Acosando a la muñeca de papá.

1398 Words
En ese momento, Samira y Matías escuchan que se acerca la sirvienta y su abuela. Matías rápidamente, toma una manzana del refrigerador, y se aleja. —Esta conversación no ha terminado, mi conejita...hablamos cuando estemos más tranquilos y solos—le susurra Matías al oido. — Mi niña a mí, no me gusta, ese pudín—se queja su abuela. —Entonces come otra cosa de postre abuelita, ayúdame con eso por favor—se dirige a Juana. —Eso es porque no está acostumbrada, mi doñita.—dice la sirvienta con cariño, mientras ve salir a Matías comiendo la manzana.—venga le cortaré un poco de fruta. Samira se sentía mareada, su corazón no dejaba de latir tan rápido de los nervios, no sabía cómo enfrentar a ese demonio, que tiene su prometido por hijo mayor. Nunca se imaginó estar en una situación como esa. Ella regresa a la mesa con una canasta de frutas. —¿Porqué tardaste tanto?—pregunta Alejandro a Samira. —Estaba guardando todo en su lugar, y preparé las frutas. —Te dije que no tenías porque hacer nada de eso, por eso tenemos servidumbre—le da un beso en los labios en frente de todos. —Si...pero realmente quería hacerlo yo misma. —Bueno yo me retiro, ya está bueno por hoy—dice la abuela de Samira, con un platito de uvas en las manos. —Esta bien abuelita, ve descansa—le dice Samira. Alejandro es muy caballeroso, se levanta de su silla y la ayuda a encaminar al pasillo que da a su habitación, sosteniendo su brazo. —Bien abuela descanse, mañana le traigo el hilo de tener especial que me pidió —No olvides traerlo—le recuerda. —No...no lo pienso olvidar. Yesi, seguía queriendo acaparar la atención de Hugo, pero ve que él, está más pendiente de la mujer de su papá que de ella, lo que la molesta, aunque no le reclama por estar frente a la gente. Por otro lado Matías, había descubierto que su hermanito fue quien desfloró la virginidad a Samira, lo que lo hace molestar bastante, porque se nota a leguas que él sigue interesado en su conejita, tenía que pensar en un plan, para que su hermano tanto como su padre, se desilusionen de ella y la saquen de ese apartamento, él esperaría el momento adecuado, cuando ella esté en el fondo de la miseria y tenga que suplicarle que tenga piedad de ella y la acepte. Entonces sería la sumisa perfecta para satisfacer nuevamente, todos sus deseos. —Debemos volver a reunirnos, en dos semana debo viajar a Houston, podemos vernos el fin de semana que viene, hablaré con Gabi para que tenga listo el yate, así nos relajamos todos, además hay que aprovechar que Yesi aún puede salir, cuando de a luz estará un buen tiempo confinada—dice Alejandro, mientras volvía a sentarse en la mesa. — Tiene muchísima razón, suegro—responde Yesi sonriente.—Debo darme vida sino tendré que esperar 4 meses recuperándome, luego de dar a luz. —Es buena idea—dice Monic— Yo terminaré unos asuntos que mi padre quiere que lo ayude, y estaré disponible también para el fin de semana próximo. *Al terminar la cena. La cena terminó con éxito dentro de lo que cabe, los invitados se despiden, para regresar a sus hogares. —Bien amiga ya nos vamos llámanos por favor, recuerda nuestro compromiso de mañana—miente Paola, mientras aclara los ojos, para que Samira se la lleve, que deben juntarse para hablar y ayudarla a resorver todo. —Si no lo he olvidado, las llamo después del desayuno.— responde Samira. —Bien amiga cuidate mucho—dice Carmen mientras le da un beso y un abrazo. —Si ustedes también— le dice Samira. Hugo aprovecho que todas las chicas se estaban dando besos y abrazos de despedida, y de un momento a otro, abraza a Samira, dándole un beso en la mejilla, haciendo que a Samira se ponga más nerviosa de lo que estaba. —Hasta luego mi querida...