La vida no tenía color, el tiempo no parecía transcurrir y yo todo lo que quería era morir, incluso si tenía que matarme yo misma, lo cuál terminaría haciendo en algún momento. Ya lo había decidido. Hubiera aceptado mi destino, me iba a conformar con ser el objeto de Cameron Scott, pero con Noah sin vida, no tenía que conformarme, porque ya no quería vivir. Pelear no era atractivo para mí, y estar respirando, cuando ya Noah no lo hacía, era demasiado cruel. Este era mi castillo, en el que Cameron me encerró, no dejaba de repetir que era muy especial y que luego me contaría la historia del lugar. Algo tramaba, con él todo era malo, con él…todo era muy cruel. Aquí estaba su trofeo, yo. Había puesto un anillo en mi dedo y dijo que me haría su esposa. Para él las cosas funcionaban así,