ETERNOS

UNA JUSTA DECISIÓN

Minutos después, Alejandro llega a casa de Candela. Y al verla limpiando el frente, le dice:

— Muy buenos días Candela, veo que estas muy ocupada.

— Buenas Alejandro, aquí limpiando los destrozos que dejo la revuelta de ayer. ¿Y para que soy buena?

— ¿Usted tiene habitaciones disponibles?

— Claro que sí, todas están vacías gracias a los militares que espantaron a mis clientes.

— No te preocupes Candela, mi prometida y yo ocuparemos una de tus habitaciones.

— Que bien Alejandro, ¿y para cuando es la boda?...

Candela pone su mano derecha en su boca al ver el silencio y el rostro de Alejandro, y le expresa:

— ¿Dije algo malo?

— No, más tarde vuelvo.

— Bueno.

En el hospital, Janet atiende a otro hombre vendándole la cabeza, mientras el medico termina de comerse un pan. Y se levanta de la silla para atender al último herido.

De inmediato, el médico le dice a Janet:

— Es mejor que comas algo.

— No tengo hambre, solo espero que no vengan más heridos en este hospital, porque no cabe uno más…

En ese instante, Alejandro llega al hospital y le entrega la espada a Janet, diciéndole:

— ¡Mira! Ya encontré un lugar para que vivamos juntos.

— ¿A dónde?

— Muy cerca de aquí.

— ¡Alejandro!

— ¿Qué pasa Janet?

— He decidido retomar mi búsqueda.

— Ya te dije que te acompañaré a donde quieras, pero tenemos que esperar a que todo se calme. Y yo te ayudare a vengarte del que te hizo daño.

Minutos más tarde, Alejandro lleva a Janet a la casa de Candela. Cuando Fabián los ve desde lejos y por casualidad.

Fabián se baja de su carruaje, y dice:

— Así que quieres esconder a Janet en este lugar.

Fabian se queda observando los movimientos de Alejandro y de Janet. Cuando Candela abre, y les dice:

— Bienvenidos, pero entren.

En seguida, Janet y Alejandro le dicen:

— Gracias.

De inmediato, Janet y Alejandro entran a la gran casa. Cuando Alejandro le dice a Candela:

— ¿Y en cuanto nos dejas una habitación?

— Para ustedes… denme dos reales por cada día que pasen aquí.

De acuerdo con el precio, Alejandro saca el dinero y le paga a Candela, diciéndole:

— Está bien, muéstranos la habitación.

Candela mira la espada de Janet una y otra vez, y luego les dice:

— Vengan por acá…

Fabián se acerca a la puerta y logra ver a Candela llevando a Janet y a Alejandro a su habitación…

Concejo de la ciudad, el comandante es citado por Fernando y sus amigos a una plena discusión por lo sucedido el día anterior en la ciudad, pero inesperadamente, un general de la fuerza real y de mucha reputación, entra al lugar donde le están reclamando a Mauricio, y les dice:

— ¿Se puede saber que está pasando aquí?

El líder del concejo le dice al general:

— ¿Y usted es?...

Todos quedan mirando al general. Cuando este dice:

— Yo soy Luciano Méndez Rojas, y soy uno de los generales recién ascendidos y más cercanos al rey… y ahora les voy a preguntar, ¿qué pasa aquí?

Fernando queda mirando al líder. Cuando Luis le responde al general:

— Se debate el actuar del ejército.

De inmediato, el líder también le dice al general:

— Si gusta puede sentarse y escuchar lo que estamos discutiendo.

Fernando se levanta de su asiento. Y les dice a todos:

— ¿Cómo podemos confiar en un aparecido que nos dice que es general del rey? Aun habiendo una distancia tremenda entre Valencia y la frontera con Portugal... él dice que es un general del rey, ah, ¿a quién le costa eso?... y si este hombre viene de Portugal de forma encubierta o camuflado de general. Para espiarnos, pudo robarle ese traje a un verdadero general que murió en combate.

El comandante y todos los demás, quedan viendo a Fernando. Y luego ponen su mirada al general. Cuando Luciano se acerca a Fernando, y le dice:

— Nunca en mi vida me habían tratado de impostor o de espía, espero que sostenga sus palabras señor…

— ¡Fernando!

— Señor Fernando. Cuando esté al frente del rey, espero verlo así de arrogante como lo está ahora.

El comandante baja el tono del ambiente, y les dice a todos:

— El conflicto está en Portugal, no peleemos entre nosotros y hablemos como personas civilizadas, y dejemos que hable el general, debe tener algo importante para decirnos.

En seguida, Fernando y el líder se sientan. Cuando el general les dice a todos:

— Bueno, borrare de mi mente el incidente que acaba de pasar. Y les explicare lo que está pasando y lo que va a ocurrir si los españoles no nos unimos… estamos perdiendo, nos están expulsando de Portugal, y sea decretado pequeña tregua, una tregua momentánea, en la cual tenemos que buscar la manera de reforzarnos adecuadamente. Porque estamos mal.

El comandante les dice a todos:

— Eso era lo que yo estaba haciendo.

Fernando le dice al comandante:

— Lo que crearon fue un completo caos en toda la ciudad, así no se hacen las cosas.

De inmediato, el general les dice a todos:

— Esta vez estoy de acuerdo con el señor Fernando, la idea no es crear caos y empeorar la situación, tenemos bastantes días para organizar todo. Y que el que quiera unirse al ejército, lo haga por su propia voluntad.

En ese instante, todos quedan satisfechos con esa idea, menos el comandante, quien queda mirando el rostro de todos.

En casa de Candela, Janet descansa un poco en la cama, mientras Alejandro acaricia su mejilla izquierda, y le dice:

— ¿Qué estás pensando?

— En qué vas a dejar sola a tu madre.

— Ella está acostumbrada a estar sola, es una mujer fuerte, además, Martina y Pedro van a la casa, no te preocupes por ella.

— Si quiera tu madre está viva… cuídala, cuida a Laura, no sabes cuanta falta hace cuando no están.

Alejandro se queda pensando un rato. Y cuando mira a Janet otra vez, dice:

— Se durmió…

Alejandro se queda viendo dormir a Janet, y dice:

— No te preocupes amor, no voy a dejar que nadie te haga daño…

Cuatro días después, todo en la ciudad entra en una calma absoluta. Haciendo que toda la gente vuelva abrir sus negocios y retomen sus trabajos.

El general, el comandante y todas las personas importantes de la ciudad, se ponen de acuerdo. Y crean un papel en donde queda la idea plasmada, de no obligar a nadie a formar parte del nuevo ejército. Que iría a Portugal…