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1421 Words
Después de tomar el café, nos encaminamos a buscar un lugar para cenar. El frío de la noche cada vez era más fuerte y me estaba empezando a entrar en los huesos. — Ven, hace demasiado frío. El chico abrió su abrigo y me abrazó por la espalda cubriéndome, mientras llevaba el carrito de Kyree. Me sentía cómoda con la escena, me parecía algo adorable, más cuando apoyó su barbilla en mi hombro. — ¿Prefieres ir a casa y cenar allí? Hace bastante frío. Negué con la cabeza, sintiendo el calor de la piel de su mejilla, pegada a la mía. Nos habíamos quedado quietos mirando la iluminación del río Han. — Me apetece un poco de ramen en una tienda de conveniencia. –Comenté mientras miraba con curiosidad el vapor que salía de mi boca por el frío. — Está cerca la tienda donde trabajas, podemos cenar allí. No me opuse, a pesar de creer que no sería buena idea que Mingi y Donghae estuvieran en el mismo lugar. No pensé que él pálido quisiera cenar allí. Caminamos bajo la fría noche, hasta llegar al local. Había varias personas comprando, suerte que no había nadie comiendo. Entramos ambos, sintiendo el calor de la calefacción. Mingi me dejó sentada en la mesa junto a la cristalera, mientras él iba por la comida. Kyree se había despertado, por lo que lo agarré en brazos. — ¿Haelyn? Oh me alegro de verte, pero es tu día libre… Donghae tomó asiento a mi lado, mostrándome una gran sonrisa. — Ya ves, te echaba tanto de menos que no podía esperar al sábado. –bromeé mientras mi vista estaba fija en Kyree, a quien había sentado en la mesa. — ¿Él es el famoso Kyree? Donghae no conocía al pequeño, solo lo hacía su madre, ya que cuando me contrató el pequeño estaba presente. Asentí con la cabeza, mientras miraba al pequeño sonreír. La cosa era que no nos miraba a ninguno de nosotros dos, él sonreía al chico que estaba a mi espalda. Mingi traía consigo dos tazones preparados de ramen, se hizo hueco entre Donghae y yo, para poder acomodar la comida en la mesa. — Hola Donghae. — Hola, señor Moon. Vinieron los dos a cenar… Los dos estaban muy fríos y serios. Es evidente que hay cierta tensión entre ellos. Mingi intentó marcar territorio, como si de un animal se tratará, era muy evidente. Su brazo pasaba por mis hombros, esperando expectante a que Donghae se quitará de su sitio. Cosa que no está ocurriendo, el chico de cabello rubio tenía ganas de hablar. — Vi que anunciaron la boda, no pensé que estuvieran juntos. — ¿Boda? –Pregunté con un hilo de confusión. — Ah sí, cierto, nuestra boda ¿No lo recuerdas Haelyn? Ahora estaba más confusa, las palabras del chico me hicieron pensar. Hasta que caí en el día de la gala, la dichosa entrevistadora armó un terrible bulo, del que no pudimos aclarar nada. Para todas las fans de Mingi y personas seguidoras de él, creían que nos casariamos y encima algunas revistas se atrevieron a dar una fecha aproximada. ¿Cómo pueden dar una fecha que ni nosotros sabemos? De nuevo quise aclarar que no era cierto, pero Mingi debió leerme la mente y se adelantó, interrumpiendome. — ¿No deberías estar trabajando? — Oh si… seguro estoy interrumpiendo su cita. — Si, lo estás haciendo. De nuevo volvía la tensión entre ambos. Donghae me sonrió algo incómodo, mientras se despedía. Se alejó por el pasillo para llegar al mostrador. En cuanto Mingi tomó asiento a mi lado, le di un golpe en el brazo. — ¿¡Pero qué te pasa!? No le trates así… — Solo fui claro, estaba interrumpiendo y la comida se iba a enfriar… Come antes de que pase. Note muy evidente la excusa de la comida. El es siempre muy evidente, al menos a mi me es fácil notarlo. Deje a Kyree de nuevo en su carrito, mientras babeaba su peluche de Shooky. Aproveche para comer, se sentía tan bien comer algo caliente con el frío que hacía en el exterior. Alce mi vista cuando terminé con el tazón, sentía la atenta