NAJWA
2 meses después
En estos meses han pasado muchas cosas, entre ellas que mi padre se dio cuenta de que hiciera lo que hiciera, no iba a conseguir que mi madre y yo volviéramos con él comportándose de esa manera. Ahora él y mi madre vuelven a estar viviendo juntos y eso es algo que me alegra mucho porque he visto a mi madre muy triste al no poder estar con él, aunque yo sigo viviendo con Christian, pero los visito a diario o ellos a mí.
No les puedo negar que al principio eso a mi padre no le gusto, pero termino aceptándolo cuando mi madre le dijo que dormíamos en habitaciones separadas y también porque se ha dado la oportunidad de conocer a Christian y ver que es un buen hombre y me respeta.
Lamentablemente, no todo ha sido bueno en este tiempo. ¿Cómo les parece que la prensa saco unas fotos de Christian y mías caminando tomados de la mano entrando a la Universidad? Ya se imaginarán el revuelo que se armó con eso, tanto que a Christian le toco ponerme dos guardaespaldas para que me cuiden. Afortunadamente, aún no saben que estoy embarazada, pero no van a tardar mucho tiempo en descubrirlo porque cada día me crece más el vientre y me resulta más difícil ocultarlo con la ropa.
- Adelante – digo al sentir varios golpecitos en la puerta.
La puerta se abre y veo entrar a mi madre.
- Buenos días, hija – me dice dándome un abrazo y un beso.
- Buenos días, mamá – le digo mientras nos abrazamos.
- ¿Cómo has estado? ¿Cómo se ha portado mi nieto? – me pregunta acariciándome el vientre.
- Muy bien – le digo con una sonrisa – ¿Y papá?
- También se ha portado bien – me dice haciéndome reír.
- Mamá no me refería a eso, sino si vino al final – le digo negando con mi cabeza.
- Sí. Se quedó hablando con Christian – me dice sorprendiéndome.
- ¡¿Solos?!
- Sí – me dice.
Las cosas han ido muy bien entre ellos, pero esta es la primera vez que están solos y eso me preocupa porque no quiero que discutan y las cosas vuelvan a estar como al principio.
- ¿Bajamos? – le pregunto y ella asiente en respuesta.
Al salir de la casa veo a Christian y a mi padre hablar tranquilamente haciendo que mi preocupación desaparezca por completo mientras los trabajadores terminan de cargar las cosas para el concurso de doma clásica en el que Christian decidió competir.
- Buenos días, papá – le digo dándole un abrazo y un beso.
- Buenos días, hija – me dice.
- Ya todo está listo, Christian – le dice Hugo.
- Bien.
Nos subimos a las camionetas poniendo rumbo hacia el pueblo donde se va a llevar a cabo el concurso, además también son las fiestas de este. Al llegar nos encontramos con Fernando y con los demás músicos que trabajan con Christian.
El concurso de doma no tardo en empezar y a pesar de que muchos participantes eran muy buenos, Conde, el caballo que entreno Christian personalmente para el concurso gano, aunque él no fue el jinete sino Hugo.
Ahora mismo estamos sentados todos en una tribuna disfrutando de varios espectáculos de caballos en los que todo lo que se recaude va a la fundación del Padre Tomás. Dicha fundación se dedica a cuidar y a educar niños huérfanos o con situaciones familiares complicadas.
- Este fue el último participante y lamentablemente no tenemos ganador para la categoría del paso de la muerte. Por lo tanto, el premio se declara nulo – dice el presentador antes de que un hombre de unos cuarenta años más o menos, delgado, estatura media, cabello n***o y el cual va vestido con un traje oscuro, lo llame con su mano y le diga algo – Damas y Caballeros – dice el presentador ganándose nuevamente la atención de todos – El señor Hasán Ali aquí presente les quiere proponer algo – dice antes de pasarle el micrófono.
- ¡No puede ser! – digo en un susurro y miro a mis padres, los cuales están tan sorprendido como yo.
- ¿Lo conoces? – me pregunta Christian con curiosidad.
- Sí, pero no personalmente. Él era el hombre con el que mi padre me tenía prometida – le digo y veo como su mirada cambia de tranquilidad a enojo.
- Buenas tardes. Yo los quiero retar a ver si hay algún jinete que logre domar a mi semental más salvaje. El jinete que lo logre se queda con él y además donaré a la fundación del Padre Tomás cincuenta mil dólares – dice con seguridad y todo el mundo empieza a murmurar mientras entran al picadero cuatro hombres con un caballo de color plateado, el cual traen amarrado con cuerdas y de lejos se ve que tiene mucho carácter, aunque también tiene mucha elegancia y porte – Les presento a Sultán. Es un caballo de r**a Akhal-Teke y tiene ocho años de edad. ¿Alguno de los presentes se anima a aceptar el reto? – pregunta mientras los cuatro hombres salen del picadero dejando al caballo solo.
Varios hombres lo intentan, pero varios ni siquiera logran acercarse a él para ponerle el cabestro y la silla y el que lo logra en menos de dos segundos termina en el suelo junto con la silla de montar.
