DESCONFIANZA

1450 Words
De inmediato, Alfonso y los demás, pegan un gran grito de festejo, y la gente junto a los militares le aplauden a Janet. En ese momento, Duque le dice a Janet: —   ¡Mátame! —   ¿Por qué? —   He perdido contigo… merezco lo peor. —   Duque, esto no era un duelo a muerte. —   Pero esta fue la peor humillación que he vivido en toda mi vida, termina con mi vida. —   Pues… yo no soy una asesina, ni tan poco tengo deseos de ir a la cárcel, así que vete. De inmediato, Janet quita su espada del cuello de Duque, y se va a donde esta Sara y los demás. Cuando uno de los militares se acerca en su caballo, y le dice: —   Señorita, ¿cómo esta? —   Bien, ¿paso algo? —   No, solo quería felicitarla, es usted muy ágil con la espada, ¿puedo saber quién le enseño? En ese momento, Alfonso se pone celoso y coge a Janet de su mano derecha, y se la lleva. Sara y Flora abrazan a Janet, y luego Carlos y Guillermo también la felicitan. Dicho, Alfonso no cabe de felicidad, y le dice a su esposa: —   Vamos a casa, haremos una gran celebración por tu tremenda victoria. Humillado y con su ego por el piso, Duque y sus hombres se suben al carruaje. Y se van de Pedraza para no volver. En ese momento, Alfonso y los demás se montan al carruaje, y se van hacia el Arca. Minutos después, el gobernador se instala en la casa de gobierno de Pedraza. Y luego se dirige al cuartel militar. Donde nombrará el remplazo de Patricio. Sendero y una gran camada de militares, le dan la bienvenida al gobernador como es de costumbre cuando llegan a los pueblos. Sendero intento por todos los medios, caerle bien al gobernador para que le diera el puesto, pero este en ultima hora nombra a Gustavo Morales Aponte como nuevo líder del Ejercito de Pedraza. Quedándose en el mismo cargo de capitán, Sedero comienza a odiar a Gustavo y al gobernador. Después de varios minutos en el cuartel militar, el gobernador disfruta de la reunión entre los militares y varios amigos. Cuando Sendero llama a Gustavo, y le dice: —   ¿Como lo hiciste? —   ¿De qué me hablas Sendero? —   No te hagas el tonto Gustavo… como lograste para que el gobernador te nombrara general o líder, o como quiera llamarle ese viejo. Gustavo se sonríe un poco, y le dice a Sender: —   ¿Estas muerto de envidia? —   ¿Envidia yo?, no… tuviste suerte. —   Si, y también tuve la suerte de conocer a una mujer espectacular, creo que me enamore. Sendero se toma un vaso de vino por completo, y luego le dice a Gustavo: —   ¿Cómo se llama esa mujer? —   No sé, pero lucha como un militar. En el Arca, Alfonso no se cambia por nadie y carga a Janet, y le dice a Leonor, prepara la mejor comida. Porque hoy estamos de celebración. Dichosa también por la victoria de Janet, Sara le expresa a su primo Carlos: —   Tú que hablabas mal de Janet, ¿ahora como la ves? —   No, yo nunca hable mal de ella, solo que había cosas, con la que no concordaba con ella. Y sus peleas con mi primo, pero eso ya es pasado, ahora hay que celebrar. Flora le dice a Guillermo: —   Quien lo creyera, solo Janet fue suficiente para ganarle a ese odioso del Duque. Guillermo le responde: —   Nos ha quitado un gran peso de encima, ahora si podemos vivir en paz… y que te parece si nos devolvemos a Matabuena. —   No. —   Flora, a ya tenemos nuestra casa y nuestro trabajo, tu con tu costura y yo, y yo con mi salón militar. —   Guillermo, ya me estoy a costumbrando a vivir así juntos con una familia, si quieres vete tú a Matabuena, porque yo creo que hasta Sara se va aquedar en Pedraza. En la celebración, Alfonso bebe demás y cae dormido en la mesa, mientras Carlos se despide de todos y se va a su casa. Entre Guillermo y Cesar, acuestan a Alfonso, mientras Flora, Sara y Janet, comparten en la sala. Y hablan de todo lo que paso en el duelo. Quince días después, Flora consigue clientes para seguir