POV Ezequiel
Después de verla en la plaza con Lean me llene de rabia, sabía que tenía que dejarla libre pero mi corazón me lo impedía.
Entre amigos teníamos un pacto y ese era que pasara lo que pasara jamás nos metíamos amorosamente con la familia y aunque Mar no era prima directa, Hernán la quería como tal.
Pero, ¿Estaba dispuesto a perder al amor de mi vida por la relación con mi amigo? ¿Era más importante él o ella?
Mis sentimientos estaban encontrados y ella también parecía confundida con mi actitud.
Por otro lado, lo había hablado con otro de mis amigos y había llegado a la conclusión de que si yo no me la jugaba por ella tenía que dejarla libre y liberar su camino. Era injusto quedarme en medio estorbando, ella merecía ser feliz.
Las siguientes semanas mantuve mi actitud distante, era difícil pero tenía que seguir así.
Pero lo que más raro me parecía es que su forma de ser conmigo también cambio.
De pronto ella dejo de buscarme con su mirada, ya no intentaba acercarse a mí de algún modo e incluso hasta la veía en una actitud más amigable que amorosa con Lean. Quizás ella no estaba enamorada de él, pero yo sentía que si lo estaba de mi. ¿O acaso estaba equivocado y todo fue fruto de mi imaginación?
Una tarde como lo era cualquier otra estaba con Esteban en su cuarto escuchando música cuando de pronto el timbre sonó. Su madre fue hasta la puerta y ahí estaba Mar buscando a la hermana de mi amigo.
Ni siquiera me había percatado de que se habían hecho tan cercanas.
Ellas salieron hacía la vereda y haciéndome el tonto le dije a mi amigo que tenía que irme porque iba a ayudar a mi papá en no sé qué cosa.
La casa estaba al final de un largo pasillo por lo que tenía que atravesar unos cuantos metros hasta la salida.
Ellas no estaban justo en la puerta, sino que se habían sentado a un costado. Gracias a eso había podido quedarme escuchando un poco su conversación sin que me vieran.
-¿Y entonces salieron?- Pregunto Estibaliz con curiosidad.
-Sí, fuimos a dar una vuelta por ahí.- Comento Mar nerviosa jugando con uno de sus anillos.
-¿Se ha portado bien o tengo que ir a partirle la cabeza?- Ella sonrió dulcemente.
-No, tranquila. Me tuvo paciencia, sabes que no tengo experiencia con los chicos.- Avergonzada miraba el piso.
-Lo sé, por eso quiero que te trate bien. Sería una jodida mierda que tu primer experiencia sea un maldito desastre.- Un silencio se apodero de la conversación, creí que me habían oído pero no fue así.
-Es raro. Porque este chico me gusta, pero él tiene demasiada experiencia y yo no estoy a su altura. Estoy segura que se terminara cansando de mi. Ni siquiera me siento bien pensando en hacer eso, no tengo ni la mas mínima idea de por dónde empezar.- Ella estaba hablando de perder su virginidad y de tan solo imaginarlo quería saltar la pared y decirle que nadie que no la hiciera sentir segura la merecía. En realidad, el solo pensar que alguien más podría tocarla sacaba mi instinto animal, me enfurecía.
- O sea es lindo, tenemos muchas cosas en común porque escuchamos la misma música, somos del mismo equipo de futbol, vamos a bailar a los mismos lugares, pero en cuanto a eso soy un 0 y él debe ser un 10. – Nosotros también teníamos cosas en común, pero era un maldito cobarde que siempre que daba un paso en la dirección correcta, hacía tres más pero hacía el otro lado.
Ella se levanto del piso para subirse a su bicicleta.
-Bueno me tengo que ir, hoy me toca ir a entrenar. Nos vemos después, ¿Si?-Ella miro a su amiga a los ojos.
-Sí, claro. Nos vemos.- En ese instante, abrí la puerta de golpe haciéndolas sobresaltar.
-Idiota me asustaste- Grito Estibaliz.
-Lo siento, no las vi. Me tengo que ir, adiós.- Me sentía nervioso por todo lo que había escuchado, ahora tenía un montón de cosas que procesar.
-¿Y a este que le pasa?- La oigo decir a Mar sorprendida.
-No sé, así de raritos son los amigos de mi hermano.- Responde Estibaliz.
Y tan solo segundos después la veo pasar junto a mí en su bicicleta amarilla.
En ese momento quería seguirla, saber donde iba, con quien iría a estar, averiguar quién era el idiota del que habían estado hablando. Sí el chico en cuestión era Lean no le quedarían dientes ni siquiera para comer.
Quizás si se lo mencionaba a Hernán, él conseguiría que ella se abriera y le contara muchas más cosas de las que sabíamos hasta el momento.
Con más preguntas que respuestas, me mentalice en mencionarlo más tarde. No iba a permitir que ningún aprovechador quisiera pasarse de listo con ella, pasara lo que pasara estaba dispuesto a protegerla aunque entre nosotros hubiese un abismo de distancia.