ALMA DE UN MILITAR

1694 Words
En ese instante, uno de los hombres de Duque se monta en el carruaje donde van Guillermo, Carlos y Cesar. Para evitar que estos se escapen, mientras en el otro carruaje va Duque. Siguiéndolos. Minutos después, los carruajes llegan al Arca. Donde Alfonso, Janet, Flora y Sara, están afuera de la casa, preparando todo para enfrentarse a Jose Luis. En ese momento, Duque se baja de su carruaje y al ver a Alfonso rodeado de mujeres, se ríe y luego le expresa: —   Pensé que iba a encontrar un ejército aquí, pero me tienes aquí con mujeres, pórtate serio Alfonso y dame mis tierras, o si no mataré a todas estas mujeres aquí. Y a estos caballeros también… a mí no me importa nada. Janet sale al frente y le dice a Duque: —   Pues las tierras que están disputando son mías, así que tienes que arreglarte conmigo. Duque se ríe a carcajadas de Janet, y les dice a dos de sus hombres: —   Apártenme a esa mujer de mi camino. De inmediato, dos sujetos intentan quitar a Janet de la vista de Duque. Cuando Janet desenfunda una espada que tenía escondida en su espalda. Y corta a los dos sujetos. Hiriéndolos en sus brazos. Estupefacto, Duque le dice a Alfonso: —   ¿Qué está haciendo esta mujer? Alfonso le responde: —   Esa mujer es mi esposa y va a defender sus tierras con su vida si es necesario, tea concejo que la escuches. Ante la sonrisa disimulada de Guillermo, Sara, Carlos y los demás, Duque le pregunta a Janet: —    ¿Qué es lo que quieres mujer? Janet se acerca un poco más a Duque, y le expresa: —   Yo te entregaré todas mis tierras si me derrotas en un duelo, pero si yo gano, la deuda que tiene mi esposo contigo será cancelada. Jose Luis se vuelve a reír y les dice a todos: —   Me están tomando el pelo, de verdad, ¿esto es enserio? Janet le responde: —   ¿Me estás viendo reída contigo? Yo estoy hablando en serio. Duque se enoja con todos, y les dice: —   Yo no tengo nada que pelear contigo, esas tierras me las gane hace tiempo, y vengo por ellas ahora. Janet le apunta con su espada a Duque, y le dice: —   Mira, acepta mi propuesta o morirás aquí en mis tierras… si sabes lo que te conviene, acepta el duelo. Duque se queda pensativo por unos segundos, y luego le dice a Janet: —   Acepto tu desafió. —   Entonces Duque, mañana en la mañana nos vemos en la Plaza mayor. Duque guarda su espada, y le expresa a Janet: —   ¿Porque no ahora? Janet también guarda su espada, y le responde a Duque: —   Necesitamos más testigos y la Plaza mayor es perfecta para el duelo. Jose Luis duda de eso y le dice a Janet: —   Los militares no nos van a dejar combatir. De inmediato, Carlos les dice a todos: —   No se preocupen por eso, hoy mismo hablaré con un amigo militar. Y eso quedará solucionado, el único problema que veo es la llegada del gobernador, parece que va a nombrar a un nuevo comandante del ejército o general de Pedraza. Alfonso le dice a Duque: —   Bueno, ya todo está dicho… así que ya te puedes ir. Duque le dice a Alfonso: —   Están confiados de que esta mujer me pueda ganar, recuerda que soy uno de los mejores con la espada de toda Segovia, así que ninguna mujer me va a ganar. En ese momento, Duque se monta en su carruaje junto a sus hombres, y desde allí le dice a Janet: —   Que lastima, eres muy bella y hermosa. Para ser acabada por mi espada… te espero mañana en la mañana en la Plaza mayor. En ese momento, Duque se va del Arca. Cuando todos van a darle animo a Janet. En la noche, Janet se levanta de la cama, y al ver a Alfonso dormido, sale de la habitación y camina por la casa. Flora ve a Janet abrir la puerta, y le dice: —   ¿Qué haces Janet? Janet se asusta y le dice a Flora: —   No podía dormir, y quería caminar afuera. —   Como se te ocurre mujer, cierra esa puerta y ven acá. Janet cierra la puerta y se sienta en la sala junto a Flora. Cuando esta le expresa: —   Janet, ¿estas ansiosa por el duelo de mañana? —   Un poco, es la primera vez en mi vida que hago algo así, y no sé qué vaya a pasar. —   Janet, tú vas a ganar… tú tienes que ganar, porque si no, ese tal Duque nos acaba. —   Voy a dar lo mejor de mí. —   Oye Janet, y cambiando de tema, ¿ustedes con Alfonso ya se arreglaron? —   No, siento que no es el momento, para pensar en esas cosas. —   Cierto, ahora lo que nos importa es salvar las tierras… En la mañana siguiente, Carlos arregla todo con su amigo militar, para que en el momento del duelo entre Janet y Duque, los militares no se metan. Duque es el primero en llegar a la