Desde que el príncipe heredero regresó al palacio, las lecciones habían quedado en segundo lugar y, por órdenes del Emperador su principal deber se había convertido estar cerca del Rey al menos hasta que este se recuperara completamente; una decisión que sorprendió a muchos pero nadie se atrevió a cuestionar las disposiciones del monarca. En ese tiempo había visto al Rey hacer todo lo posible para su pronta recuperación, y a pesar de parecer feliz junto a su hijo, éste le había pedido más de una vez que volviese enviar al príncipe heredero fuera del palacio, y no fue sino hasta un par de semanas atrás que aquellas peticiones se detuvieron cuando le informó que no sería posible hacerlo, no cuando él creía que el tercer príncipe era la mejor persona para cuidar del niño y este había dejado