7. Enfrentamiento

1478 Words
-Becky –La pelirroja me sonrió con timidez -¿Ya llegó tu nueva jefa? –Pregunté con seriedad, no quería que me sorprendiera coqueteándole a su ahora secretaria; además, si iba a comenzar a trabajar en la compañía iba a tener que comportarme… Al menos debes darme crédito por eso, lo estaba considerando. -Aún no –Giró su rostro hacia el elevador, luego se inclinó un poco sobre el escritorio -¿La conoces? –Me preguntó en un susurro, con preocupación. -No linda –Me incliné también un poco, quedando a escasos centímetros de su rostro –Pero no dudes en pedir mi ayuda si llegas a necesitarla –Le guiñé el ojo, provocando que se sonrojara. Las puertas del elevador nos hicieron retomar nuestras posiciones. La bruja salió, con la mirada fija, severa y molesta sobre mí. -Buenas tardes Señor Goldman –El jodido “Señor” me hizo rechinar los dientes -¿Puedo ayudarlo en algo? –Preguntó con educación caminando hacia nosotros. -Sí, me gustaría hablar acerca de mis acciones –Detecté la ligera reacción que tuvo: entrecerró los ojos brevemente, -Becky, ¿Phillip está en mi oficina? –Cambió su atención a la pelirroja, con un aire de superioridad. -No señorita –Le respondió intimidada. -Si gusta pasar por favor –Me invitó, pero extendí mi mano para permitir que ella fuera primero. -Permítame presentarle a Eden Kind, mi abogado –Hasta ese momento reparé que el pelirrojo venía detrás de nosotros, como un perro faldero. Me giré para estrecharle la mano -Licenciado, mucho gusto –Y sospechaba que era su amante en secreto. -Igualmente –Me dio un fuerte apretón de mano, y me sonrió. Terminamos por entrar a la oficina. -¿Qué es lo quiere discutir? –Ella se encaminó hacia el escritorio. -Ahora que usted es la presidenta, quiero solicitar la asignación de una oficina –Y aunque no me había ofrecido sentarme, yo iba hacia uno de los sillones. -¿Cómo dice? –Se detuvo a medio camino, y su expresión incrédula cuando me vio, sería un punto que me anotaría a mi favor. -Como accionista, tengo derecho a velar por mis intereses, por lo que me inmiscuiré en las actividades de la empresa –Estaba plácidamente sentado, tranquilo y divertido. -Señor Goldman –De nuevo el pinche “Señor” –Seré totalmente sincera con usted –Se sentó finalmente detrás del escritorio. De tamaño le quedaba grande, pero su presencia lo rellenaba. Era una sensación tan extraña, sentir que su aura era aplastante, imponente; su seguridad al caminar, al explayarse, su vocabulario, su expresión corporal, todo; toda ella –Es un error el que usted sea socio de ésta empresa –Quería reírme en su cara. ¿Acaso pretendía amedrentarme? –Solamente le pertenece a la Familia Maiden, y el que Phillip le haya vendido acciones que no estaba en su poder ni autoridad hacer, lo pone en una situación incómoda y peligrosa, sumamente peligrosa. Porque está poniendo en riesgo su reputación –Eso cambió mi estado de ánimo. ¡Ahí la detendría! -La adquisición que hice de las acciones de Maiden Co, son totalmente legales. Si internamente, no, familiarmente ustedes tienen problemas, diferencias de opinión o de cualquier otra índole, no es asunto mío. Su abogado –Apunté al pelirrojo, que estaba de pie a un lado del escritorio –Puede verificar la documentación y no va a encontrar absolutamente nada fuera de la ley –Tal vez Phillip y el pelirrojo estaban a sus pies, a su disposición y sometidos a ella; pero, yo no era ninguno de sus subordinados. -No se cumplieron con las estipulaciones internas para poder venderle –Se inclinó ligeramente sobre el escritorio, desmotrándome que estaba indignada. No obstante, yo estaba más indignado por sus insinuaciones. -¡Ese no es problema mío! En ese momento yo desconocía de los estatutos, y en todo caso también puedo apelar a una mala administración de Maiden Co. Actualmente, que usted se ha encargado de dejarme claro los estatutos, estoy más que dispuesto a cumplirlos; pero también tengo derechos, y no voy a renunciar a ellos –Le dije con firmeza. Eran pocas las acciones que tenía, pero era lo suficiente para exigir. -Escuche Señor Goldman, le haré una propuesta económica que no podrá rechazar. Por