INMORTALES

1474 Words
Janet termina de consentir a su caballo, y le contesta a Joaquín: —    Así escuche, ¿qué hacemos? —    Bueno, vamos a pasar la noche a ya y mañana seguimos recorriendo este pueblo. —    Está bien. —    Minutos más tarde, Joaquín llega a su casa, y le dice a Janet. —    Hemos llegado. —    Es grande tu casa Joaquín. —    Si, y también es tu casa. Janet se sonríe y dice: —    ¿Cómo vas a ofrecer una casa que aún vive tus padres? En ese momento, Joaquín se baja del carruaje y se sube por el tejado de su casa, para luego entrar por la parte trasera de la casa. Y así abrir la puerta. Sorprendida, Janet le dice a Joaquín: —    Le estas enseñando a entrar a los ladrones. —    En ese pueblo no hay ladrones. —    “Si tú lo dices Joaquín”. De inmediato, Joaquín se sonríe por la cara de duda que hizo Janet, y le dice: —    Entra. En ese preciso momento, comienza a temblar con una fuerza devastadora. Desesperada, Janet le grita a Joaquín: —    ¡¿QUE PASA?!, LA TIERRA SE ESTA MOVIENDO MUY FUERTE. —    JANET, ES UN TERREMOTO. Joaquín sale de la casa de sus padres. Cuando esta se viene abajo. Más de cientos de casas se destruyen. Haciendo que toda la gente se enloquezca corriendo de un lado para el otro. De inmediato, Janet se monta en su carruaje y jala a Joaquín de la mano derecha e intenta salir del pueblo. De repente, la calle se abre en dos, y ocho personas caen al abismo. Siendo tragados inmediatamente por la tierra. El poderoso terremoto para su brutal sacudida sobre Cabo de Palos. Dejando muerte y destrucción por doquier. A toda velocidad en su carruaje, Janet mira el mar repentinamente, y al ver una gran ola, le dice a Joaquín: —    ¡Mira!, ¿qué es eso? Estupefacto, Joaquín le grita a Janet: —    ¡EL MAR SE HA ENFURECIDO! De inmediato, la gran ola se lleva todo a su paso. Terminando de destruir lo poco que había dejado el terremoto. Maniobrando a Bronce como nunca, Janet logra que la ola no la golpee, y sale del pueblo. En eses momento, una serpiente cascabel aparece en la mitad de la vía. Cuando el caballo se asusta y pierde el control. Cayendo todos aun acantilado de más de quinientos metros de altura. En ese instante, el carruaje se destruye por completo, Janet y Joaquín se golpean brutalmente. Muriendo los dos instantáneamente al tener más de treinta fracturas en sus cuerpos y cabezas. La misma suerte tuvo el caballo, el gran impacto lo mato de inmediato. Doce minutos después, totalmente ensangrentada, Janet comienza a mover varios dedos de su mano derecha. De una forma milagrosa y sorprendente, Janet abre sus ojos, y rápidamente sus huesos se vuelven a pegar como si nada le fuese pasado. De un gran espacio que dejo la retirada de agua después del tsunami, Janet se sienta, y ve sus dos manos, y dice: —    ¡Yo estaba muerta!... ¿pero cómo he revivido? A dos metros de ella, Janet ve como Joaquín se recupera, hasta llegar a sentarse. Cuando Janet le dice: —    ¡Tú también has revivido! Confundido, Joaquín le expresa a Janet: —    Solo recuerdo que todo estaba nublado, pero nada más. —    Joaquín, realmente no entiendo que nos pasó, deberíamos estar muertos. Joaquín mueve sus piernas, y dice: —    Parece que tenemos el don de la inmortalidad. —    ¡Fue la roca! —    Si Janet, yo también estaba pensando lo mismo, pero… —    ¡¿Pero qué?! —    Mira a tu espalda Janet, Bronce no corrió con la misma suerte. Con dificultad, Janet se levanta, y se pone a llorar encima de su caballo. Y lo acaricia, diciendo: —    La culpa es mía… mi Bronce… nunca debí de salir de Pedraza, nunca… Joaquín separa al frente de Janet y el cadáver del caballo, y se queda callado al ver el llanto de su novia. Janet se acuerda de la roca, y de inmediato deja de llorar, y le dice a Joaquín: —    ¡La roca! —    ¿Qué pasa con ella? —    Ayúdame a buscarla Joaquín, eso es lo único que puede revivir a Bronce. Joaquín le hace caso a Janet y comienza a buscar la roca entre los escombros del carruaje destruido, los