- Damas y Caballeros. Me acaba de decir el señor Ali que duplica la donación. ¿Quién más se anima? – pregunta el presentador con alegría.
- ¡Ese hombre está loco! – dice mi padre sorprendido.
- No tanto. Sabe que nadie lo va a lograr, por eso está ofreciendo semejante cantidad de dinero – le dice Panchita.
- Es una pena que nadie lo consiga porque con esa cantidad de dinero los niños de la fundación del padre tendrían ropa, comida y medicamentos durante un buen tiempo – digo con pesar.
- ¿QUÉ PASO? ¿ACASO NO HAY HOMBRES AQUÍ O QUÉ? – grita Dalia mientras veo como Christian se levanta del asiento y se acerca a la barandilla de la tribuna.
Durante este tiempo Christian ha estado observando todo y no ha comentado nada, cosa que es muy rara en él.
- Por lo visto nadie más se atreve a medirse con Sultán, así que… – empieza a decir el presentador, pero se detiene – Al parecer tenemos a otro valiente y se trata nada más ni nada menos que de Christian Lobo – dice el presentador luego de que Christian saltara de la tribuna al picadero.
La gente empieza a aplaudir frenética y a gritar “LOBO” mientras yo le pido a Al-lah que
lo cuide y que nada malo le pase.
- Ese carnalito mío está muy loco – dice Fernando.
- Fernando. Haz algo, por favor – le pide Panchita preocupada.
- ¡VAMOS CARNALITO! ¡DEMUÉSTRALE QUIÉN MANDA! – le grita Fernando.
- ¡¿Qué haces?! – le pregunta Panchita sorprendida y algo molesta.
- Animarlo. ¿O qué quieres que haga? – le pregunta.
- Cualquier cosa menos alentarlo a semejante locura – le dice Panchita.
- Panchita. Tú lo conoces mejor que yo, ¿crees que me va a hacer caso si le digo que no lo haga? – le pregunta – Por favor, ambos sabemos que lo que le diga le va a entrar por un oído y le va a salir por el otro.
- En eso Fernando tiene razón – dice Dalia – ¡VAMOS CHRISTIAN!
El caballo acaba de hacer un relincho muy agudo mientras sigue caminando de un lado a otro, agita las orejas sin parar y tiene la cola levantada, lo que me indica que está muy nervioso.
Se preguntarán como lo sé, ¿verdad? Lo sé porque Christian en estos meses me ha enseñado a leer el lenguaje corporal de los caballos.
Christian se sienta en medio del picadero, sobre la arena, a unos cuantos metros del caballo, justo en frente de él para que lo vea bien.
La gente empieza a quedarse callada viendo el espectáculo y poco a poco se empieza a escuchar un silbido suave y muy dulce, el cual estoy segura de que lo está haciendo Christian, porque ese mismo sonido se lo hace a Aquiles cuando este está muy nerviosos y enojado.
El caballo deja de moverse de un lado al otro mientras su expresión corporal se relaja y comienza a acercarse a Christian. Una vez se acercó por completo, lo comienza a oler mientras Christian lo acaricia en el cuello, la frente y le habla muy bajito, tanto que no logro escuchar lo que le está diciendo, pero no soy la única.
- Hugo. Tráeme mi silla de montar, por favor – le pide e inmediatamente Hugo va por ella.
Cuando Hugo le entrego la silla a Christian, este se la coloco al caballo muy lentamente, pero antes dejo que olfateara el cabestro y se lo paso por la cara. Hizo el mismo proceso con la almohadilla y con la silla, pero estás se las paso por su costado.
Christian le dice algo en la oreja al caballo antes de poner su pie izquierdo en el estribo y subirse a este. El caballo no trató de quitárselo de encima y empezó a caminar y a galopar con él mientras todos los que estábamos ahí no podíamos creerlo.
- Damas y Caballeros. Lo que acaba de pasar es verdaderamente increíble. El caballo se rindió antes de que Christian lo montara – dice el presentador mientras todos aplaudimos – Lo siento señor Ali, pero acaba de perder a Sultán, aunque su generosidad va a ayudar a muchos niños – le dice el presentador con humor mientras este tiene una cara de sorpresa y de molestia que no puede ocultar.
Después de lo ocurrido, Hasán le entrego el cheque al Padre Tomás y el Título de propiedad de Sultán junto con un documento donde le regala el caballo a Christian, el cual firmo delante de todo el mundo.
Ahora mismo estamos esperando a Christian para ir a comer porque acompaño a Hugo a subir a Sultán al remolque porque el caballo no se quería separar de Christian.
- Dime carnal – dice Fernando contestando su teléfono después de que escuchamos una ráfaga de pirotecnia – ¡¿Qué?! – dice sorprendido y preocupado – Presiónale la herida y por ningún motivo dejes de hacerlo – le dice antes de colgar la llamada.
- ¿Qué pasa? – le pregunto preocupada.
Nos mira a Panchita, Dalia y a mí antes de contestarme.
- Le… le acaban de disparar a Christian.