RESURRECCIÓN DESDE LO MÁS PROFUNDO

1291 Words
Janet le tira a la cabeza, pero este se cubre con la espada. Para luego contraatacar a Janet con varios espadazos descomunales. Janet no se deja doblegar por la fuerza del portugués. Y también le responde los ataques con toda su fuerza emparejando el combate. El barco comienza a hundirse, mientras las fuerzas enemigas acribillan a Helio y a Fontanor. Pablo es herido en su brazo derecho, pero saca fuerza y acaba con el que lo corto. En ese instante, Janet se agacha e intenta cortar al portugués de estatura superior, pero este esquiva el ataque. Y aprovecha que Janet descuido su defensa y la corta en su brazo izquierdo. Janet comienza a votar mucha sangre, y le dice al portugués: —   Ni creas que me vas a vencer. El portugués se ríe, diciéndole: —   Pues ya te gané, todos ustedes están muertos. Janet mira la gran rajadura de su mano izquierda, y dice: —   ¿Por qué te demoras? En ese instante, el brazo izquierdo de Janet se cura totalmente sin dejar rastro de ninguna cicatriz. Estupefacto, el portugués le dice a Janet: —   ¡Oye tú! ¿Qué hechicería hiciste? —   Ninguna. —   No, estas mintiendo, yo sé lo que vi. —   Eso no importa ahora, ¿quién les mandó a atacarnos? —   Nosotros nos mandamos solos. En ese instante, el portugués corre y ataca a Janet, pero esta se defiende notablemente amortiguando los duros espadazos del enemigo. Roco lanza a un portugués al agua y después se ocupa de otro traspasándolo con su espada. Cuando descuida su defensa y muere a manos del líder de los portugueses, quien le dice a toda su gente: —   Acaben con los que faltan y regresemos a nuestro barco, porque ya este se está hundiendo. En ese momento, Janet logra acabar con el hombre más alto de los portugueses y corre ayudar a Pablo. Cuando es atacada por tres hombres. Janet se defiende de los ataques de los tres portugueses, mientras toda la tripulación de Pablo es acabada por los invasores. El barco está a punto de hundirse y los tres que pelean con Janet salen a correr e intentan subirse a su barco, pero su líder hace mover la dirección del barco invasor. Despegándolo del Clavel, y los tres hombres caen al agua. Herido, Pablo queda sentado en el piso. Viendo como todos sus amigos están muertos. Cuando Janet le dice: —   Levántese, tenemos que salir de aquí. —   Salir a donde, no ves que estamos en alta mar… me sorprendes que estes con vida Adal. —   Tuve suerte. —   Eso veo, ahora tendremos la misma suerte que este barco, nos hundiremos hasta lo más las profundidades del Océano Atlántico. Janet mira como el barco enemigo se aleja, y luego le dice a Pablo: —   Aun no puedo creer que esto haya pasado. Pablo se acomoda un poco, y le expresa a Janet: —   Con esto estoy pagando lo malagradecido que he sido con el rey… sabes que el me ayudo arreglar este barco, y mira cómo le estaba pagando… con traición. Janet presiona la herida que tiene Pablo en el estómago, y le dice: —   No hagas tanta fuerza Pablo, porque te estas desangrando muy rápido. —   Qué más da, o muero así, o muero ahogado. En ese instante, el Clavel se parte en dos. Haciendo que Janet caiga a la punta del barco y Pablo se hunda con la parte trasera del barco. La pierna derecha de Janet. Queda atrapada en la madera del barco, y ese pedazo del barco se hunde por completo. En ese momento, Janet hace fuerza para salir del barco, pero no puede y comienza a tragar mucha agua. Hasta morir ahogada. Después de unos minutos, el barco cae al fondo del Océano. En ese instante, Janet vuelve a revivir y de inmediato jala su pierna una y otra vez, pero no puede sacarla y vuelve a morir ahogada. Después de unos minutos, Janet vuelve a revivir, y piensa:      “No puede ser, si no hago algo rápido, moriré y reviviré por siempre en este lugar” Janet hace un esfuerzo extra ordinario. Y logra aflojar su pierna derecha, pero vuelve ahogarse. De nuevo Janet revive y saca su pierna derecha del barco y nada con gran fuerza hacia la superficie. Janet siente que se le están acabando sus fuerzas. Y aguanta aún más la respiración, y logra salir a la superficie. En ese instante, Janet solo ve cielo y agua y se aferra a un pedazo de madera, diciendo: —   Esto no me va a detener, no va a detener mi búsqueda. Veinte días después, Janet se encuentra tirada en la playa de Cádiz. Totalmente agotada, Janet entre dormida, dice: —   Todo… todo esto lo he… pasado por ti Joaquín… algún día me las pagaras todas. En ese momento, una pareja de recién casados encuentra a Janet. Y al estar cerca de ella, intentan reanimarla, pero esta no reacciona. Cavildo le dice a Luz: —   Esta mujer parece muerta, ¿porque no los vamos de aquí antes que nos culpen de algo que no hemos hecho?, adema, esto nos podría dañar los planes que tenemos. —   Pero que dices, no los vamos a ir sin antes cerciorar se bien si está viva o muerta. Luz vuelve a tocar a Janet, y le dice a Cavildo: —   Ella está viva y necesita nuestra ayuda. Cavildo se vuelve agachar y toca el cuello y el pulso a Janet, y le dice a su esposa: —   Tienes razón, esta mujer está más viva que tú y yo juntos, habrá que llevarla a la casa y ponerle algo seco… “después que haya reaccionado por supuesto”. —   Si, eso es lo mejor, entonces cárgala. —   ¡¿Yo solo?! —   Claro. —    ¿no me vas ayudar? —   Tu eres el hombre. —   Está bien, está bien, yo la cargaré, pero después tú te ocuparas de todo. —   No hay problema, ahora cárgala y llevémosla para la casa. Minutos después, Janet sueña que ha encontrado a Joaquín y habla de nuevo entre dormida, diciendo: —   Por fin te encontré… Joaquín, ahora vas a pagar por la muerte de mis padres. Parados al frente de la cama, Cavildo y Luz se ven las caras e intentan despertar a Janet. Moviéndola de un lado para el otro. Luz le dice a su esposo: —   Pobrecita, debe de haber pasado por mucho. —   Lo que no entiendo, ¿es por qué esta mujer esta vestida de hombre? En ese instante, Janet se despierta muy abismada, y dice: —   ¿En dónde estoy? Luz se sienta en la cama, y le responde: —   Estas en mi casa… y esta ciudad se llama Cádiz. Janet dice: —   He regresado. Cavildo también le dice a Janet: —   Te encontramos tirada en la playa casi muerta. Janet piensa:     “Era un sueño… pensé que ya había encontrado a Joaquín”. Luz le dice a Janet: —   ¿Te encuentras bien?... ¡señorita! Cavildo le dice a su esposa: —   Parece que ella se habrá golpeado la cabeza, no escucha ninguna razón. Janet trata de levantarse. Cuando luz no la deja levantarse, y le dice: —   Guarda reposo, ya te traigo algo de comer. Janet le dice a Luz: —   Gracias, pero no puedo quedarme mucho tiempo aquí. Cavildo le dice a Janet: —   ¿Te están persiguiendo? —   No… nadie me persigue, he renacido desde lo más profundo del Océano. Confundido y asustado, Cavildo le expresa a Janet: —   ¿Cómo que renació en lo profundo? En ese instante, Luz le trae un plato de quisquilla a Janet, y le dice: —   ¡Come! Debes de tener mucha hambre, come un poco…
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