ETERNOS

El BARCO ENEMIGO. LA GUERRA EN EL OCÉANO ÁTLANTICO

Después de arreglar todo, Roco se acerca a Janet y le da la mano, diciéndole:

—   Gracias, vi cómo se esmeró en atender a mis amigos.

Janet también le da la mano, y le contesta a Roco:

—   Es mi profesión, después que es te aquí. Trataré de curar al que este enfermo u herido.

—   Estaba equivocado contigo, eres un hombre de confianza.

En ese instante, Roco se va hablar con otro compañero. Cuando Arnol le dice a Janet.

—   ¿Algún problema con roco?

—   No, el me estaba dando las gracias por haber atendido a sus amigos.

—   Ah, nunca había estado en medio de una tempestad tan grande, pensé que íbamos a morir todos…

Arnol se queda viendo a Janet, mientras ella ve el Océano, y le dice:

—   Parece que no le tienes miedo a la muerte.

—   ¿Por qué lo dices?

—   Ada, en todo lo que paso, yo te note muy tranquilo.

Janet se sonríe un poco, y le responde:

—   ¿Tuviste tiempo para verme?

—   Algo así, me parece algo curioso.

—   Pues yo estaba asustado también.

En ese instante, Helio arregla dos de las cuatro velas que hay en el barco. Y después de hacer eso, se queda en su puesto de vigilancia.

Fontanor les reparte pescados a todos. Cuando Bilardo le dice:

—   ¿Piensas en comida en estos momentos?

Fontanor le quita el pescado, diciéndole:

—   Es para recobrar energías, pero si no quieres, pues no comas.

—   ¡Espera!, trae mi pescado.

En ese momento, Helio sigue vigilando la zona. Cuando ve un sin número de delfines pasar por el barco.

En ese instante, Helio mira hacia tras y ve un barco muy grande. Y le grita a Pablo:

—   ¡Capitán!, ¡Capitán!, ¡Capitán!

Abismado, Pablo le dice a Helio:

—   ¿Qué sucede?

—   Mire hacia allá.

De inmediato, Pablo y otros más se van a la popa del barco. Y ven desde muy lejos un barco grande.

Bruno le dice a Pablo:

—   Señor, ¿cree que son los portugueses?

Pablo queda un poco desconcertado, y les dice a todos:

—   Hay que prepararnos, si es un barco pacifico se va ir por otro rumbo, pero si viene por nosotros tendremos que pelear.

Helio se baja de su puesto de vigilancia. Cuando Janet le dice a Pablo:

—   ¿Puede ser un barco enviado por el rey?

Jeremías dice:

—   No puede ser personal del rey, este viaje es para traerle oro a él.

Helio habla demás, y dice:

—   No creo que el rey se haya enterado de nuestros planes.

Pablo se da vuelta y mira a Helio. Cuando Álvaro, Eusebio y todos los demás, se dan vuelta y ven a Helio. Cuando Roco y Bruno le dicen:

—   ¿De qué se ha enterado el rey?

Pablo les dice a todos:

—   No se alarmen tanto, esperemos haber que rumbo tienen. Para sacar conclusiones, y sobre el rey… que les puedo decir, todo está bien.

Fontanor le dice a Pablo:

—   Esto no me gusta, es mejor que preparemos nuestras armas, a que nos cojan desprevenidos.

Pablo está de acuerdo con Fontanor, y les expresa:

—   Esten listos por si el barco no cambia de rumbo y viene por nosotros, ahora todos vayan a sus posiciones.

En ese momento, todos buscan sus espadas y se mantienen en sus puestos con excepción de Janet y de Helio, quienes se quedan con Pablo en la popa.

Pablo coge del cuello, diciéndole:

—   Quieres que todos se enteren antes de tiempo de lo que vamos hacerle al rey.

—   Discúlpeme, estoy muy nervioso.

Pablo suelta a Helio, y luego dice:

—   Hasta que no lleguemos al nuevo mundo, no le diremos nada a nadie, y eso va para ti Adal.

Janet esta viendo el otro barco, y le responde a Pablo:

—   De parte mía no saldrá nada… ¡esperen!, ¿no notan que ese barco es más rápido que este?

Pablo se da vuelta y se percata de lo mismo, y dice:

—   Viene para acá… ¿será que el rey se enteró que le íbamos atraicionar y robar el oro?, o son los portugueses que quieren quitarnos del camino.

Janet le expresa a Pablo:

—   ¿Qué es lo que ocurre con los portuguese?

—   Es una disputa por las aguas atlanticenses que se ha formado con el tiempo.

Helio le dice a Pablo:

—   ¿Y si no son ningunos de los dos y son piratas?

Jane les dice:

—   No pueden ser piratas, no llevamos nada.

Pablo también dice:

—   Si otra vez estuviéramos saliendo del nuevo mundo cargados de oro, lo creería, pero esto es otra cosa… Adal, ve y dile a Jeremías que te de una espada, me imagino que sabes usarla.

Janet saca su espada escondida, y le dice a Pablo:

—   Yo tengo una propia.

Pablo y Helio se sorprenden, y dicen:

—   ¡¿Qué?!

Pablo le dice a Janet:

—   Pero Adal, ¿de dónde sacaste esa espada?, además, tú eres médico y salvas vidas.

—   Si, pero en este mundo en que nos movemos hay que aprender a defenderse.

Minutos más tarde, el Clavel está siendo alcanzado por el barco misterioso a una velocidad impresionante.

Arnol siente mucho miedo, y le dice a Janet:

—   Las piernas no me paran de temblar, estoy muy nervioso.

Janet coge fuertemente la mano derecha de Arnol, y le expresa:

—   Sostén bien la espada y no tengas miedo, no debes tener miedo mientras sostengas esto.

—   Por más que me digas eso, no dejo de pensar en que vamos a morir si tenemos un enfrentamiento.

—   Pero que negativo eres, tu sabias que esto en cualquier momento iba a pasar, ¿por qué te montaste en este barco? Deberías de estar con tu familia.

—   Adal, yo no tengo familia, es más, ninguno de los que vez aquí la tiene… ¿de pronto tu?

Janet se acuerda de sus padres, y luego dice:

—   No, yo tan poco tengo familia.

Bilardo les dice a los dos:

—   Prepárense, el barco se acerca.

Pablo saca su espada y espera que el barco pase por el lado del Clavel, pero este los golpea brutalmente por la parte trasera. Haciendo que todos caigan al suelo.

Janet junto a Pablo se levantan. Cuando ven a un sin número de hombres portugueses que se lanzan al barco, el cual quedo dañado con el golpe del barco agresor.

De inmediato, Pablo y los demás se lanzan al ataque.

Janet defiende a Arnol y pelea con un portugués que intentaba matarlo.

Pablo defiende su barco con su propia vida. Y con su espada se defiende a la vez de dos portugueses.

Adrián es el primero en caer al ser atravesado en su estómago por una espada enemiga.

Helio y Bruno acaban con dos portugueses, que estaban acorralando a Fontanor y a Eusebio.

La destreza de Janet es impresionante y acaba fácilmente con tres portugueses. Hasta que ve como un enemigo mata a Álvaro y a Bilardo. Y se lanza contra el enemigo…