El negocio de las cremas y los bálsamos, son lo que nos está permitiendo tener dinero suficiente para comer, pero no da en este momento como para comprar una casa, ni siquiera nos da para pagar un arriendo. Hasta que se solucione la situación con el padre Ramón, la señora Alejandrina será mi apoyo para la preparación de los productos.
Poco a poco y por debajo de cuerda, la información ha estado circulando y los pedidos creciendo. Incluso las señoras de la alta sociedad han iniciado a comprarlos, aunque obviamente no saben que soy yo quien los fabrica, sino, seguramente no lo harían.
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Hoy, hemos decidido que merecemos comer un buen pedazo de carne, así que voy hasta el pueblo para comprar un poco de carne y algunas otras cosas que nos faltaban, encontrándome con la dura
