Virginia miró a los ojos de Octavio Hesser, intentaba encontrar la respuesta que debía dar, no estaba en su plan fingir hasta ese punto, sentía que engañaba a gente buena con una cruel mentira. Octavio la vio dudar, sintió temor. —¿Virginia? —Sí… acepto… Los niños aplaudieron y corrieron a abrazar a Virginia, ella sonrió, nunca se sintió tan conmovida como por esos niños. Octavio tomó su mano y sintió como ella temblaba, puso aquella argolla con un diamante brillante en su dedo. —Papi, ¿No le darás un beso? —exclamó Lyra, los niños reían. Octavio sonrió, sintió que se ruborizó al instante, Virginia se tensó al sentirlo tan cerca, creyó que él besaría sus labios, pero Octavio sintió que era demasiado, besó su mejilla, deseando besar sus labios, sintió que su cuerpo no resistía mucho