Narra Pavel La señora Zin está sentada frente al televisor tejiendo cuando entro. —Se ve muy guapo, señor Madison —dice la señora Zin con una cálida sonrisa. Espero que no esté coqueteando conmigo como lo hacen la mayoría de las niñeras. ¿A quién engaño? Su nombre es la señora Zin. Debe estar casada. Necesito superarme a mí mismo. Abro la boca para responder, pero la señora Zin mira detrás de mí y silba: —Wow. Al darme la vuelta, me quedo con la boca abierta. De pie frente a mí, con un vestido rojo ajustado hasta la rodilla que elegí yo, está Carla. Tiene el cabello castaño recogido hacia atrás y se ha puesto un lápiz labial rojo que combina perfectamente con el vestido. Parece una seductora hecha a medida para mí y en su dedo izquierdo lleva un anillo brillante que me puso duro en