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697 Words
Ese día, no dormí. Pero esta vez no por el llanto del bebé, si no por una sensación agridulce después de saber lo que pasó con ese chico. El no pudo conocer a su hijo, porque un borracho le arrebató la vida. ¿Cómo se sentía esa chica? Me preguntaba a mi mismo, mientras miraba fijamente mi café. Yo los vi discutir el día que él falleció, ya que salió rato después de las noticias de última hora. Volví a recordar a la joven que me abrió la puerta, era una chica joven, pero parecía desgastada. Recuerdo que me abrió llevando un camisón n***o, también recuerdo su pelo castaño alborotado, sus enormes ojeras y para que negarlo, recuerdo haber mirado fijamente como el bebé era amamantado. Que vergüenza sentí en ese momento. — ¿Qué tanto piensas? – el mayor del apartamento me sacó de mis pensamientos. — No es nada, solo tengo sueño, Jin. — ¿Es por el bebé, de nuevo? Asentí, mientras dejaba la taza de café a un lado. — Creo que tu habitación está justo al lado de la suya y por eso se escucha tan fuerte. En la mía apenas se oye. Rodé los ojos, decidí que ya era hora de salir a trabajar o al menos fingir hacerlo. Ya que lo que hago es sentarme en mi estudio a mirar una pantalla por horas. A menos que deba preparar alguna canción para los chicos. Hablando de ellos, el único que quedaba era Jin, el resto ya se había ido a trabajar. — Me voy, hyung, no sé si llegaré a comer. — Nosotros no llegaremos a casa hasta por la noche, acompañaré a Jay a una promoción de su nuevo drama y los demás tienen cosas que hacer. — Umh, está bien, hyung. Desde que el grupo se disolvió, cada uno tiene diferentes actividades, pero siguen trabajando y conviviendo juntos. Alguna vez nos presentamos como grupo, pero solo en ocasiones especiales. Salí del apartamento después de acomodar mi ropa y caminé hacia el ascensor. Pero no contaba con encontrar de nuevo a la chica y otra vez con el bebé en brazos. La joven intentaba agarrar la manta del pequeño, del suelo. Por inercia, me adelanté para agarrarlo. Cuando levanté la vista, para darle la manta a la joven, sentí cómo mis mejillas se tornaban de un color rojizo. — Amh toma… — Gracias… – susurró ella nerviosa. La última vez que ella me había visto, no fue muy agradable y seguro recuerda el aspecto que tenía cuando me abrió la puerta. Empujó el carrito del bebé hacia el interior del ascensor. Junto a ella entre en el. La tensión en el ambiente era muy obvia, más cuando empezó a llorar de nuevo el bebé. Ella lo acunaba intentando calmarlo, pero no era una tarea fácil. Se veía a kilómetros lo agotador que debía ser. Además de lo gruñón que era ese dichoso bebé. — Siento esto, y todo en general. Debe ser complicado vivir a mi lado. –Se disculpó la joven, de nuevo avergonzada por la situación. — Oh para nada… En realidad si, es complicado, pero entiendo que es una situación difícil. – me sincere, al recordar las palabras de Kook. El ascensor llegó a la planta de recepción del edificio, ambos salimos de este. La joven acomodó al bebé en el carrito y me miró directamente. — Intentaré que no haga tanto ruido, pero no puedo prometer nada. Ella no dijo nada más, simplemente se alejó y salió del edificio. En pocas palabras, seguiría aguantando el intenso lloriqueo del bebé, hasta que este creciera o aprendiera a dormir sus horas. Bufé al recordar la temporada que Jin se quejaba de lo ruidoso que era su sobrino Sun. Ese niño ya tenía un año y medio, apenas lo había visto en tres ocasiones en la agencia y no es que fuera agradable. El niño de piernas largas era muy, muy ruidoso. El único niño con el que me llevaba bien, era con Moa, el hijo de Sung. Ese niño es tranquilo y siempre que lo veo está pintando o viendo cómo ensayan los chicos del grupo Tomorrow.
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