NO SOY UN FANTASMA

1390 Words
Janet se agacha y llora en la tumba de su madre y de su padre, y al ver unas rosas que los adornan, dice: — Qué bueno que alguien los visita. En ese momento, Cecilia trae otras flores. Cuando ve a una mujer agacha en la tumba de Adal y de Fanny, y le dice: — Hola, ¿eres familiar de ellos? Janet seca sus lágrimas y se da vuelta. Cuando Cecilia se asusta terriblemente, y dice: — ¡Janet! Cecilia se toca su pecho y comienza a retroceder de tanto miedo. Cuando Janet le dice: — No tengas miedo, yo estoy viva Cecilia… no soy un fantasma. — Como creerte, estas igualita que cuando tenías veinte años. Y ya han pasado cuarenta y cinco años. — Cecilia, eso lo sé, lo único que te puedo decir es que no soy un fantasma, yo soy de carne y hueso… puedes tocarme si quieres. De inmediato, Janet le ofrece la mano derecha a Cecilia, para que la pueda tocar, pero esta se rehúsa, y le expresa: — Me contaron que te habían ahorcado, no me engañes más, tu estas muerta Janet. Nadie ha sobrevivido a la pena máxima. Janet se sonríe y se acerca un poco a Cecilia, pero esta retrocede. Cuando Janet le dice: — Yo fui la única que pude sobrevivir a eso, porque yo me hice la muerta, es por eso que estoy aquí. — ¿Por qué apareces ahora Janet? — Porque muchos de los que intentaron matarme, ya están muertos, incluso, acaba de morir uno que faltaba. — ¿A qué te refieres? — Eso no tiene más importancia, ahora lo que debemos hacer, recobrar nuestra amistad, tenemos tantas cosas que contarnos. Janet toca la mano de Cecilia. Cuando esta le dice: — ¡Estas viva! — No te estaba diciendo mentiras, yo soy la misma Janet de antes. — Pero yo no puedo decir lo mismo, mírame, los años me han envejecido. — ¿Envejecida? Te ves joven aún. — Janet, tengo sesenta y tres años, ¿te parecen pocos? — Te ves bien Cecilia… ¿y tu familia? — Mi mamá tiene noventa y cinco años, y todavía camina perfectamente, tengo dos hijos, un hombre y una mujer. Janet le da gusto escuchar eso, y le dice a su amiga: — ¿Cómo se llaman? — Daniel y Marcela… Daniel es el mayor con treinta y nueve años, y Marcela tiene treinta y dos. Y ya me tienen de abuela, cada uno con un niño. — ¿Qué bien Cecilia, tienes una familia muy grande, y tu esposo? — Él está en casa, le ha tocado trabajar afilando espadas de los militares… ¿y tu Janet? ¿Te has casado y tenido hijo? Janet se entristece un poco, y le dice a Cecilia: — Creo que nunca tendré hijos, lo he intentado, pero no. Cecilia abraza a Janet, y luego le expresa: — Lo siento, yo pensé que ya te habías casado y tenido hijos. — Si me case Cecilia, y tú lo conoces bien. — ¿De quién se trata? — Yo me case con Alfonso. — ¿Qué?, pero porque hiciste eso Janet, ese hombre es malo. — ¿Sabes algo que yo no sepa? — Si, como todos pensábamos que estabas muerta, él se adueñó de tus tierras e hizo negocios con ellas. De inmediato, Janet le dice a Cecilia: — Él se las quito al gobernador con ayuda de otro hombre, el cual era un socio… el me conto. — No se Janet, debes de vigilar todo lo que haga Alfonso, para que no te lleves sorpresas. — Si… Janet se monta en su caballo y luego le dice a Cecilia: — Cuando quieras me vienes a visitar al Arca. — Está bien, medio una gran alegría saber que estas viva. — Lo mismo Cecilia, estoy feliz de verte, tenemos que volvernos a ver. En ese instante, Janet se despide de Cecilia y se va a toda velocidad en su caballo. En Matabuena, Alfonso le conto todo lo que está sucediendo a sus primas y a Guillermo, y los convence a todos de irse a vivir a Pedraza. El día siguiente, Alfonso saca a toda