En el Arca, Flora entra a la cocina y le dice a Leonor:
— Alfonso te manda a decir que vayas.
— Estoy preparando la comida.
— Ve Leonor, yo me quedo viendo todo.
— Está bien.
En ese instante en que Leonor sale de la cocina, Flora se pone a revisar. Cuando ve pasar una rata cerca de donde esta, y de inmediato pega un tremendo grito.
Leonor y todos los demás, van a la cocina. Cuando Carlos, Cesar y Guillermo, le dicen a Flora:
— ¡¿Qué paso?!
Flora se pone a llorar, diciendo:
— Una asquerosa y fea rata.
Alfonso también entra a la cocina, y dice:
— ¿Y ese grito?
Carlos le responde a su primo:
— Mi hermana que vio una inofensiva rata.
Flora les dice a todos:
— ¿Inofensiva?, esa es una plaga, hay que sacarla de esta casa.
De inmediato, Alfonso le dice a Cesar:
— En cárgate de eso.
— Si señor.
Mientras Cesar se ocupa de buscar la rata, para matarla todos se van a la sala.
En ese momento en la quebrada, Janet se sienta en una piedra, y le dice a Sara:
— Este era mi lugar favorito, aquí me venía a bañar y también venía a pensar.
— Janet, Pero todo está seco, falto de vida.
— Eso es lo que no puedo creer, si vieras Sara, esto era hermoso… como añoro esos tiempos.
— ¿Y qué crees que paso con el agua?
— No lo sé, pero tengo ganas de caminar hasta esos árboles que se ven a ya.
Sara se asombra y le expresa a Janet:
— Eso se ve muy lejos.
— ¿Te mides?, quiero investigar lo del agua en la parte de arriba.
— Está bien Janet, vamos.
Durante el camino, Sara le dice a Janet:
— ¿No te preocupa lo que pase con Alfonso y el problema que tenemos?
— Claro que sí, y caminando se me ocurrió una idea, pero después te la digo.
— Solo tenemos tres días, recuerda que ese sujeto ya sentencio a Alfonso… él es mi primo y no quiero que le pase nada malo.
— Ahora que lleguemos a la casa, haremos una carta para ese tal Duque… yo voy a citarme con él. Para ver como arreglamos ese problema, pero antes; quiero caminar hasta a ya, para ver que encuentro.
— Está bien.
Diez minutos después, Sara le da miedo de seguir caminando, y le dice a Janet:
— Regresémonos, no hemos encontrado nada y tengo miedo de encontrarme una bestia salvaje por aquí.
— Si, tienes razón regresemos, tenía el presentimiento que iba a encontrar algo, pero no… vamos a casa.
En el Arca, Carlos se despide de todos y se va a su casa. Cuando Alfonso mira desde lejos las tierras, y dice:
— ¿Qué se hicieron esas dos?
Luego de unos minutos, Janet y Sara, llegan al Arca. Cuando Alfonso las espera en la puerta, y le dice a Janet:
— Quiero hablar a solas contigo.
De inmediato, Sara le dice a Alfonso:
— Déjala tranquila.
Alfonso le responde a Sara:
— No te metas en esto Sara y entra a la casa, que voy hablar con mi esposa.
Janet le dice a Sara:
— Entra a la casa que no va a pasar nada con Joaquín.
Sara le hace caso a Janet y Alfonso y entra a la casa. Cuando Alfonso le dice a Janet:
— Me dijiste que me ibas a cortar la cabeza. Para vengar la muerte de tus padres… háblame, ¿me estas culpando de la muerte de Adal y de Fanny?
Janet vuelve a ese trágico momento. Y ve salir a Joaquín de su casa, y le expresa a Alfonso:
— No, como se te ocurre… tú no eres el asesino, es otra persona.
— Entonces Janet, ¿puedo volver a confiar en ti?
— Si, esto no vuelve a pasar.
Alfonso le muestra la herida a Janet, y le dice:
— Realmente pensé que me ibas a matar… ¿a qué horas aprendiste a moverte como un militar experimentado?, no lo entiendo.
— Solo debes de entender que yo tengo una solución. Para librarte de Jose Luis Duque de León.