cuales el agua sucia poco a poco se los lleva. Por más de quince minutos, Joaquín busca la roca por todos lados de la orilla del mar, pero es inútil. Joaquín sale del agua, y le dice a Janet, la cual esta devastada por su animal: —    Lo siento, eso se perdió… no aparece por ningún lado… todo esto es mi culpa, yo te traje hasta este lugar… perdóname Janet. En ese instante, Janet deja de llorar y se levanta, diciéndole a Joaquín: —    Me voy a Pedraza. —    Yo también voy no te voy a dejar sola. —    Pero antes Joaquín, vamos ayudar a la gente que quedó atrapada en el terremoto del pueblo. —    De acuerdo, vamos Janet. —    Espera, ayúdame a enterrar a Bronce. —    Janet, no tenemos nada para enterrar… ah, podemos taparlo con piedras. —    Si, con piedras, no podemos dejarlo así. Janet y Joaquín terminan de tapar a Bronce con piedras, y se van al pueblo. Y ayudan a muchas personas damnificadas por el terremoto y el tsunami. Después de socorrer a mucha gente, Janet y Joaquín emprenden su vuelta a Pedraza, y comienzan a buscar carruaje. Para poder llegar a ese lugar… El día siguiente en el Arca, Alfonso discute con Adal por la desaparición de Janet, el cual le dice: —    Usted me prometió que Janet se iba a casar conmigo, y ahora vengo de un viaje y me dice que ella esta desaparecida. Adal se empieza a enojar por el tono de voz de Alfonso, y le dice: —    En mi casa nadie me viene alzar la voz. —    Oh, perdóname Adal. Recuperada, Fanny sale de su habitación, hasta la sala, y le expresa a Alfonso: —    Entiendo tu enojo, pero con alzar la voz no ganas nada, ya Adal informo a las autoridades sobre la desaparición de nuestra hija, y la están buscando. —    Perdóneme usted también señora, fui torpe y me deje llevar por el enojo que sentía, me disculpo otra vez con los dos. Adal acepta las disculpas dándole la mano derecha a Alfonso, y le dice: —    Eres un caballero Alfonso, que esto no se repita. Fanny también le dice a Alfonso: —    Te vamos a confiar a nuestra hija ahora que aparezca, no vayas a decepcionarnos. Apenado con los dos, Alfonso con mucha sutileza, les dice: —    ¿Ustedes creen que Janet va aparecer? Adal busca una silla y se sienta, diciendo: —    Sera cuestión de días, para que los militares encuentren a ese tipo que se llevó a mi hija, no te preocupes. Fanny también le dice a Alfonso: —    Nosotros te prometemos que cuando Janet aparezca, ella se casara contigo. Alfonso se pone contento, y le expresa a los dos: —    No saben cómo me alegran el día escuchando esas palabras, yo amo a su hija, y seré el hombre más feliz del mundo. Cuando me case con ella. Adal dice: —    Que así sea. En ese momento, Alfonso se despide de Adal y de Fanny, y al montarse a su carruaje, dice en voz baja: —    Ten paciencia Alfonso, ella aparecerá. Minutos más tarde, mientras Adal y Fanny mueven las vacas al establo, Cecilia llega al Arca, acompañada de su esposo. Cecilia se baja del carruaje con ayuda de su esposo, y comienza a llamar a su amiga: —    ¡Janet!, ¡Janet! Adal y Fanny se dan de cuenta que alguien llama a su hija, y dejan lo que están haciendo, y le dicen a Cecilia que Janet esta desaparecida. Conmocionada, Cecilia le dice a Adal y a Fanny: —    ¿Pero cómo?... ¿cómo paso esto? Vine a visitarla porque me hacía mucha falta. Fanny coge las dos manos de Cecilia, y le expresa: —    Un hombre se la llevo… no sabes todos los trabajos que hemos pasado Adal y yo, buscando a Janet por todo el pueblo. Cecilia se pone a llorar, y le dice a Fanny y Adal: —    ¿Qué puedo hacer para ayudar?, yo voy a estar en casa de mi mamá. De inmediato, Adal le dice a Cecilia: —    Espera noticias en casa de tu madre, ella va a parecer, eso tenlo por seguro. El esposo de Cecilia la abraza, y le dice: —    No llores más y vamos a casa de tu madre, y esperaremos a que tu amiga a parezca. Cecilia asede a la propuesta de su esposo, y se despiden de Adal y de Fanny…  
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