—iba a decir conejita, pero se frena—Samira, hablamos más adelante. —Si...gracias por venir—dice Samira mientras siente pánico. Alejando se despide igual que cuando llegaron, con un beso en cada mejilla de sus hijos. —Espero que me llamen desde que lleguen, principalmente tú Hugo— le ordena Alejandro. —Si padre desde que pise nuestro apartamento te llamo— sonríe a su padre. —Gracias por todo Samira la cena estuvo deliciosa, pasaré a menudo...nuestro apartamento está a menos de 15 minutos en auto—le dice Hugo a Samira mirándola a los ojos. Samira no supo que decir, solo asintió un poco con la cabeza. —¡Amor te estoy esperando!—le vocifera Yesi, tratando de no sonar incómoda, desde la entrada del ascensor evitando que se cerrara. —¡Si...ya voy!—le responde. Su padre, aleteo varias veces la mano en señal de despedida, hasta que el ascensor se cerró por completo, él siente que se la ha pasado especial, esa noche, tenía mucho que no veía a sus dos chicos. Alejandro cierra la puerta del apartamento, y se retira a la sala agarrando la mano de Samira. —Señor si no se les ofrece nada más, ya me retiro a mi cuarto. Le preparé su desayuno para llevar señor Valdivia. —Muchas gracias Juana—habla Alejandro antes de acomodarse en el sofá— Buenas noches. —Que descanses Juana, gracias por tu arduo trabajo—dice Samira. —Wao ¿Porqué tienes las manos tan frias amor? Te ves un poco palida, ¿Te sientes bien?—pregunta Alejandro al sentar a Samira en su regazo. —Puede que sea por el aire acondicionado, hoy ha sido un día muy largo, así no te preocupes, solo necesito descansar un poco. —Estoy muy feliz, espero que te lleves bien con mis hijos, son mi todo, por ellos mataría a cualquiera, jejeje, me sorprendió que Matías estaba bastante relajado, el siempre se muestra muy enojón, o no socializa para nada, muchas veces que hice alguna celebración, nunca le llamaba la atención, hasta luego de la muerte de su madre, nunca quiso celebrar su cumpleaños, solo a Hugo le compramos, un pequeño pastel por costumbre y este año ni siquiera lo disfrutó se pasó todo el día trabajando, al día siguiente, ví el pastel en el refrigerador. —Incluso hoy interactúaba contigo, y se ofreció ayudarte con el postre, parece que el convertirse en padre lo a vuelto más hombrecito...¿No crees? —Si... debe ser eso—responde Samira, siente como si estuviera sumergida en una piscina de agua, y alguien la tiene agarrada por los pies y no la dejan subir a tomar aire a la superficie. Luego de que Alejandro se fumara un puro, y tomara varias copas extras de whisky, se retira junto a samira, para ducharse y echarse en la cama. Luego de que Alejandro había tomado una refrescante ducha, se acuesta junto a Samira, él la notaba muy pensativa durante toda la noche, casi no habló y se sentía a su parecer un poco nerviosa, y no era para menos pensó, ya que conoció a sus dos hijos, la luz de sus ojos. Samira siente, cuándo él se acuesta, y la abraza por la espalda, él se da cuenta que ella lleva una bata de ceda que él mismo eligió para ella. El desliza su mano por encima de la bata y luego la lleva por debajo de su braguita, tocando su parte privada, hasta hacer que se humedeciera, él podía sentir su piel suave. —Umm amor, no tengo energías para esto, tu acabaste conmigo en la tarde. —No te preocupes, no tienes que hacer nada, solo disfrutar lo que te voy meter, justo aquí—introduce sus dedos en su v@gina. —Ahhh...si....umm— gime Samira con aquel toque tan provocativo. —Gracias por esta noche, no estés nerviosa, seremos una hermosa familia, cuando nos casemos. —A Samira aquellas palabras la hacían sentirse ansiosa. Alejandro, le besa el cuello y sin pedirle permiso, desliza la ropa interior de un lado y la penetra de un golpe, haciendo que se olvidará en ese momento, lo que la tenía preocupada.
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