favor, evite el problema que representa ser socio de ésta compañía; así como la pena, de hacerle la vida miserable –Y en ese instante estallé en carcajadas. Su intento de amenaza no me causaba temor. -Señorita Maiden, no tiene idea –Me puse de pie –Amo los problemas –Comencé a caminar hacia la puerta –Licenciado Kind, espero la propuesta en la que será mi oficina -Le ordené como si fuera mi empleado -Así como la documentación completa de los estatutos -Eso último se lo dije a la castaña desde la puerta -Les doy hasta el día de mañana a ambos –Y salí de la oficina, con una mezcla de frustración y satisfacción. -Hasta mañana Becky –Caminé a paso firme hasta el ascensor. En medio de todo el melodrama, no me di cuenta que Hugo me había enviado las gráficas del actual crecimiento de MM Enterprise, que estaba a poco de cumplir con mis proyecciones. Le marqué por el celular a Hugo mientras esperaba por el elevador -¿Ya comiste? –Ni siquiera esperé a que saludara. Escuché su resoplido de derrota –No – -¿Dónde estás? –Entré a la caja metálica con rapidez. -Te veo en Blue Restaurante –Colgó con rapidez después de darme el lugar. Llegué al estacionamiento, me acomodé en el Ferrari con pleno conocimiento que necesitaría liberar un poco de adrenalina. El techo se abatió, permitiéndome sentir el aire otoñal de Ciudad Yot. Me iba a requerir tiempo y esfuerzo el asunto con Emma, pero era un reto que estaba dispuesto a tomar. Ella no iba a ganarme, jugaría bajo sus reglas y saldría victorioso. Maiden Co. sería mía. Lancé las llaves al chico del restaurante para que lo estacionara. Me sorprendió que Hugo ya estuviera esperando por mí. -¿Cómo te fue? –Preguntó con interés, aunque sabía que desaprobaba por completo el asunto. -Ya sabes, guerra de poderes -Me senté frente a él, mientras el mesero se acercó para tomar mi orden -Tráeme un vermut –Le ordené y enseguida se giró para cumplir –Revisé los gráficos, prepárate para comenzar a vender en dos meses – -¿Vas a asistir a la reunión de WeiCo? –Cuestionó con sagacidad cambiando de tema. Me quedé pensativo. Reestructuraría mi horario; incluso ya no pondría un pie en la oficina para ahorrar tiempo –No. Voy a necesitar que me envíes los gráficos de crecimiento y me envíes toda la documentación que requiera mi atención a Maiden Co –El chico llegó con la bebida. Hugo suspiró con pesadez -¿Recuerdas cuando te dije que no te metieras con la rubia del Key Bar? – Sonreí al recordarlo. Había sido una noche demasiado alocada y desenfrenada. Fue la primera vez que tuve miedo de salir en primera plana, por la pelea que se desató –Es cierto, me advertiste de la pelea. Y también conseguí a la rubia, por varios días –Señalé con agrado. -¿A qué precio? Porque te recuerdo que, no solo tuvimos que pagarle al bar por los daños, también terminé en el hospital –Sonreí con tedio. Esa noche me había ayudado con un par de tipos que tenía encima, ganándose unas fracturas en los metacarpianos. Y aunque estaba exagerando su visita al hospital, tenía que darle crédito a mi amigo. No solo era un buen consejero legal, también lo era en lo personal. -¿Cuál es la advertencia Hugo? –Cuestioné realmente atento. -Que lo más seguro es que termines logrando lo que quieres; pero te tomará más de lo que vale –Posiblemente tenía razón; pero, se había convertido en un capricho que no dejaría ir. -Vamos a comer, hoy por la tarde quiero ir a visitar una empresa a la que he estado observando –Cambié de tema. -Solo considera lo que te digo. Maiden Co. no vale tanto –Agregó con absoluta seriedad. Terminamos de comer sin hablar de nuevo de la empresa que seguramente sería mi maldición. Me acompañó a Crane Inc. Una mediana empresa que estaba atravesando malos tiempos, y que requeriría ciertos ajustes administrativos antes de que retomara el vuelo. Llegué a casa justo para la cena. La acostumbrada conversación que iba en torno a mi prometida, y a mi cambio de trabajo no faltó. Incluso el desempeñó de Cat como empleada de mi padre, estuvo sobre la mesa; ya solo era cuestión de tiempo para que hablarán de los prospectos para casarla.
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