Consecuencias

968 Words
Como consecuencias de la gran mojada que Mar se había dado era de esperarse que una gripe le agarrara. Cuando llegó no la vi, por lo que tuve que esperar hasta el recreo para poder cruzarla. Tenía la esperanza de poder hablar con ella un momento, preguntarle cómo estaba y esas cosas pero nada salió como esperaba. Eran las 08:30am cuando sonó el primer timbre. Me levante de un salto, pero antes de poder cruzar la puerta la profesora que teníamos esa primer hora quiso hablar conmigo. Ella me veía algo disperso y me llamo la atención, sin más salí como si hubiese visto un fantasma. Pero mi sorpresa fue que al llegar al patio asignado para nosotros, Lean tenía a Mar abrazada por su cintura y su cabeza descansaba en su hombro. Una bola enorme se asentó en mi estomago, mis ojos no podían creer lo que veían. ¿Entonces los rumores de que ellos estaban juntos eran ciertos? ¿De verdad la había conquistado en tan poco tiempo? Él era un chico de 1.80m, pelo corto con rulos, tez blanca, muy amable y con una sonrisa deslumbrante. Ella se veía algo pálida, su semblante no era el mismo de siempre. Me di cuenta de cuánto le había afectado la lluvia cuando llevo un pañuelo a su nariz. Los diez minutos pasaron demasiado rápido y todavía no salía de mi sorpresa. No había caso no podía concentrarme, era como si todos los profesores hablaran en algún tipo de idioma extraño que no llegaba a descifrar. Ultimo recreo del día y nuevamente salgo disparado, solo que esta vez no estaba ahí. Veo a su compañero y amigo Ale salir hacía el bufet, sin dudarlo lo increpo. -Ale- Menciono su nombre con indiferencia. -Ezequiel- Contesta con la misma sequedad. -Mmm….- dudo. –No nada, continua.- Me arrepiento al instante de haberle hablado. -¿Quieres saber sobre Mar no?- Una sonrisa picara aparece en sus labios. -¿Por qué quería yo saber sobre ella?- Intento parecer indiferente. -Porque siempre tienes los ojos posados en ella.- Sonríe con suficiencia y continua.-Puede que los demás no lo vean pero puedo darme cuenta que te gusta.- Para ese momento yo inventaba mil excusas pero ninguna sonaría creíble. -¿Está bien?- No desmentí ni afirme su suposición. -Con gripe.- Su tono era algo seco. -¿Esta con él?- Que idiota, la duda me carcomía y no pude disimular mi curiosidad. -Se lo vas a tener que preguntar a ella.- Sonrió y me dio la espalda para continuar su camino. Pero, ¿Cómo se lo preguntaría? ¿Qué le diría? Que estoy celoso y que no quiero que la toque, que me enferma verlos abrazados. No, no y no, todas las ideas eran descabelladas y me pondrían en evidencia. Al menos todavía tenía una chance, quizás podría acompañarla a su casa cuando nos retiráramos. Si algo me quedaba claro era que Lean no vivía por donde lo hacíamos nosotros, sino en la dirección contraría. Llego la hora de la tan ansiada salida, pero me retrase un poco. -¡Maldita suerte!- Murmure cuando unos papeles que intentaba guardar se deslizaron de mis manos para terminar desparramados por el aula. Me apure, baje los escalones de dos en dos. Llegue a la entrada y varías chicas tapaban la salida a la vez que cuchicheaban. Sus mejillas se sonrojaron al verme. -¡Hey! ¿Qué pasa?- dije intrigado. -La nueva, parece que engancho a Lean. Bastante rápida es.- Menciono María sin tapujos. -¿Quieres que mencione todas tus conquistas?- Dije con enojo. -No hace falta.- Dijo bajando su mirada- Chicas ya me voy, se me hace tarde.- Y con eso todas se dispersaron. Mar continuaba hablando con Lean en la esquina. No quería pasar por ahí, por lo que me dispuse a cambiar de recorrido. En ese momento uno de mis amigos, Walter, me increpo antes de irse para comentarme del partido de futbol que teníamos que disputar por el club al que íbamos. Mientras él me daba las indicaciones podía ver como Mar se ponía en puntas de pie y abrazaba otra vez a Lean. Segundos después ambos iban por caminos diferentes. Mar siempre se caracterizo por caminar sumamente rápido, a pesar de que sus piernas eran cortas. Termine la charla lo más rápido que pude pero ella ya me llevaba una cuadra o mas de ventaja. Intente apurar mi paso pero cuando ella llego a la esquina de los canteros Lean freno con su bicicleta abruptamente y ella lanzo un grito. -¡Hay! Lean casi me matas de un susto.- Se llevo una mano a su pecho. -Perdón, no era mi intención. Es que me arrepentí, quería acompañarte tu casa. Tire las cosas, me subía a la bicicleta pero caminas demasiado rápido.- Él también estaba agitado. -Lo sé, es que quiero llegar a casa a descansar. Estoy agotada.- Su tono era algo bajo y me costaba oírla. Detrás del árbol mi oído perdía audición pero no podía arriesgarme a que me vieran. Se dijeron algunas cosas más que no llegue a comprender y se marcharon juntos. Llegue a mi casa sumamente enojado, entre dando un portazo y la cerré con otro. Mientras subía la escalera mi madre me increpo. -Ezequiel la puerta no es giratoria. Vas a romperla- Me dijo algo enojada. -Lo siento.- Mi tono salió secamente. -Baja a comer.- Me dijo mientras entraba otra vez en la cocina. -No tengo hambre.- Dije encerrándome en mi habitación. Tire todo en el suelo y me tumbe en la cama, a la vez que dejaba salir un grito ahogado en la almohada. No se cuanto tiempo estuve golpeando la almohada, pero al rato me quede dormido. Desperté cuando Walter entro en mi habitación enojado porque lo había dejado plantado.
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