EL DELATOR

1132 Words
Con el rostro desfigurado del brutal castigo que le dio Esteban, Isidro cae al suelo. Y desde allí, le dice a Esteban y a los demás: —   Yo hice mi mejor esfuerzo, el trabajo no era fácil. Esteban le vuelve a pegar un latigazo a Isidro, pero ahora, en su hombro derecho, diciéndole: —   ¡Cállate! Alonso le dice a Esteban: —   Ahora que vamos hacer. Esteban se queda mirando a Isidro, y luego le responde a Alonso: —   Esperar a que la sola serpiente que este inútil puso en la casa, haga su trabajo. Batista le dice a Esteban: —   Dudo mucho que una sola serpiente logre quitarnos del camino a Janet, mi propuesta es entrar cualquier día de estos a la casa. Y acabar con ella definitivamente. Benítez le dice a Batista: —   ¿Qué hay de los esclavos?, ellos la van a defender, eso tenlo por seguro. Esteban les dice a todos: —   Esperemos haber que sucedió con la serpiente. Y después hablaremos de un plan más radical. En ese instante, todos los Vargas se van a sus puestos de trabajo, y dejan a Isidro en el suelo, el cual se toca el rostro con sus dos manos, y al ver mucha sangre en sus manos, dice: —   Esto no se va a quedar así. En el Arca, Saud y Morati acuestan a Emilio en una cama de la casa que tiene compartida con Facundo y Manuel. Ashanti les dice a todos: —   ¿Él se va a salvar? Todos se quedan en silencio. Cuando Abu dice: —   A este hombre le quedan horas, la señora Janet solo le alargo un poco su vida. Naina le reclama a Abu: —   ¿Por qué eres tan negativo?, mira el rostro de Emilio, se ve un poco mejor. Alika le abre un ojo a Emilio, y luego dice: —   Pues no se ve tan mal, esperemos hasta mañana. En la casa, Janet le dice a Kenia: —   Todavía no puedo creer que tres serpientes nos ataquen al mismo tiempo. —   Si señora, esto no es normal. El día siguiente, Manuel se levanta de su cama, y le dice a Facundo: —   Mira ver como amaneció Emilio. Facundo le hace caso a su superior, y mira a Emilio. Y se percata que este no está respirando y se asusta, diciéndole a Manuel: —   ¡Está muerto!... Emilio está muerto. Manuel se levanta rápidamente de su cama, y toca a Emilio. Y comprueba lo que dice Facundo. De inmediato, Manuel corre hacia la casa de Janet, y al encontrarse en la puerta con Margot, le dice: —   ¿Janet esta despierta? —   Oye Manuel, es cierto que Janet te dio la potestad de mandar a todos los trabajadores, pero saluda primero. —   Margot, Emilio amaneció muerto. —   ¿Qué? De inmediato, Margot entra a la casa junto a Manuel, y le cuenta todo a Janet. Minutos después, todos se enteran de lo sucedido, y Saud junto a Jasir y Morati, hacen la caja de madera para Emilio. Al estar todos reunidos afuera de la casa viendo el cuerpo de Emilio, Killand se aparta de sus amigos. Y se va junto a donde esta Janet. En ese instante, Isidro se vuela de las tierras de los Vargas. Y entra en las tierras de Janet en busca de venganza. En ese instante, Ashanti mira a Isidro desde lejos, y le dice a Janet y a los demás: —   ¡Miren! Isidro logra llegar a donde están reunidos. Cuando Killand les dice a todos: —   Este hombre, es un trabajador de los Vargas. De inmediato, Janet le dice a Isidro: —   ¿Traes una razón de los Vargas? Isidro mira a todos, y luego le dice la verdad a Janet: —   Los Vargas le robaron el cargamento que usted intento sacar la otra vez, los Vargas son los culpables del ataque de las serpientes. Que por lo que veo, mato a uno de ustedes. Janet y todos los demás, se enfurecen. Cuando Janet misma le dice a Isidro: —   ¿Y cómo yo sé, que todo lo que me estás diciendo es verdad? —   Yo fui quien puso las tres serpientes. De inmediato, Facundo, Manuel, Killand y Morati, cogen a Isidro de sus manos y cuello, y lo insultan. Indignada, Janet le dice a Isidro: —   ¿Como te atreviste hacer eso? Totalmente asustado por la reacción natural de todos, Isidro le implora a Janet: —   Los Vargas me obligaron hacer esto, mírenme el rostro, esto fue hecho por Esteban… ellos enterraron su cargamento cerca del maizal. Para que el ejército del general no lo encontrara. De inmediato, Janet se acerca a Isidro, quien está fuertemente sujetado por Killand y los demás, y le dice: —   ¿Estás dispuesto a decir todo esto ante el general? Isidro los mira a todos, y luego le dice a Janet: —   Si, yo voy a confesar todo. Minutos más tarde, Isidro esta ante el general en su despacho. Y escoltado por Manuel, Killand y Janet, él le cuenta toda la verdad del robo de la carga, y del ataque de las serpientes. En ese momento, el general da un fuerte golpe en su mesa, y dice: —   Los hermanos Vargas pagaran muy caro lo que hicieron. De inmediato, el general le dice a Janet: —   ¿Quiere acompañarme a arrestar a esos hampones? En seguida, Janet le responde al general: —   Claro que sí, ¡vamos! En ese momento, el general reagrupa más de treinta hombres del ejército. Y se van junto a Janet, a las tierras de los Vargas. En el Arca, Zafiro queda un poco asustada por todo lo que está pasando, y le dice a Margot: —   ¿Qué crees que suceda? —   Lo que tiene que suceder, tienen que meter a la cárcel a esos hermanos Vargas, ellos no son dignos de ser nuestros vecinos. Jasir, Nassoumi y Alika, miran dentro de la caja a Emilio, mientras Naina le dice a Ashanti: —   Cada vez más, Killand está más y más cerca a Janet. Ashanti se enoja, y le responde a Naina: —   Yo he dejado de pensar en ese hombre, así que lo que haga me tiene sin cuidado… ahora lo que me tiene angustiada es el problema que se viene. Minutos después, el general invade las tierras de los Vargas con sus treinta hombres muy bien capacitados. Esteban y los demás son sorprendidos por la llegada de Janet y el general. Quienes se miran unos a los otros. Cuando Janet se baja de un carruaje con ayuda de Manuel y de Killand. Los Vargas tiemblan de miedo. Cuando ven bajar a Isidro junto a Janet, y de inmediato, Benítez les dice a sus hermanos: —   ¿Pero este infeliz que hace con ello?...    
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