PROMESA DE MATRIMONIO

1185 Words
Leonardo deja de hacerle cosquillas a sus hijos, y le responde a Mara, diciéndole: —   Si, no se puede negar que la muchacha es bonita… ¿qué pasa con esto? —   Leonardo, ¿no te habrás enamorado de ella como lo hizo tu padre? Leonardo le miente a su esposa, respondiéndole: —   Como crees… En ese momento en las calles de Madrid, Ragel cabalga sin poder descansar ni un minuto, y llega al batallón de la ciudad en busca de los generales. En el palacio, el rey le regalo cientos y cientos de vestidos a Janet. Y la invita a comer carne de caza, mientras esperan la llegada de los generales. Horas después, los generales Miguel Barboza Estrada y Adolfo Vital Perlaza, se presentan ante el rey, mientras Janet toma un baño de agua tibia en la habitación que le dio el rey. En ese instante, el rey les dice a los generares: —   ¿Ustedes ya están enterados del porque estás aquí? Miguel le responde al rey: —   Ragel nos comentó algo. Adolfo le dice al rey: —   Si, usted esta buscando a un hombre llamado Joaquín, y que no pudo encontrarlo en esta ciudad. El rey les dice a los dos: —   Quiero que todo el ejército del país se active y busque a ese hombre, encárguense de eso… ah, y quiero resultados rápidos, ciudades y pueblos, quiero que en ningún rincón del país se deje de buscar a ese hombre, de ustedes depende que yo me vuelva a casar. Los generales se miran, y luego Miguel le expresa al rey. —   Entiendo, nosotros le vamos a cumplir con esta tarea. El rey les reitera: —   Mi felicidad depende de ustedes… con excepción de Madrid, traigan a todo aquel que se llame Joaquín. De inmediato, Adolfo y Miguel le dicen al mismo tiempo al rey: —   Nos retiramos. —   Bueno, confió en ustedes. En ese momento, los generales se van del palacio. Cuando el rey le dice a Mina: —   ¿Has visto a mi hermano Timoteo? —   Salió en una carroza hace unos minutos, antes que llegaran los generales. —   ¿Y mi futura esposa? —   Yo le prepare un baño de agua tibia, y en estos momentos, debe de estar bañándose en su habitación. El rey se levanta de su silla, y le dice a Mina: —   Busca a Euclides, mientras yo voy a buscar a Janet en su habitación. —   Como usted ordene señor. En ese instante, Janet se queda dormida en su tina de madera. Cuando escucha que el rey dice: —   ¿Puedo entrar? De inmediato, Janet se despierta y sale de la tina que antes era de Mérida, y se cubre todo su cuerpo con un trapo, diciéndole al rey: —   Estoy ocupada, ya salgo. El rey le expresa a Janet: —   Ponte algo bonito, quiero que salgamos al exterior. Tanto encierro me tiene de mal humor. —   Bueno, espérame en la sala. —   Está bien. Úrsula se esconde en otra habitación. Y vigila al rey, y dice en voz baja: —   Hoy es el día preciso para que mueras. En ese momento, el rey se va a esperar a Janet en la sala. Cuando Euclides le dice al rey: —   Señor, ¿me andaba buscando? —   Si, prepara todo para salir a dar un paseo. —   Como usted ordene, alteza. En ese instante, Janet se pone un vestido de color azul, y sale de la habitación. Cuando se encuentra de frente con Úrsula, quien ve a Janet como a Mérida y le da un fuerte mareo. Janet al ver el comportamiento tan extraño de Úrsula, le dice: —   ¿Te pasa algo? —   Nada de importancia… te vez genial. —   Gracias, este vestido me lo obsequio el rey, como muchos que ya tengo. —   Esos vestidos eran de la reina, pensé que Anastasio se había desecho de todo eso. —   Ya ves que no, y me quedo perfecto. Con una mirada amigable y sonriente, Úrsula finge su enojo, y le dice a Janet: —   Ese vestido te queda muy bien, ¿realmente estás pensando en casarte con Anastasio? —   Si el cumple con mi condición, claro que sí. —   Ah, la de encontrar a un hombre llamado Joaquín… ¿se puede saber que es para ti el Joaquín que buscas? —   Después te digo, no quiero hacer esperar al rey. —   Pues vamos, yo también voy para la sala. —   Bueno. En seguida, Janet y Úrsula llegan a la sala. Cuando el rey besa la mano de Janet, diciéndole: —   Tu belleza sigue incrementándose aún más. Janet se sonríe un poco, y le dice al rey: —   Gracias. El rey le dice a Úrsula: —   ¿Dónde está tu esposo? —   Salió, me dijo que iba hacer algo importante, y que ya regresaba. El rey se queda pensando, y luego dice: —   Es extraño que Timoteo haya salido así, ¿en qué anduviera? Úrsula se sonríe un poco, y le expresa al rey: —   Timoteo mantiene día y noche, semanas tras semanas, aquí en el palacio haciendo como si fuera otro guardia de seguridad tuyo. El rey nota un pequeño disgusto de parte de Úrsula, y le dice: —   ¿Eso sonó como un reclamo? Úrsula se sonríe un poco más, y le responde al rey: —   No, claro que no. Janet mira al rey. Cuando este dice: —   Bueno, nosotros también vamos a salir, voy a recorrer la ciudad con Janet… Úrsula les expresa a los dos: —   Que bien, es bueno que salgan a recibir aire fresco. De inmediato, el rey le dice a Janet: —   Ah, se me había olvidado por completo… ya los generales se pusieron a cargo de la búsqueda de ese hombre. Janet le responde al rey: —   Que bien, entre más rápido encuentren a Joaquín, más rápido yo me casare contigo, es una promesa. El rey vuelve a besar la mano derecha de Janet, y le expresa: —   Una promesa es una promesa, no sabes cuanto te deseo. Úrsula tuerce su boca, y piensa:    “Vamos a ver hasta dónde llegan ustedes dos… si, esta es la oportunidad que yo esperaba para deshacerme del rey” De inmediato, Úrsula le dice al rey: —   Que esperan para irse a pasear, está haciendo un día formidable, creo que es perfecto para ustedes dos… vayan tranquilos que yo me encargo de todo aquí en el palacio. En ese momento, el rey y Janet no pierden tiempo y salen del palacio. Cuando Úrsula se va rápidamente para la cocina, y le dice a Celac y a Matiz: —   Retírense de la cocina, yo me encargare de todo. Celac se enoja con Úrsula, y le dice: —   Señora, yo recibo órdenes del rey o del príncipe, y el rey me ordeno hacer la comida. Úrsula separa al frente de Celac, y le expresa con gran enojo. —   Ya veo que quieres irte a la mazmorra a morirte encerrada para siempre en ese lugar. Celac y Matiz se asustan. Cuando Celac baja la guardia. Y junto con Matiz, se retiran lentamente de la cocina…    
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