Capítulo Tres

881 Words
— Levanta la barbilla. —Le dice su amiga y Cleo la mira, confundida, mientras hace lo que le dice— Está bien, nada de chupones ni marcas extrañas. Ahora sí, vas a contarme con quién estabas y todo el resto. — Me encontré con Aaron. —Soltó de repente y Emma la miró seria. — ¿El idiota de tu ex? —Asiente con la cabeza y ella la observa con los ojos bien abiertos— ¿Qué estupidez hiciste, Cleopatra? — Solamente nos cruzamos en la fábrica y eso, hablamos un poco y me contó algo impresionante. — ¿Hablaron de algo sobre el accidente? — Sí. Recuerdos vagos pasan por su mente, la muerte de su mejor amigo fue lo peor que le ha pasado en la vida, el sentir como alguien inconsciente le arrebata algo que amaba mucho por la fuerza es un dolor inexplicable, días después de su funeral su grupo de amigos se separó y cada uno tomó un camino diferente, desde ese día no volvieron a hablarnos, por lo menos hasta esa noche. Leo era como el pegamento del grupo, todos estaban unidos y se mantenían juntos gracias a él. Cleopatra no se animó a contarle lo que Aaron le había dicho, así que solamente esquivó un poco el tema y sus preguntas. — Lo odio. —Pronuncia en tono bajito, casi susurrando, pensando que ella no la escucharía. Ya había pasado más de una semana desde que Cleopatra se encontró con Aaron, durante todos esos días estuvo pensando si de verdad quería saber quién fue o qué pasó realmente esa tarde del accidente, sentía la necesidad de obtener pistas o partes faltantes como si de un rompecabezas se tratara. Dos días después de encontrarse con su ex, Jordan la llamó para encontrarse y explicarle su versión de la historia. Cleopatra no quería aceptar, pero la duda era mucho más grande, así que accedió y organizaron qué día sería, es decir, hoy. + Al entrar en la cafetería, se pidió lo de siempre, un batido de frutilla, para matar el hambre y los nervios que le provocaba encontrarse con personas del pasado. — Ya me preguntaba cuándo aparecerías. —Levantó su mirada conteniendo una sonrisa. — Hola Cleopatra, ¿Cómo estás? Yo estoy bien, gracias por preguntar. —Responde con tono burlón. — Déjame decirte mis dos puntos. Primero, ya sabes que odio que me digas Cleopatra. Y segundo, ¿También vienes a tomar algo o sólo me estás siguiendo como ayer? — Un poco de las dos. — ¿Ahora tengo un acosador? — Acosador no, sería más como un guardaespaldas personal. Después te lo explicaré bien y me lo vas a agradecer. — ¿Agradecerte que me acoses? ¿No crees que es algo un poco raro? — Sé que suena raro, pero te lo explicaré bien cuando sea el momento, lo prometo. — Si tú lo dices. Como sigas acosándome y no me expliques el porqué, te denunciaré. —Le dice y él hace una mueca. — Cambiando de tema, me enteré que vas a hablar con Jordan. — Es en serio que me estás asustando, Aaron. —Le responde— Y sí, quedé para hablar con él, aunque se le hizo un poco tarde. —Observa su muñeca fingiendo tener un reloj. — ¿Quieres que te haga compañía? —Pregunta sentándose en la mesa.— Lo lamento, ya me senté. —Habló, y le guiñó un ojo, antes de que ella pudiera decir algo. Aaron se quedó junto a ella, aunque en silencio, hasta que Jordan llegó. — Miren quién llegó, pensé que no vendrías. —Le dice cuando ve que se acerca a donde estaba sentada. — Lamento el retraso, estaba algo ocupado y me olvidé de avisarte que llegaría más tarde. — Bueno, tuve un poco de compañía digamos —señala al nuevo peli-n***o — que ya se tiene que ir. —Comenta con un tono fuerte, Aaron se despide y Jordan se sienta— Vayamos al punto, por lo que sé, estuviste hablando con Luciano ¿Es verdad que provocaron el accidente? — Sí, es verdad, Luciano me contó que durante este tiempo él había estado investigando todo esto y se dio cuenta que no podría haber sido sólo una coincidencia. Así que se puso en contacto con unos policías o investigadores privados, no sé exactamente qué eran, y empezaron a indagar sobre el tema. —Le responde— Por lo que él me había dicho, ha estado en el pueblo desde que pasó el accidente, pero no quería que nadie se entere. —Cuenta, aunque a Cleopatra eso le resulta un poco sospechoso. — Pero ¿Cómo se enteró que fue provocado? — No lo sé, no me lo contó. Jordan no se quedó mucho tiempo junto a ella, debido a que tenía que seguir buscando información sobre todo lo que se había enterado. Cleopatra aprovechó la situación, y que todavía estaba a la luz del día, para volver a esa fábrica. Todo lo que le dijeron la había mareado por completo y necesitaba meditar, sabía internamente que tendría que tomar cartas en el asunto, pero pronto. Otra vez se encontraba allí, en esa vieja fábrica, dónde los recuerdos comenzaron a llover por su mente.
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