EN LA RUINA

1070 Words
En ese instante, Pedro se vuelve a montar en su caballo y les ordena a sus trabajadores, marchar hasta la embarcación… Fabián alcanza a ver a Janet y a Alejandro escoltando unos carruajes. Y se va detrás de ellos sin que se den cuenta. En ese momento, Alejandro ve a Janet tocando su espada en repetidas ocasiones, y le dice: — Sostente bien de ese caballo, no quiero que te vayas a caer por estar pendiente a tu espada. — ¿Eso fue una lección de como montar a caballo? — Fue una precaución. — Deja de estar preocupado por mí y presta atención adelante, Pedro nos necesita despierto. — Recuerda esto Janet, nosotros somos socios y no militares al servicio de Pedro. Janet se acerca al caballo de Alejandro, y le dice: — ¿Qué quieres decir con eso? — Quiero decir que Pedro pudo decirles a algunos amigos que tiene en el ejército. Para tener más seguridad, pero no lo hizo. — Ya veo… Quince minutos después, Pedro y su comitiva están cerca de llegar a la playa a donde está el barco Alzamora. Cuando son emboscados por más de diez hombres a caballos, quienes aprovechan la confusión de todos. Y atacan a Pedro. Haciéndolo caer de su caballo. Alejandro le dice a Janet: — ¡Quédate aquí! — ¡No! Yo voy contigo. Pedro se levanta y saca su espada, diciendo: — Si quieren mi mercancía tendrán que matarme. En seguida, Alejandro y Janet van a luchar junto a Pedro, pero otro hombre s le tira al caballo de Janet. Y la hace caer. En ese instante, Alejandro es capturado por tres hombres. Que lo bajan del caballo y lo golpean hasta dejarlo tendido en el suelo. Pedro también recibe una golpiza y queda sin conocimiento tendido en el suelo. Con una herida superficial en su estómago, Janet trata de levantarse. Cuando el sujeto que la tiro, le dice: — Mujer, quédate ahí, si te levantas de seguro te matare a ti y todos los que te acompañan. Los trabajadores de Pedro quedan petrificados al ver lo que está pasando. Cuando Jaime les dice a todos sus hombres: — Bajen a todos los que están en los carruajes. Y llévense toda la mercancía a donde acordamos. De inmediato, los trabajadores de Pedro no ponen resistencia y se bajan del carruaje. Y salen todos corriendo de ese lugar. En ese instante, el sujeto que está cerca de Janet se dispone a irse. Cuando alguien se pone en su espalda y toca su hombro derecho. En ese momento, el sujeto se da vuelta y recibe un tremendo puñetazo de parte de Fabián. Que lo manda a estrellarse a una puerta de una casa. Fabián se acerca a donde está el sujeto, quien quedo sin movimiento después de ese golpe, y le dice: — Para que no vuelvas abusar de una mujer. En ese instante, Janet le dice a Fabián: — ¿Qué haces aquí? En seguida, los ladrones se llevan toda la mercancía. Cuando Fabián se agacha para socorrer a Janet y mira la pequeña cortada que tiene en su estómago, y le dice: — ¡Estas herida! — Yo voy a estar bien, ve y mira como esta Pedro y Alejandro, mientras yo me repongo. Fabián no le hace caso a Janet, y le expresa: — Te quiero demasiado para dejarte aquí sola. Te voy a llevar a un médico, no estas bien. — Hazme caso Fabián, no te preocupes por mí. De inmediato, Fabián le quita la mano derecha del estómago de Janet. Y alcanza a ver algo que nunca en su vida había visto. Y queda estupefacto. Janet se tapa de nuevo la parte donde estaba la herida. Cuando Fabian le dice: — ¿Yo vi mal o la herida que tenías en el estómago se cerró sola? Janet presiona su mano derecha fuertemente en su estómago y se levanta. Expresándole a Fabián: — Te estoy diciendo que no tengo nada. — No, yo sé lo que vi. — Bueno, piensa lo que quieras, pero ayúdame con los demás. En ese instante, Janet va rápidamente a socorrer a Alejandro, quien se despierta y le dice a Janet: — Esos desgraciados casi me matan… ¿qué paso con Pedro? — Ya lo voy a ver… Fabián toca el cuello del ladrón que golpeo. Y al cerciorarse que está vivo, dice: — Vas a tener que dar muchas explicaciones. Janet ayuda a levantar a Pedro, quien dice al verlo sucedido: — Esto no puede ser, ¡me han arruinado! Janet le dice a Pedro: — Pero aún sigue con vida y eso es lo importante, lo demás se puede recuperar. — ¿Cómo?... Si esos sujetos se lo llevaron todo, ¿cómo voy a recuperarme? Alejandro le dice a Pedro: — Esa gente no esta tan lejos, montémonos en los caballos y busquémoslo. Fabián les dice a Todos: — Lo que hay que hacer es devolvernos e informarle de esto al comandante. Para que el propio ejército los busque. Alejandro se da vuelta, y le dice a Fabián: — ¿Y tú qué haces aquí? Janet le dice a Alejandro: — Deja tranquilo a Fabián, fue el quien golpeo a ese que esta allá tirado. Alejandro le dice a Janet: — Yo no confió en ese. Fabián le responde a Alejandro: — ¿Qué insinúas? Janet se pone en el medio de los dos, y les dice: — No vayan a empezar, cálmense y miren como esta Pedro… si ustedes no se controlan ahora, yo misma, escúchenme bien, yo misma los voy a golpear hasta que entren en razón. En ese instante, Alejandro ve algo de sangre en el vestido de Janet, y le expresa: — ¿Estas herida? Janet mira a Fabián y luego le contesta a Alejandro: — No, esta sangre es de otra persona. En seguida, Fabián piensa: “Eso fue lo más extraño que he visto, tengo que buscar la manera de saber que paso con esa herida” En ese instante, Pedro seca sus lágrimas de impotencia y recoge su espada. Y sintiendo una gran ira, les dice a todos: — Vamos a buscar a los militares… En el barco Alzamora, el capitán a impacientarse un poco y camina de un lado al otro lado, al ver que Pedro ni siquiera se asoma, y dice: — ¿Qué se ha hecho este sujeto?...
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