FÉNIX Nunca supe porque Madre me apodó Fénix; tal vez mi presencia le evocaba oscuridad, terror, miedo. No lo sé, me deshice de ella. A los trece me internaron en un psiquiátrico, ¿diagnóstico? Trastorno de identidad disociativo. Fénix es uno de los múltiples nombres que tengo; pero por ahora, no me apetece mencionar ninguno. La noche es mi adoración. Puedo pasar desapercibido, como gato sigiloso serpentear entre las sombras; mi placer es disfrutar el sufrimiento mientras la gente común yace bajo el maleficio de Morfeo. Muevo mi cuerpo embutido de n***o a través de los árboles; nunca cometo errores, por eso soy el más buscado. Soy el amo de las tinieblas. Burlo a los guardias de seguridad inyectándoles sedantes al cuello y adormezco a los que se interponen en mi objetivo. Cinco probl