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1600 Words
Tomé asiento en el sofá, con él pequeño sentado en mi regazo. Me había preparado la comida y lo difícil era poder comer con él en brazos. Está aprendiendo a agarrar cosas y ahora me tira del pelo siempre que me descuido o de mis collares. Por no hablar de cuando busca alimentarse en mi pecho, eso es incómodo. Debo tener cuidado cuando lo tengo en brazos, ya que alguna vez me ha mordido el pezón… por culpa del frío ahora le da más fácil encontrarlos y no es agradable. Sobre las cuatro de la tarde, Haelyn apareció por la sala. Venía muy despeinada y se notaba en sus mejillas rojas que aún tenía fiebre. Camino hasta el sofá y se dejó caer en él con pereza. — ¿Te encuentras bien? Pregunté estúpidamente, sabiendo que no, no se encontraba bien. — Estoy bien, debo ir a trabajar. –susurró adormilada. Se me hizo tierno verla tan vulnerable. Me recordaba a Kook cuando se enfermaba, ese chico es peor que un niño pequeño. Dejé a Kyree en el columpio de bebés y me centré en Haelyn. Me agaché a su lado y puse mi mano en su frente, mientras que con la otra miraba mi temperatura, intentando comparar. — No vas a trabajar, Haelyn, estás enferma. — Debo ir, no puedo faltar. Hizo el amago de levantarse, pero se lo impidi agarrando sus brazos. Negué con la cabeza, mientras ella se quejaba. — Ya avise al tipo ese, no vas a ir a trabajar. — ¿Lo avisaste? ¿Por qué hiciste eso? Debo ir, necesito el dinero. Ella estaba delirando por la fiebre, pero se había enfadado por lo que hice. Intentaba soltarse de mi agarré, pero no tenía fuerzas para hacerlo. — Debes descansar, Haelyn. Ella negaba en rotundo. Veo que la fiebre le pone de mal humor. — Déjame llamarle, necesito llamarle y decirle que voy ahora mismo. Se soltó de mi agarré y se puso en pie con dificultad. Parecía más borracha que enferma. Yo no fui así ayer ¿no? Tengo lagunas del día de ayer por los delirios de la fiebre. — Haelyn ya, dije que no vas a ir. Me puse más serio al ver que la chica realmente tenía intención de salir de casa, incluso en pijama. Es bien cabezota. Me puse en su camino, evitando que llegara a la puerta. La rodeé con mis brazos, mientras hacía que ella retrocediera hasta el sofá de nuevo. La genial idea que tuve para conseguir que no se moviera fue tirarme literalmente encima de ella en el sofá. No era la mejor, ni la más cómoda opción. Pero al menos de ahí no se movería. No tenía fuerzas para quitarme de encima, lo intentó literalmente por un minuto, al no tener avances, se rindió y fue cuando se aferró a mi. Eso sí que se sintió raro.era la primera vez que estaba así con alguien. Y lo peor es que me sentí cómodo. — Perderé el sueldo de hoy… –susurró al borde del llanto. — Yo te lo pagaré, ahora solo descansa y deja de ser tan cabezota, me enfadas. En cierta parte me sentía culpable, yo se lo contagie al estar pegado a ella como lapa el día de ayer. Tardó muy poco en dormirse de nuevo. Me mantuve aún encima de ella, no por algo en concreto, solo porque estaba a gusto en esa posición. El frío lo hacía agradable. Era tan cómodo, que me quedé dormido hasta. — ¿Mingi? Abrí los ojos adormilado, encontrándome el cuerpo de John de brazos cruzados. Lo miré de mala gana, mientras levantaba la cabeza adormilado. — ¿Qué haces aquí? — Vengo por que faltaste a trabajar idiota. No viniste a la empresa y el nuevo grupo te estaba esperando para la primera grabación. — Diles que mañana iré, hoy no pude. — Ya veo lo ocupado que estás con tu novia. –comentó sarcásticamente. Me incorpore, quitándome de encima de la chica, para enfrentarlo y también para calmar a Kyree. A ese pequeño le molesta la mísera existencia de John. — ahg en serio eres tan molesto. ¿No era más fácil enviarme un mensaje o llamarme por teléfono? Comente mientras me dirigía a la cocina con él siguiéndome los talones. Rebusque en la nevera, si había algún biberón ya listo para Kyree. — Lo hice, pero no respondías y tengo noticias por las que me envía Bang. Es importante y debías saberlo antes de este sábado. — Estamos a jueves, John. Así que de plazo para esa cosa tan urgente, es de un puto día. ¿No había más antelación? — Es un evento, Bang quiere que asistas a las premiaciones, porque estás nominado en la categoría de producción del año. Eso