Alfonso cruza sus brazos, y le dice a Janet:
— ¿Cómo piensas hacer eso?
— Voy a ofrecerle todas mis tierras.
— ¿Qué?, ¿pero estas enferma mujer?, como le vas a ofrecer todas las tierras a ese aprovechado y oportunista.
Janet se vuelve a enojar con Alfonso, y le dice:
— Te recuerdo, que este problema lo inventaste tú, pusiste en juego el bienestar de tu familia por tu ambición.
— Bueno Janet, ¿cómo piensas salvar a esta familia?
— En un duelo, si el me gana se queda con todo, pero si yo gano te deja en paz.
— No, no, no, no, no, tu no harás nada de eso… eso es un problema de hombres, y como hombre lo voy a solucionar.
Janet se ríe de Alfonso, y le dice:
— Pero que dices… tu no tienes nada que hablar porque fuiste derrotado por una mujer, así sea tu esposa… por ende, yo voy a solucionar ese problema, y es mi última palabra.
Totalmente callado, Alfonso se queda mirando a su esposa. Cuando Leonor les dice:
— La comida está servida.
Todos se encuentran en la mesa comiendo pollo. Cuando Alfonso les dice a todos:
— Les tengo una noticia.
Flora dice:
— Si son noticias malas, mejor no las digas.
Alfonso le responde a Flora:
— Ustedes deciden si son malas o buenas… Janet ha decidido retar a Duque a un duelo por las tierras, ¿qué opinan?
Sara le dice a Janet:
— ¿Eso es verdad?
Janet le responde a Sara:
— Si, hay que buscar una solución para este problema.
Guillermo le dice a Janet:
— Es muy arriesgado, aunque manejes la espada a un nivel alto, podrías morir en ese combate… yo me ofrezco a ese duelo.
De inmediato, Flora y Janet dicen al mismo tiempo:
— ¡No!
Flora le dice a Guillermo:
— Tu de hace tiempo no agarras una espada, deja a Janet que defienda sus tierras, ya la viste pelear, ella es buena.
Alfonso le dice a Janet:
— Aunque vayas y estes dispuesta a pelear, Duque nunca aceptará pelear con una mujer.
Janet deja de comer, y le responde a Alfonso:
— Perdóname por haberte humillado ante la familia, lo siento, pero ya no podemos hacer más nada, yo soy mujer y están en juego las tierras que eran de mis padres. Y si tengo que matar por ellas para poder sobrevivir… entonces lo haré, si Duque no quiere pelear conmigo, entonces que se olvide de todo, porque si me tengo que enfrentar a medio pueblo, lo haré con honor… no me dará miedo, nosotras las mujeres también podemos.
De inmediato, Flora, Sara y Leonor, aplauden a Janet. Cuando Alfonso le dice a Leonor:
— Ve a la cocina.
Leonor le hace caso a Alfonso. Y se va contenta con lo dicho de Janet a la cocina.
Guillermo le dice a Janet:
— ¿Realmente estas decidida en hacer esto?
Janet los mira a todos, y dice:
— Esta es una decisión tomada y espero que todos la respeten.
Tres días después, Guillermo, Carlos y Cesar, van en el carruaje hacia el Arca. Cuando son interceptados por los hombres de Duque, quienes los hacen bajar del carruaje inmediatamente.
Asustado, Guillermo les dice:
— ¿Quiénes son ustedes?
De inmediato, Carlos ve acercarse un carruaje y le dice a Guillermo:
— Mira, ese que viene ahí debe ser Duque.
En ese momento, Jose Luis se detiene y se baja de su carruaje, y desenfunda su espada, diciendo:
— Ustedes morirán hoy, a cambio del incumplimiento de Alfonso.
Carlos le dice a Duque:
— ¡Espera!, Alfonso te espera en el Arca, el tiene una nueva propuesta para hacerle.
Duque se queda extrañado con lo que dice Carlos, y le expresa:
— ¿Qué es el Arca?
Guillermo le responde a Jose Luis:
— Es la casa de él.
De inmediato, Duque les dice a Carlos y a Guillermo:
— Entonces vamos hacia allá…