mirada del chico puesta en mi. Giré levemente mi cabeza y él me sonrió arrugando su nariz. Agarró un pañuelo y con sumo cuidado comenzó a limpiar mis comisuras. Me sentí un poco infantil, pero a la vez me pareció algo tierno. — Veo que aún no aprendes a comer sin mancharte. –Bromeó sin apartar su vista del pañuelo. – Deberíamos volver a casa antes de que el frío sea más fuerte. No me negué, era cierto que el frío iba aumentando y para Kyree no era bueno. Me encargué de taparlo y acomodarlo bien. No puedo permitirme que se enferme. Mientras tanto, el chico de tez pálida se había dirigido a pagar algunas cosas que decidió comprar, además de la cena. Me inquietaba un poco la charla que tenía con Donghae, no quiero que ellos se lleven mal, pero tampoco entiendo porque deben llevarse mal. Esperé paciente a que el volviera a la entrada, lo vi acercarse sonriente mientras llevaba una bolsa con la pequeña compra que hizo. Al llegar a mi se encargó de nuevo de cubrirme con su abrigo y salimos a la calle. El trayecto fue en silencio, él no hablaba y yo tampoco. El único que iba animado era Kyree quien balbuceaba en su extraño idioma. Era tan adorable, sigo sin saber cómo pude hacer una cosa tan increíble, con lo penosa que soy en todo. Al llegar a nuestro edificio y a nuestra planta, me quedé confundida cuando vi a un hombre salir de mi apartamento. Le pasé el carrito al chico y fui directa a ese hombre con uniforme de obrero. — ¿Disculpe? ¿Qué hacía en mi apartamento? — ¿Su apartamento? Hablé con los propietarios ya que querían renovarlo para un nuevo inquilino… ¿Es la mujer del propietario? Negué con la cabeza sin entender nada. ¿Por qué quieren arreglarlo? si me dijeron que no iban a hacer nada hasta que lo pagará y arreglará yo por mi cuenta. — Debe haber un error, Haelyn Monner es la inquilina del apartamento. –Mingi se metió en la conversación. — Según me comentaron los propietarios querían arreglar el piso porque iban a alquilarlo a otra persona… — Pero yo les pague la mitad y ellos aceptaron… –susurre agachado la cabeza. — Hablaremos con los propietarios y pondremos una demanda. Mientras tanto, no toque nada del piso o será denunciado por entrar en una propiedad privada sin permiso. Mingi se hizo cargo de la situación, mientras yo aún estaba asimilando lo sucedido. El hombre se disculpó, él realmente no tenía culpa, solo le contrataron para arreglar el piso. Entramos en casa, me dejé caer en el sofá sin ánimos. Iba a perder mi piso, toda mi vida estaba ahí y me sería arrebatada. No pude reprimirme más, las lágrimas de frustración no tardaron en aparecer. Mingi tomó asiento a mi lado para abrazarme, lo necesitaba demasiado. — ¿Crees que el universo está en mi contra? Todo me sale mal… terminaré debajo de un puente, con un bebé y sin futuro. — No está en tu contra, al universo le encanta joder, lo hace con todos. A mí también me lo hizo en su día y también estuve a punto de vivir en la calle… pero mírame ahora, lo importante es no rendirse. — Ese apartamento son todos mis recuerdos felices estando aquí, solo era feliz cuando estaba ahí con él. — Lo entiendo Haelyn, es lógico que nadie quiere perder algo así y no lo perderás. Solo debemos luchar un poco más. — Empiezo a creer que esos tipos tenían ya pensado echarme y que él incidente del pollo les dejó el camino fácil. — ¿Y si no fue un incidente? Tú habías estado fuera de casa toda la mañana y según dices no recuerdas haber encendido el horno en ningún momento. — ¿Insinuas que ellos tuvieron algo que ver? — Todo es posible y la verdad creo que serían capaces de hacerlo para sacarte de la casa… creo que no contaban con que llegarás antes de tiempo, porque dudo mucho que quisieran que os pasará algo a Kyree o a ti… Eso me dio miedo, según lo que piensa Mingi, ellos entraron en mi casa y provocaron el incidente.

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