En ese instante, Janet se baja del carruaje y llega a la puerta de la Iglesia de San Juan Bautista, y cuando ve que su padre está lejos, corre a donde están los militares, y les dice:
— ¿A dónde se llevan a este hombre?
En seguida, los militares junto a Joaquín se dan vuelta y quedan viendo a Janet. Cuando Joaquín le dice:
— No, yo conseguí trabajo en la armería.
Janet se sonríe, y les dice a los militares:
— Disculpen, me he confundido.
El segundo al mando del ejército, toma la mano derecha de Janet y le da un beso diciéndole:
— Mi nombre es Patricio Murillo Murillo, para servirle mi bella dama.
Joaquín se enoja, y se pone entre Janet y Patricio, y le expresa al militar:
— Señor ella es mi novia.
Janet queda mirando el rostro de Joaquín. Cuando Patricio le responde a él:
— Tienes buen gusto Joaquín, tu novia es muy bonita.
— Gracias señor, ¿me permite hablar con ella un momento?
— Claro, pero no te demores.
Patricio se retira para hablar con los cuatro militares más, mientras Janet le dice a Joaquín:
— No me acuerdo haber quedado de novia contigo.
— ¿No te gusto que le dijera a patricio eso?
— La verdad… si, si me gusto.
Joaquín se sonríe y le da un beso a Janet, pero esta le dice:
— No, aquí no, mi padre está cerca.
Ante la férrea mirada de los militares, Joaquín se corre un poco más, hasta llegar a la pared de la Iglesia, y le expresa a Janet:
— He conseguido trabajar en la armería del ejército.
— Tu no necesitas ponerte a trabajar con ellos, tú eres un poeta.
— Janet, el dinero se me está acabando y no es una opción regresar a Cabo de palos… al menos que fuera contigo para mostrarte el mar.
— Estás loco.
— Soy aventurero.
— Dime una cosa Joaquín.
— Que.
— ¿Lo que paso entre nosotros fue una aventura para ti?
— Pero que dices mujer, lo que sucedió entre nosotros fue algo indescriptible, fue algo único.
Patricio se acerca a Janet y Joaquín, y mirándolo fijamente a los ojos le dice a Joaquín:
— ¿Quieres trabajar sí o no?
— Si.
— Bueno, ya tendrán todo el tiempo para hablar, ahora vamos a la armería.
En ese instante, Joaquín se despide de Janet cariñosamente con un beso y una acaricia en su mejilla derecha.
Totalmente enamorada, Janet entra a la Iglesia. Para que su padre la viera en ese lugar, y así simular que se está confesando.
Adal termina de vender todo el pan. Cuando alcanza a ver que tres amigos junto con dos desconocidos, están hablando mal de él. Y decide acercarse.
En ese instante, Adal se baja de su carruaje, y dice:
— Buenos días señores, veo que se están divirtiendo desde temprano.
Jonás y Sena se quedan callados, mientras Fernando, Heriberto y Pablo, saludan a Adal hipócritamente.
Adal no cree en las sonrisas de todos, y dice:
— ¿Y qué hacen?
Jonás trata de desviar la conversación principal que tenían, y le responde a Adal:
— Estábamos hablando de lo duro que es conseguir trabajo en este pueblo.
Adal se sonríe, y les dice a todos:
— Yo pensé que estaban hablando de mí.
De inmediato, Sena, Jonás, Fernando y pablo, dicen no, en repetidas ocasiones. Cuando Heriberto habla con la verdad, y dice:
— Yo era el que preguntaba, que como un hombre que vino con riqueza a España, se quedó solo vendiendo pan y queso.
En seguida, todos se ponen muy enojados con Heriberto. Cuando Adal dice:
— agradezco tu sinceridad Heriberto, hay que decir la verdad por más dura que sea, y si, tengo dificultades económicas, pero muy pronto casare a mi hija y todo volverá hacer como antes, los dejo.
Adal se va a la Iglesia y deja a sus amigos peleando entre ellos.
En la Iglesia, Janet es sorprendida por el padre Pedro Sanclemente, quien le dice:
— Hija, ¿porque no entras del todo a la Iglesia?
Janet no sabe qué hacer, y lo único que se le ocurre decir es:
— Es que estoy esperando a mi padre.
— Ah, entiendo.
En ese momento, Adal llega a la Iglesia y al ver al padre con Janet, lo saluda y se lleva a su hija al carruaje.
En el camino, Janet nota que su padre está muy molesto, y le dice:
— ¿Te pasa algo papá?... te veo muy molesto.
— La gente me tiene así.
— ¿Ahora que sucede?
— Los he descubierto a todos, hablan a nuestras espaldas, esos que dicen ser amigos son los primeros en apuñalarte.
— Cálmate papá, no dejes que esas personas te pongan así.
