LA FELICIDAD DE UNA MADRE

1177 Words
En casa de Pedro, Alejandro y Janet se bajan del carruaje. Cuando Alejandro le dice: — Ahora veras el futuro de nosotros… Después de dos minutos tocando en la puerta, Janet le expresa a Alejandro: — Parece que no hay nadie. — Si, aquí hay alguien, estoy escuchando que alguien viene. En ese instante, uno de los trabajadores le abre la puerta a Alejandro y a Janet, diciéndole: — Hola don Alejandro, perdone la demora. Alejandro le dice al trabajador: — ¿Y es que estas solo? — No, don Pedro esta con su novia. Sorprendido, Alejandro entra a la casa y se dirige a donde esta Pedro. Y encuentra a su mamá sentada conversando con él. Laura le dice a Alejandro: — Hola, ¿cómo estás? — Bien, Veo que tú también estas bien. Laura ve a Janet, y también le dice: — Hola hija. Janet se medio sonríe al ver a Pedro tan cerca de Laura, y le responde: — Hola, hacen muy bonita pareja. Laura mira a su hijo. Cuando Pedro le dice a Janet: — Gracias jovencita, ustedes dos también se ven muy bien, deberían casarse pronto. Alejandro le dice a Pedro: — Quiero hablar contigo. Pedro mira a Laura y luego se levanta, diciéndole: — Bueno, vamos… Mientras que Pedro se va hablar a solas con Alejandro, Laura aprovecha el momento, y le dice a Janet: — Ven, siéntate aquí. Janet le hace caso a Laura y se sienta junto a ella. Cuando Laura le dice: — Aunque no me creas Janet, yo te estaba extrañando, me hacen mucha falta… me gustaría que tú y Alejandro vuelvan. Janet mira a Laura, y le responde: — No sé qué decirte… — No digas nada, solo piénsalo. — Está bien. En ese momento, Alejandro le dice a Pedro: — Bueno, antes que nada… quisiera agradecerte. — ¿Por qué? — Porque estas haciendo feliz a mi mamá, hace mucho tiempo no la veía así de contenta. — No tienes que agradecerme, yo solo quiero hacer feliz a Laura para siempre… quiero casarme con ella. — ¿Cómo? ¿Y ya se lo propusiste? — Todavía no, ¿tú qué opinas? — Pues díselo, yo estaré muy contento de verlos casados. — Gracias hijo, ¿y tu como vas con Janet? — De eso es que venía hablarte. — Dime. — Quiero mantener ocupada a Janet mientras le salga algo de trabajo. — ¿Y que se te ocurrió? — Quiero que nos ayude en la gran entrega que tenemos en estos días, Janet es muy habilidosa. — Bueno, es un hecho, Janet nos ayudara con la entrega del café. Alejandro abraza a Pedro, y luego le dice a Janet: — ¡Ven! Te voy a mostrar algo. En ese momento, Janet se levanta al igual que Laura. Y van a donde esta Pedro y Alejandro. En ese instante, Alejandro le muestra toda la mercancía que tiene a Janet, y le dice: — Prepárate porque ya eres parte de esto. Janet toca los bultos de café. Y también ve una muestra que tienen destapada, y le dice a Pedro y a Alejandro: — Se ve muy bueno esto, ¿y que tengo que hacer? Pedro le dice a Janet: — Alejandro es el que sabe, yo los dejo solos para que hablen, mientras Laura y yo nos vamos para la cocina a preparar una buena comida. Para celebrar. En ese momento, Laura y Pedro se van. Cuando Alejandro le dice a Janet: — Tu nos acompañaras a llevar todo esto al barco, ¿aceptas? — Si, acepto. Alejandro le da un beso a Janet, y le dice: — Has cambiado tu actitud… En casa de Fernando, decepcionado por se derrota con una mujer, Fabian llega a casa. Cuando su mamá lo ve antes que lo vea Mileici, y le dice: — ¡Hijo! — ¿Qué pasa mamá? — Mileici esta aquí. Y está muy furiosa. — Uy, ahora no tengo paciencia para lidiar con ella. — Pero tienes que hacer algo con ella. Esta en la sala esperándote. Fabián pierde la poca paciencia que tiene, y dice: — Voy acabar con esto de una buena vez. — Hijo, ¿qué vas hacer? De inmediato, Fabián se va a la sala. En ese momento, Mirna le trae un vaso con agua a Mileici. Y le dice: — ¡Mire! Aquí le traigo agua para que se tranquilice un poco. Mileici la queda viendo, y le contesta: — Yo no te he pedido agua, vete de mi presencia. Fabián le dice a Mileici: — Mucho cuidado, esta no es tu casa para que estes tratando a Mirna así. Mileici se levanta de su silla, y le expresa a Fabián: — Te estaba esperando, ¿se puede saber porque dejaste plantados a mis padres? Elena se pone cerca de su hijo. Cuando este con gran enojo le dice a Mileici: — ¡Se acabo! Mileici se pone más histérica de lo que esta, y le grita: — ¡¿SE ACABO QUE?! De inmediato, Fabián coge los dos hombros de Mileici, y le expresa muy detalladamente: — Esta relación se terminó, quiero que ahora mismo te vayas de mi casa. Porque no te quiero, porque estoy enamorado de otra mujer… ¿entendiste o quieres que te lo re pita otra vez? De inmediato, Mileici le pega una tremenda bofetada a Fabián. Y sale corriendo de esa casa. Elena le expresa a su hijo: — Me parece que fuiste muy duro con esa niña, lo que hiciste no me gusto. — Tenía que ser así, yo nunca voy a querer a Mileici, yo estoy enamorado de otra mujer. — ¿Y se puede saber quién es? — Ya no tiene importancia. En ese momento, Fernando termina de hacer el amor con otra mujer en el burdel de la ciudad, y le dice: — ¡Oye Paola! — ¿Que? — Todavía no me has dicho si me vas ayudar a contactar con tu hermano, yo pensé que todavía estaba aquí en Valencia… pero habla mujer. — Él está escondido. — ¿De qué se esconde? — Y de que va ser, pues del ejército, no ves que se estaban llevando a los hombres a la fuerza. Para que vayan a combatir en Portugal. — Eso ya es agua pasada Paola, yo arregle eso hace días con un general de la realeza, con el comandante del ejército y con el líder, así que ya le puedes decir a tu hermano que salga de donde quiera que este, y dile que lo necesito. — Todavía no he dicho que te voy ayudar. Fernando coge las dos mejillas de Paola con su mano izquierda, y le dice: — No me gusta el tono que utilizas al referirte a mí, espero a tu hermano mañana en la mañana en tu casa. — Está bien, está bien, pero suéltame. Fernando suelta a Paola, y luego se levanta de la cama, diciendo: — Me estoy jugando mi futuro, así que necesito a tu hermano…
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