En ese momento, Fernando coge del pie izquierdo de Janet y la hace caer del caballo, mientras Manolo controla el caballo para que no se vaya.
De inmediato, Janet saca su espada. Cuando Manolo se ríe a carcajadas, y le dice a Fernando:
— ¿Qué pretendes hacer con eso? Suelta esa espada mujer.
Janet le dice a Fernando:
— Solo les diré esto, espero que ustedes dos no estén implicados en el robo de don Pedro. Porque sería fatal.
— Manolo mira a Fernando, y después le dice a Janet:
— ¿De que estas hablando?
Janet les dice a los dos:
— Suelten mi caballo y les prometo que no los atacare.
Fernando se sonríe un poco y con su cabeza le ordena a Manolo que atrape a Janet por la espalda.
Manolo comienza a acercarse a Janet por la espalda. Cuando esta pierde la paciencia y se le va encima a Manolo. Y le hace una cortada en el lado izquierdo y le pega una patada en el pecho. Aprovechando que este estaba gritando de dolor.
De inmediato, Janet se monta en su caballo y sale de ese lugar a toda velocidad.
Estupefacto, Fernando auxilia a Manolo, diciéndole:
— Esa mujer es una verdadera fiera.
Manolo grita del fuerte dolor que tiene en su brazo izquierdo. Y entre sus gritos le dice a Fernando:
— Quiero que atrapes a esa mujer.
— Ya se escapó, ahora hay que preocuparnos por esta herida…
En la ciudad, Fabián sigue buscando pista de Manolo. Cuando ve a Alejandro pasar en su caballo, y le grita:
— ¡ALEJANDRO!
En seguida, Alejandro hace que el caballo se detenga, y luego le dice a Fabián:
— ¿Qué quieres?
— ¿Qué sabes de la mercancía de don Pedro?
— Todavía los militares están en eso, pero no puedo dar más detalles, porque ahora estoy muy ocupado buscando a Janet, ella esta desaparecida desde ayer.
— ¿Qué le has hecho a Janet?
— No tengo tiempo para ti, si gustas, ayúdame a buscarla.
De inmediato, Alejandro se va del lugar. Cuando Fabián se acuerda del rostro de Janet, y dice:
— No puedo perderla.
En ese momento, Fabián también se va a buscar a Janet…
En el cuartel militar, el comandante le está dando unas indicaciones a Polinar. Cuando Pedro se presenta ante ellos, y les dice:
— Buenas señores.
El comandante le da la mano a Pedro, diciendo:
— Buenas don Pedro, ya me enteré de lo que le paso y déjeme decirle, que antes de irme a la frontera de Portugal, vamos hacer todo lo posible para recuperar su mercancía. Eso tenga por seguro.
Pedro mira a Polinar, y luego le dice al comandante:
— ¿Y el sujeto que trajimos? ¿Ya hablo?
— Me dicen que no, pero ahora que estoy aquí hablara.
— ¿Y quién se quedó a cargo de esa búsqueda?
El comandante se acerca Pedro y le responde:
— Baez está a cargo de todo, no se preocupe…
Después de media hora, Janet llega a la casona de Pedro. Y se baja del caballo y toca fuertemente la puerta, gritándole:
— ¡PEDRO! ¡PEDRO!
Después de unos segundos llamando a Pedro, Janet se vuelve a subir a su caballo, y dice:
— Debe de estar donde Laura.
Fabián alcanza a ver a Janet. Y antes de que se vuelva air acelera su carruaje y llega a donde esta ella, diciendo:
— ¡Janet! ¿Dónde estabas?
— Ahora no, tengo que encontrar a Pedro, creo que tengo una pista de donde se pueda encontrar su mercancía.
— Yo te acompaño.
Entonces vamos a la casa de la mamá de la Alejandro…
Frente del hospital de la ciudad, Fernando trae a Manolo en su caballo, quien dice a cada momento:
— ¡Me estoy desangrando!... creo que moriré pronto.
— No seas cobarde Manolo y bájate de ese caballo.
Me siento muy mal… Fernando, es en serio.
Fernando pierde la paciencia y baja a Manolo del caballo. Y lo entra al hospital.
En ese momento, Fernando le dice a Miguel:
— Buenas, necesito atención médica.
De inmediato, Miguel le ve el brazo izquierdo de Manolo, y les dice:
— No es tan grave.
En seguida, Manolo coge del cuello al médico, y le dice:
— ¿Cómo es que dice? ¡¿Esto le parece que no es grave?!
Fernando los desaparta. Y luego le dice a Manolo:
— Compórtate y déjate atender del médico, yo tengo que irme de nuevo a la casona verde.
— No me dejes solo.
Fernando le expresa Manolo:
— ¡Ya cállate!
De inmediato, Fernando sale del hospital y se va a toda prisa a solucionar el problema que tiene con la mercancía.
Cansado de recorrer gran parte de Valencia, Alejandro se detiene, y dice mirando hacia todas partes:
— ¿A dónde estás? No me resigno a perderte…
Alejandro recuerda el primer momento en vio por primera vez a Janet, y recuerda también, que ese día ella lo defendió de unos ladrones…
En ese instante, Alejandro termina de convencerse de que perdió a Janet. Y se va a casa de su madre.
Minutos después, Janet llega a casa de Laura y se acuerda que ella no puede ver a Fabián. Y se baja del caballo, y le dice:
— Es mejor que yo siga sola, Laura no te puede ver.
Fabián se baja del carruaje y le responde a Janet:
— Yo estoy tratando de ayudar en todo esto, yo quiero que don Pedro recupere lo que le robaron.
Laura abre la puerta y se lleva una gran sorpresa viendo a Janet, y le dice:
— ¡Hija! ¿Dónde estabas?
Laura abraza a Janet. Cuando esta le dice:
— Estaba buscando alguna pista que me condujera con el paradero de la mercancía de don Pedro.
Laura mira a Fabián, y luego le dice a Janet:
— ¿Y este andaba contigo, quiero decir, pasaste la noche con él?
Fabián se le adelanta a Janet, y le dice a Laura:
— Señora, con todo respeto que usted se merece, pero deje de tratarme como si yo fuera su enemigo. Yo vengo a ayudar… no entiendo cuál es su problema.
Janet le dice a Laura:
— Fabián dice la verdad, él está aquí para ayudar.
Laura siente un poco de pena, y le expresa a Fabián:
— Está bien, está bien, discúlpame…