Pov. Demon Nunca vi a nadie tan feliz por molestar a otro, hasta que Valentina planeó sus maldades. Creo haberla visto reír y murmurar todas las cosas feas que podíamos hacerles para molestarlos. Jamás vi a alguien sonreír al hacer maldades, pero ella sonreía hasta por el hecho de planear arruinar su ropa. Apenes pasamos la puerta de la cocina una de las chicas con la qué me había costado nos sonrío. Maldije internamente por no haber cambiado el personal, pero estaba seguro de que la presencia de todas ellas era obra de Félix. No es que no hubiera sido yo el que se acostó con ellas, pero era una extraña coincidencia que teniendo treinta empleados, todas las mujeres con las que me había acostado se encontraba sirviéndonos en la cocina, preparando el almuerzo o atendiéndonos. La chica