ANIKA Había amanecido de un humor increíble y mi amor por el dinero estaba mejor que nunca. Siempre era bueno tener dos amores, si uno te falla el otro te consuela. Hasta podía echar unas competencias con Don Cangrejo y estaba segura de que iba a ganar. Ay, es que había amanecido más rica todavía y me estaba planteando la posibilidad de no trabajar en tres años e irme a viajar por el mundo, comprar cinco casas y regalarle una a mis papás, enorme por su puesto, por su aniversario, con un enorme árbol de naranjas y un jardín con flores de muchos colores para mi mamá. Estaba fascinada. Bueno, no tenía a mi amors, pero sí mucho dinero en el banco. Era mejor llorar en un Ferrari que en el transporte público. Aunque amaba mi Tesla y no pensaba cambiarlo. Tal vez podría viajar en primera cl