trabajando con su costura, Guillermo se pone a trabajar junto a Janet sembrando trigo en gran parte de las tierras. Alfonso sigue haciendo negocio con Hugo, y sigue en su propósito de gobernar Segovia. En sus múltiples salidas al centro del pueblo, Sara encuentra trabajo junto al profesor Fanor Martínez Márquez, quien les enseña a solo doce niños la geografía del país. En ese momento, Sara se queda viendo en la puerta a Fanor. Y cuando le toca su turno, le dice al profesor: —   Que buen profesor eres. —   Hago lo mejor que puedo… Sara se sonríe con Fanor y entra al salón. Y saluda a los niños con gran cariño y se acuerda de los niños que tenía en Matabuena. Luego de una hora de clase, Sara y Fanor aprovechan el momento y salen a caminar por distintas partes del centro del pueblo. Por el camino, Sara le pregunta a Fanor: —   ¿Porque eres tan atento conmigo? Fanor se sonríe, y le responde: —   Porque desde el primer día que te vi, me enamoré de ti. —   ¿Qué dices? Vas hacer que me sonroje. —   Es la verdad Sara, quiero hacerte una pregunta. —   Dime Fanor. —   ¿Estas casada? —   Yo soy viuda, ¿y tu estas casado? —   Yo soy soltero, pero ya no quiero estarlo, porque encontré el amor. Sara y Fanor se sientan cerca de un árbol, y con muchos nervios, Sara le dice a Fanor: —   ¿Quieres decir quete comprometerías conmigo? —   Si, ahora y siempre, solo dime que sí. De inmediato, Sara lo mira a los ojos y le dice: —   Si. En el Arca, Janet y Guillermo terminan de sembrar gran parte de todo el trigo que tenían. Y se van caminando a la casa. Cuando Guillermo le dice a Janet: —   Hay tierra para sembrar una cantidad de frutas y verduras, no sé porque gran parte de estas tierras esta sin nada. Janet le responde: —   Joaquín se encargaba de esto, estas tierras estaban cubiertas de trigo, mis padres y yo hacíamos pan para vender, y para nosotros mismo. —   Entiendo. Janet y Guillermo entran a la casa, y al no ver a Alfonso por ningún lado, Janet le pregunta a Flora, quien está terminando un vestido azul: —   ¿Has visto a Joaquín? Flora mira a su esposo, luego le responde a Janet: —   Él se llevó a Cesar, y se fue hace mucho rato en su carruaje. De inmediato, Janet se va por un caballo, y se va del Arca. Minutos después, Janet cabalga cerca de la Plaza mayor. Cuando se encuentra con Francisco, quien le dice: —   Lo veo y no lo creo, ¡estas viva! —   Hola, ¿tú eres el esposo de Cecilia? —   Si. —   ¿Cómo estas Francisco? —   Bien, Cecilia me había contado que casi muere cuando te vio en el cementerio. Y yo no le creí, pero ahora… ahora es distinto, yo te estoy viendo. —   Dile a Cecilia que ahora la visito, ando buscando a Joaquín, ¿lo has visto por aquí? —   ¿A quién?, yo no conozco a ningún Joaquín. —   Perdona, es Alfonso, ¿lo has visto por aquí? —   Ah… no, yo tengo días que no lo veo, porque estoy muy ocupado en la casa. Trabajando como afilador de espadas de los militares. —   Si, ya Cecilia me conto… bueno, nos vemos ahora en tu casa. —   Bueno Janet, le diré a mi esposa cuando llegue. En ese instante, Janet sigue cabalgando por el pueblo y al no encontrar a Alfonso, Janet piensa: “Sera que este hombre volvió a sus andanzas haciendo negocios extraños” En ese momento, Alfonso termina de Hablar secretamente con Hugo, y al salir de la casa clandestina, le dice a Cesar: —   Ni una palabra de esto a Janet. —   Si, señor, usted sabe que puede contar conmigo para todo, yo soy una tumba. —   De seguro, ella te va a preguntar a donde estaba, ya que en estos días está tratando de averiguar qué es lo que hago. De inmediato, Cesar le pregunta: —   ¿Y la señora tiene de que preocuparse? —   No. —   Recuerde señor, que ella lucho muy duro. Para conservar las tierras, y otro problema como ese… le dañaría el matrimonio por completo…  
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