Octavio llegó a la comisaria, preguntó por Virginia y de inmediato le comentaron el motivo por el que la chica estaba detenida.
—El motivo de su detención es por agresión física.
—¿De cuánto es la fianza?
—La fianza es de cinco mil pesos.
—Lo pagaré, déjela salir, incluso le pagaré el doble, si la deja ir ahora mismo.
El hombre le hizo una señal de silencio, lo apartó.
—Muy bien, págueme todo a mí, y dejaré que la chica salga.
Octavio lo maldijo en su mente, sacó el dinero, se lo dio al hombre y luego le pidió al guardia que lo llevara con la mujer.
Octavio caminó por un sucio pasillo, siguió a una mujer que era guardia, había ruido, miró a varias mujeres en celdas que le miraron con intriga, algunas se atrevieron a lanzarle piropos.
Eso lo irritó, nunca tuvo que pasar por una sit
