Pov. Valentina No había forma en que yo entendiera a los hombres. Estaba luchando contra las preguntas que tenía en mi cabeza y también contra las ganas de llamarlo y mandarlo con su creador, solamente por tratar de sobornarme de nuevo. Mis ojos quedaron fijos en Ashley que parecía más tranquila, pero no estaba segura de que fuera del todo así. Claramente se sentía mejor, de eso no había dudas, pero no sabía que había pasado exactamente para que se viera más tranquila. O tal vez sí. — ¿Me he perdido de algo? —su cuerpo se sobresaltó y mi ceja se subió. — No —tomó de nuevo su té —, si te refieres a tu prometido, la respuesta no —su tono fue medio seco —, sí lo que te molesta es que me haya ofrecido ayuda, no aceptare, puedes estar tranquila. Lo que me llama la atención fue el beso