Sábado. Era raro no tener un mensaje de él, una llamada, lo que fuera. Un fin de semana sin Esteve, no era un buen fin de semana. Domingo. — ¡¡Sal de esa cama y de la casa!!— mi padre estaba enojado, conmigo. No valió decirle que no se trataba de que yo me avergonzaba de mi trabajo. Que no era por eso que había hecho la mentira.— Date una vuelta, ve a pasear, no se. Solo sal de esa cama y ya deja de llorar, estoy seguro que Esteve te contestará la llamada o al menos te llamará. Ya se le pasará. Deseaba que realmente fuera así, ignoraba mis mensajes, no contestaba mis llamadas ni nada. Al llegar el lunes, todo parecía aun mas incierto. Pasé las horas del curso de peluquería como si estuviera fuera de mi cuerpo, ajena totalmente a mi, mirando el celular para ver si tenía algún m