ANIKA Nunca me había abierto con alguien para compartir algo tan íntimo, que ni siquiera con Perla lo había platicado en algún momento. La verdadera razón detrás de mi ropa holgada. Ante todos siempre era esa chica, la de los atuendos raros, la que siempre estaba ahí con cara de boba llevando una patineta imaginaria al hombro. No me importaba nada de eso si esa ropa me hacía sentir segura. Aiden intentó moverse de su lugar, pero lo único que consiguió fue incomodarse. Me acerqué a él para ayudarlo a situarse, pero antes de tocar su cara, me sostuvo el brazo con un apretón de su mano. Era la primera vez que me veía a los ojos con esa intensidad, y me sentía afortunada porque pude apreciar su heterocromía. Era hipnotizante. Sentí que mi corazoncito latía con la misma velocidad que un en