ANIKA Me había pasado hablando con las chicas un largo rato, que no me di cuenta qué habían pasado dos horas desde que Aiden se había ido. Era al rededor de la una de la mañana cuando vi el reloj de mi teléfono y me pregunté si se había olvidado de mí y tendría que regresar a mi casa en Uber. Estaba viendo a la gente bailar y preguntándome si en algún momento me podría atrever a vestir como a mí me gustaría. Habían pasado años desde que empecé a ponerme mis pantalones grandes y mis playeras deportivas. Algunas veces con estampados, y siempre combinados con tenis deportivos. Me encantaba el cabello en color fantasía porque me encantaban los colores brillantes. Aun siendo una adulta me gustaba conservar esa esencia de niña que tenía la fascinación por los colores arcoíris, pero sabía que