Había encontrado a Loren varias veces llorando en su oficina, también algunas personas comentaban que la habían escuchado llorar en el baño. No me dirigía la palabra a menos que fuera algo laboral, no me respondía, me ignoraba y no quería hablar sobre lo sucedido, hasta esta noche, donde decidí ir a su casa para aclarar la situación, yo me sentía culpable y no sabía exactamente como se sentía ella, estaba claro que no estaba bien, aunque no me dijera nada. — Loren, ya estoy aquí. Por favor ábreme. Tu coche está en la entrada, se que estas aquí.— Escuché unos pasos y me alejé de la puerta. —Deberíamos de hablar. — No hay nada de que hablar. — dijo nada más abrir. — Loren, no somos dos desconocidos, si hay algo mal creo que podemos solucionarlo. Platiquemos un poco sobre lo que te tien