— Lo que necesito es que te cases lo más pronto posible.
Janet piensa en Joaquín, y dice en voz baja:
— ¿Casarme?
En el Arca, Fanny termina de ordeñar las vacas. Cuando recibe una carta de Olí, el del correo.
Fanny es imprudente y al leer que la carta es para su hija, le da las gracias al del correo, y rápidamente entra a la casa y lee la carta.
Después de hacer eso, Fanny se acuerda que dejo la leche en la entrada de la casa, y sale por ella. Cuando su esposo y su hija llegan en el carruaje.
Fanny le da un beso a su esposo, y le expresa a Janet:
— Hija, ha llegado una carta para ti.
Sorprendida, Janet le dice a su mamá:
— ¿Pero quién me ha mandado una carta?
De inmediato, Adal pone su mano izquierda en el hombro derecho de Janet, y le dice:
— Debe ser de Alfonso, últimamente está muy perdido ese muchacho.
En ese instante, Adal y Janet ayudan Fanny a entrar la leche.
Janet coge la carta de la mesa, y al leerla, dice:
— Es de Cecilia… dice que está bien, y que en cualquier momento viene a visitarme.
Adal se sienta aparte de Fanny y de Janet, y se pone hacer cuentas con lo que gano, y dice en voz baja:
— Esto no está dando.
El día siguiente, Janet convence a su padre. Para ir sola a vender el pan, y logra su cometido. Aprovechando esos momentos para verse con Joaquín, quien se escapa de su trabajo. Para salir a pasear con Janet.
En el Castillo de Pedraza, Joaquín le regala una flor a Janet y le da un beso, y disfrutan de un buen día.
Janet y Joaquín se ponen de acuerdo, y todos los días salen a pasear por todos los rincones de Pedraza, sin que les quede un solo lugar.
Sin sospechar nada, Fanny y Adal empiezan a planear el matrimonio de Janet y de Alfonso, y se ilusionan con volver hacer los de antes.
Luego de pasear por todo el pueblo, Joaquín le da un beso a Janet, y le pregunta:
— ¿Te gustaría conocer el mar?
— Si, eso es una de las cosas que más quiero, pero un viaje así no me lo puedo permitir, mis padres me matarían.
— Tus padres te están negando vivir, ni siquiera te imaginas estar al frente del mar, es algo hermoso que deberías verlo.
— Yo te creo, pero…
— Pero nada, tus padres ya han vivido, ahora vive tu.
— Joaquín, ¿y el trabajo que ya tienes con los militares?
— Yo solo conseguí eso por ti, pero realmente no necesito de ese trabajo cuando llegue a Cabo de Palos… entonces, ¿qué dices?, te arriesgas a conocer el mundo?
Janet se queda pensando por unos segundos, y luego le dice a Joaquín:
— Acepto, vamos a Cabo de Palos.
En el Arca, Adal está haciendo más queso, mientras Fanny prepara la comida de Janet y de su esposo.
En ese instante, Ana María llega al Arca y se encuentra con Adal, quien le dice:
— Buenas vecino.
— Hola Ana María, si vienes por pan, ya Janet se llevó todo lo que hicimos ayer, le toca esperar.
— No, yo no vengo a eso, vengo hablar de su hija.
Adal para lo que está haciendo, y le dice:
— ¿Qué pasa con Janet?
— Esto que le voy a decir paso hace unos días, no sé si ella siga en eso.
— Háblame claro Ana María, ¿qué está haciendo Janet?
— Mucha gente la ha visto con un joven de aquí para a ya, y lo peor de todo, se andan besando en la calle. Y no muestran pudor alguno.
De inmediato, Adal le da un mareo de tanta rabia que le da, que Ana María comienza a llamar a gritos a Fanny para que la ayude.
En seguida, Fanny sale de la casa y atiende a su esposo rápidamente, y al ver a Ana María, le dice:
— ¿Qué le hiciste a mi esposo?
Asustada, Ana María le responde:
— Yo nada, fue tu hija.
Fanny sienta a Adal en el borde de la entrada de la casa, y le dice a Ana María:
— ¿Qué hizo Janet?
Muy nerviosa, Ana María comienza a retroceder, y le expresa a Fanny:
— Que te diga Adal.
En ese instante, Ana María se va del Arca casi corriendo. Cuando Adal le dice a su esposa:
— Nuestra hija anda besuqueándose en la calle con un hombre cualquiera.
— ¡¿Qué?!... ¿eso fue lo que te dijo Ana María?
— Si.
Fanny se enfada, y comienza a decir:
— ¿Qué es lo que tiene Janet en la cabeza?
En ese momento, Janet y Joaquín se suben al carruaje, y se van de Pedraza. Saliendo por la Puerta de la Villa.
Después de cuatro horas de viaje, Janet detiene el carruaje por tercera vez. Para darle agua al caballo…