ARMANDO ALCAZAR Hoy es el último día en la capital y muy a mi pesar, no lo pude pasar con Amalia y las niñas. Según supe, conocieron el jardín botánico y quedaron maravilladas con la experiencia, así que tomo nota mental para volver en un futuro los cuatro. En mi anterior visita a casa de mi madre, le prometí volver antes partir, así que esta tarde debí cumplir mi promesa e ir nuevamente con Aurora. Como siempre que vengo, ella se siente dolida por mi renuencia a quedarme en aquella casa, pero la verdad es que no me siento a gusto en aquel lugar, pues por más que sea yo quien cubre todos sus gastos, ese es su espacio, ella es quien convive con esas personas, no yo. Esa tarde ajusté mi sombrero mientras descendía del carruaje con mi pequeña Aurora, tomada de la mano. La residencia de mi m