté vigilando y calumniando a cada momento, pues esto se acabó. — Espera Janet, no tomes decisiones a la ligera. Janet lo queda viendo y le expresa: — Una decisión a la ligera fue venirme contigo. Y dejar mi búsqueda del asesino de mis padres. En ese momento, Janet sale de la habitación dispuesta a irse. Cuando la hija de Martina toca fuertemente la puerta, diciendo: — ¡Doña Laura! ¡Doña Laura! De inmediato, Laura abre la puerta, y le dice a la niña: — ¿Qué sucede Lina? — Mi mamá está enferma, de un momento a otro cayo desmallada. — ¿A dónde está ella? — En la casa, pero hay que ir rápido, necesito a Janet… En ese instante, Janet escucha lo que dice la niña, y le dice: — Vamos a donde es Martina. Janet coge de la mano a Lina. Cuando Laura dice: — Yo también voy. Alejandro se queda de brazos cruzados y se queda pensando en la manera de no perder a Janet. Norte de Valencia, sentado en las afuera de su casa junto a su esposa, Fernando ve llegar a su hijo junto a su novia Mileici, y le dice a Elena, quien se sonríe al verlos juntos: — ¿Y estos en que andan? Déjalos, ya llevan tiempo de novios, quien sabe y en estos días nos sorprenden con la noticia de una boda. A Fernando no le agrada mucho esa idea, y le expresa a su esposa: — Sería la decisión más equivocada de Fabian, los Garcés están en quiebra. — Has silencio Fernando, aquí vienen. En ese momento, Mileici le dice a Elena y a Fernando: — Hola otra vez. Fernando finge su sonrisa, y junto a su esposa, dicen: — ¡Hola!... Fernando le dice a su hijo: — Se ve que cada día afianzan más su relación. Fabián suelta la mano derecha de su novia de su brazo izquierdo, y le responde a su padre: — Estamos igual, nada ha cambiado. De inmediato, Mileici le dice a Fabián: — Lo dices como si no te importara nada, entonces voy a decirles a mis padres que se olviden de la invitación que te estaban haciendo. — Como quieras. Elena se levanta de su silla, y le dice a su hijo: — No seas descortés…
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