—Buenas noches Juana—Saluda Alejandro cuando entra a la cocina para dejar el paraguas empapado de agua.
—Buenas noches señor—responde amable.—Le hice un estofado para este frío, pero si desea algo más, hágamelo saber.
—Estoy bien, cené con Matías en la oficina, ¿y mi mujer? Es extraño que no me haya esperado, como siempre en la sala viendo su novela favorita o aquí contigo, comiendo pastel, es lo que ha hecho las últimas dos semanas.
Samira ya estaba acostada durmiendo, cuando Alejandro llegó a la casa, Juana le aviso, que la señora regresó empapada, también le dijo que había recibido una llamada del leader de autos, avisando que ya el carro estaba en sus instalaciones, y que iban a proceder a repararlo, y que en dos días lo entregarían como nuevo.
Alejandro entra a la habitación y ve