Plaza mayor y se baja de su carruaje y ve el cielo, y dice: —   Está siendo un buen día para ser más rico en tierras. De inmediato, Duque le dice a uno de sus hombres: —   ¿Ya llegaron los desafiantes? —   No señor. En ese instante, Alfonso, Janet y los demás, llegan a la Plaza mayor y cumplen con la cita acordada. Duque se pasea la Plaza y ante la mirada de varias personas, le dice a Janet y a los demás: —   No quiero sorpresas, ni jugadas de última hora… cuando yo gane, quiero que de inmediato desalojen todos sus bienes. Alfonso confía en su esposa, y le dice a Duque: —   Tenlo por seguro que no vamos a perder. Carlos también se encarga de regar la noticia del duelo entre Janet y Jose Luis Duque de León, y en menos de un minuto, la Plaza mayor se llena de personas curiosas entre jóvenes y mayores. Creando un gran circulo de personas, en la que Janet y Duque quedan en el medio. En el cuartel militar, Sendero espera la llegada del gobernador, para su aspiración de ser el que reemplace a Patricio. En la Plaza mayor, Duque le dice a Janet: —   Todavía puedes retratarte y darle la oportunidad a un hombre, para que pelee por ti. Janet se ofende, y le responde a Duque: —   Por eso vas a perder, crees que nosotras las mujeres somos poca cosa y estas muy equivocado. De inmediato, Duque le dice: —   Basta de tanto hablar, prepárate para una derrota vergonzosa. En ese instante, tres militares al duelo en sus caballos, y se quedan a observar el combate. En ese momento, Duque ataca a Janet, pero esta le responde bien. Defendiéndose con una gran habilidad que sorprende a los militares y a toda la gente que están observando. Janet deja de defenderse de los ataques agresivos de Duque, y con más fuerza se abalanza contra Duque. Haciendo relinchar las espadas a cada instante. La batalla se pone muy pareja, al punto que Duque comienza a preocuparle la situación, al ver que Janet pelea bien y no se cansa. En seguida, Duque intenta acabar con Janet de un solo espadazo, pero después de sacudir su espada, la cual Janet se agacha. Para esquivar ese ataque. El intenta golpearla con una patada, pero esta rueda por el piso. Como dé lugar, Duque intenta darle a Janet en el piso. Cuando esta le pega una patada en sus partes íntimas, y lo deja muy mal. En ese instante, Janet se levanta y permite que Duque se recupere, mientras Alfonso y demás familiares están muy asustados. De inmediato, Alfonso le grita a Janet: —   ¡NO LO DEJES DESCANSAR!, ¡ATACALO! Janet deja que Duque se siga recuperando de ese gran golpe, y le dice: —   ¿Ya estas listo? Duque se queja y se queja, y le responde a Janet: —   Desgraciada mujer, como te atreves… aaaaah, esto no te lo perdonaré. De inmediato, los militares y la misma gente se ponen a reír de Duque. Haciendo que este quiera matar a Janet. Sara le dice a Flora: —   Ese hombre está muy furioso, Janet se tiene que cuidar. De inmediato, Guillermo les dice a todos sus familiares: —   Janet va a ganar. Flora le dice a Guillermo: —   ¿Por qué lo dices? Guillermo queda viendo el estado de Duque, y luego le responde a Flora y a los demás que lo están viendo: —   Porque entre uno este así de enojado, no piensa bien y es mejor terminar el duelo. En ese momento, Duque le tira a Janet, pero esta le pasa por el lado y con un giro fenomenal, Janet le hace un pequeño corte en su espalda. Duque comienza a entender que con ese enojo va a perder el duelo, y se tranquiliza un poco y vuelve atacar a Janet utilizando todo lo que sabe. Duque logra estabilizar el enfrentamiento y hace durar la batalla. Llevando siete minutos de duelo. Alfonso le dice a Guillermo: —   Ese Duque no se rinde, ha logrado igualar las cargas. Guillermo comienza a apretar sus manos. Haciendo mucha fuerza por Janet, y le dice a Alfonso: —   Con esa herida en la espalda. Y este hombre sigue como si nada. Carlos les dice a los dos: —   No se asusten, en cualquier momento Janet le da su estocada final, miren que ella no ha perdido su aliento, esta como si recién estuviera batallando. En seguida, Janet decide terminar con el duelo, y le dice a Duque: —   Las tierras son y serán siendo nías. En ese instante, Duque se vuelve a enfadar al escuchar eso que dijo Janet, y se lanza con todo, pero Janet lo corta dos veces en su brazo derecho y en su hombro izquierdo. Duque se da vuelta rápidamente, pero Janet de un espadazo le vota su arma al suelo, y lo vence poniéndole la espada en su cuello…  
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