me sorprendió, normalmente aunque esté nominado, Bang no me hace ir a recoger el premio. — ¿Con cuál producción estoy nominado? — En concreto con dos, y en categorías diferentes. A la mejor producción del año, es la última que hiciste con Kook — Stay alive –Dije mientras calentaba el biberón de Kyree. — Sí, esa. La otra es una que hiciste con Jake a principios de año. — Ah sí recuerdo, fue un trabajo duro, pero me gustó estar de nuevo delante de las cámaras. –confesé, con mi atenta mirada en el pequeño. Este tomaba su biberón más que feliz, sin duda tenía hambre. — Yo también añoro grabar cosas… otra cosa que debes saber, Bang dijo que debías llevar acompañante y que seguramente te hagan muchas preguntas después de la foto que se filtró de ti y la chica esa. — No me importa lo más mínimo esa foto, ya la vi hace días. Intento ignorar todo lo que viene a ser prensa rosa, ya deberías saberlo, si tan amigos fuimos. Apoyo sus brazos en la encimera, mientras suspiraba con cierto cansancio. — Lo sé, la prensa te suda dos cojones. ¿Pero y a ella? ¿Es consciente acaso de que salió en revistas y que ahora supuestamente es tu pareja? — Dudo que lo sepa y prefiero que siga siendo así. No quiero joder su vida, llevándola al circo asqueroso que es el mundo del entretenimiento y el mundo público… Es una chica normal, que debería poder tener una vida fuera del acoso de la prensa... No se le ve la cara en las fotos y seguirá siendo así. — Yo solo soy la paloma mensajera, no el que pidió que la llevarás. Ve a ver a Bang y aclarado con el, debo irme. Frene su paso poniéndome en su camino, él me miró confundido. — Espera. ¿Todo bien con…? ya sabes quien. — No sabría decirte, pero estoy siguiendo tu consejo intentando no discutir delante de Joona. Asentí, me quité del medio y él salió del apartamento. Suspire profundamente y me dirige a mi habitación, con el pequeño en brazos. Tomé asiento en mi escritorio y llamé por videollamada a Bang. Debía hablar con él urgentemente. El hombre no tardó en aparecer por la pantalla, se acomodó las gafas y sonrió ampliamente al verme con el pequeño. — ¡Mingi! Que bueno que llamaste, ¿te encuentras mejor? — Si estoy mejor. –asentí afirmando lo. — Kook me comentó lo horrible que estabas, incluso me dijo que lloraste y tuviste que dormir con Haelyn. Debería conocer a esa chica… — Kook exagera siempre, ya deberías saberlo. — Lo sé, pero también sé lo dramático que eres estando enfermo… ¿Para qué llamas? ¿John ya te comento el asunto..? — Si, me lo dijo. No puedo llevarla, Bang. Acomode a Kyree en mi hombro para poder sacarle los gases, al terminar su comida. — Debes ir acompañado y todo el mundo esperando verte con la chica que apareces en las fotos… Además de que sé lo incómodo que te sientes yendo solo a las premiaciones, por eso dejaste de ir. Aún me asombraba que nos hubieran sacado fotos, ya no era una persona tan pública. Pero supongo que trabajar con Jake y salir en el mv, volvió a llevarme a ese círculo vicioso que es la prensa rosa. — Dejé de ir, porque no soy un maniquí, ni un mono de circo. Si quieren darme premios, adelante, ya daré las gracias a mi forma, no delante de otros para sentirme superior o aumentar mi ego. No me hace falta, ya lo tengo todo. — Eres tan tozudo… Debes ir y dar buena imagen Mingi. Solo debes posar dos minutos en la alfombra roja y recoger el premio, ya está, en cuanto termine vuelves a encerrarte en tu cascarón. Hazlo por mi. Eso era chantaje emocional y sabe que soy débil a ese tipo de chantajes. — Solo lo haré si ella está dispuesta a ir. No la obligaré. — Obviamente, como te dije antes, quiero conocerla. ¿Podemos comer mañana? — Lo intentaré, hablaré con ella y si está mejor iremos. — Pueden venir a mi casa o yo mismamente voy a la vuestra, si eso hace que estén más cómodos. — Bien, ven a casa, pero traes tu la comida. El hombre sonrió, me contagió su típica sonrisa. — Te dejaré tranquilo, descansa bien Mingi. Di por finalizada la llamada, cuando él hombre agitó su mano en sinónimo de despedida. Estaba tranquilo, mirando la pantalla, cuando una horrible peste atacó mis fosas nasales con rudeza. — ¡Por dios demonio! ¿¡Qué comiste!? Él rió triunfante, como si supiera que ahora mismo me tocaba limpiarle el culo.
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