su familia de Matabuena. Y llegan a Pedraza. Donde Janet los ve llegar. De inmediato, Sara se baja del carruaje y corre abrazar a Janet. Flora y Guillermo también se bajan del carruaje y quedan viendo la casa. Cuando Guillermo le dice a Alfonso: — Esta bonita la casa. Alfonso también se baja junto a Leonor, y le responde a Guillermo: — Qué bueno que te guste. Flora le dice a Guillermo: — Tenemos que enviarle una carta a nuestro hijo, para que sepa en donde estamos. Guillermo no dice nada, y le dice a Janet: — ¿Cómo estás?, perdona por invadir tu espacio. Janet le responde: — Es un gusto vivir con ustedes. Alfonso intenta besar a Janet. Cuando esta hace su cara a un lado, y le dice: — Tenemos que hablar. Alfonso se extraña de eso. Cuando Janet les dice a todos: — ¿Se van a quedar aquí fuera?... entren todos a la casa. En ese momento, todos entran a la casa. Cuando Alfonso coge a Janet de su brazo derecho, y le dice: — ¿Porque me hiciste ese desplante tan feo en presencia de Sara y los demás? — Joaquín, ¿has negocio con alguien más mis tierras? Asombrado, Alfonso le dice a Janet: — Claro que no, ¿quién te dijo eso? — Eso no tiene importancia, ahora… dime si tienes más problemas pendientes… En ese instante, Sara coge la mano izquierda de Janet, y le dice a Alfonso: — Dejen de discutir, debemos de festejar que estamos unidos de nuevo. Alfonso les dice a Janet: — Ya escuchaste a Sara, entren a la casa. En ese momento, todos entran y se distribuyen las habitaciones y comparten en familia. En la noche, Alfonso intenta buscar a Janet, para hacerle el amor, pero esta lo rechaza y se duerme. Minutos después, Janet se levanta tarde de la noche y se sienta en la sala. Y piensa en la muerte de Patricio, y dice en voz baja: — Con la muerte de Patricio, ahora ya no hay nadie en este mundo que me pueda ayudar en la búsqueda de ese desgraciado de Joaquín… que voy hacer para encontrarlo. Sara tan poco puede dormir y le aparece a Janet por sorpresa, y le dice: — ¿No puedes dormir? Janet se sonríe y le responde a Sara: — Algo así, ¿y tú? — Pensando en todo lo que deje, los niños, mi propia casa… mi vida en Matabuena. — Te entiendo Sara, no es fácil dejarlo todo y te lo digo yo que tengo mucha experiencia en eso… pero yo tengo el presentimiento, que aquí en Pedraza vas a salir adelante. Flora también se despierta y se levanta de la cama. Dejando solo a Guillermo, y separa a espaldas de Janet y de Sara a escuchar la conversación. Cuando Sara le dice a Janet: — La única que duerme tranquila es Flora. De inmediato, Flora les dice: — Se equivocan, ustedes no son los únicas desveladas. Sara le dice a Flora: — Ven y siéntate junto a nosotras. Janet también le dice a Flora: — Hazle caso a Sara y siéntate con nosotras. Flora se sienta junto a Sara, y le expresa a Janet: — Quiero que me disculpes por mi mal comportamiento a ya en Matabuena. Janet coge las manos de Flora, y le expresa: — Tranquila Flora. De inmediato, Flora les dice a las dos: — Ya que estamos aquí reunidas, quiero saber cuál de las dos me va ayudar a escribirle la carta a mi hijo. Janet le dice a Flora: — ¿Cómo así?, ¿no sabes escribir? — Si, pero Sara y tu escriben mejor que yo, y yo quiero que la carta le llegue a mi hijo con una buena presentación. De inmediato, Sara le dice a su prima: — Trae papel, tinta y la pluma, que yo me encargo de escribirle esa carta a mi querido sobrino. En ese momento, Flora le consigue todo a Sara y junto a Janet. Le ayudan a escribir una muy buena y presentable carta a Flora…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD