Pov. Valentina No quería ponerme a pensar en por qué estaba mal el hecho de estarme yendo a su casa. Porque sabía todas las razones por las cual eso era pésimo. Pero aquí estaba yo, tan cerca como siempre intentando que la vida no me diera un puñetazo en la cara. Porque él había cumplido su parte del trato. Mamá estaba con el mejor tratamiento que podía ver en el hospital, tenía los mejores doctores y se le hacía cada estudio que necesitase. Con la plata que me había dado Demon había dejado todas las deudas al día. Podía mantener al departamento, pagar mis impuestos y seguir yendo a la universidad sin tener que trabajar. Sabía que tenía plata porque todo él gritaba de dinero, pero sin duda no esperaba que fuera en estas proporciones. Salimos de Boston, lo que me pareció raro, pero n