La verdad, no es más que una mentira.

1415 Words
Samira permanece inmóvil, ante la bestialidad de Hugo, aquel hombre enfrente de ella, solo la miraba con desprecio y horror, Samira se cubre con una manta que está en el espaldal del sofá, sus ojos se llenaron de lágrimas. —¿Porqué haces esto realmente?¿acaso eres una cualquiera? ¿o una enferma s****l?—pregunta Hugo con la voz ronca. Samira no quería verlo, y menos que él la viera así, ella sentía que se quebraba en pedazos. —No es tu maldito problema ¿Cómo quieres que te lo diga?—le grita rompiendo en llanto—. ¡Así que lárgate de mi departamento! —¡No pienso ir a ningún lado hasta que hables conmigo! ¡No voy a dejarte a tu suelte! ¡Carajos como te hago entender que tú eres la mujer que yo quiero para mí! Samira no quería escucharlo, se levantó del mueble, cogió su teléfono y su cartera del suelo y subió a su habitación sin siquiera mirar atras. Hugo estaba ardiendo de rabia, se agarraba los cabellos de su cabeza y miraba al techo diciendo todo tipo de maldiciones, en un intento por calmar su rabia, ve sobre un estante una botella de whisky, toma la botella y en un vaso se sirve un trago, luego ve en el mismo estante una pequeña urna con una dedicatoria y una foto de un hombre mayor, él imagino que se trataba del abuelo de Samira. El estaba enojado hasta la médula, ¿Cómo es que las cosas han llegado tan lejos? Hugo suspira profundamente y decide subir a la habitación de Samira. Esperaría que el ambiente se calme, le preguntaría a Samira cuánto debe, le daría todo el dinero aunque sea obligado, para que deje de prostituirse, El ve que la puerta está abierta. —Samira... voy a pasar. Ella está sentada en el borde de la cama, se ha puesto una pijama. —Perdoname por haberte roto el vestido, no estaba en mis cabales, te vi besando con el tipo del carro negro... ¿entiendes?...te pido perdón, no volveré a perder los estribos, entiende que necesitamos hablar. Tengo que aclarar todo contigo, para que estemos bien. Empecemos desde cero por favor. Samira solo se limitaba a mirarlo con la mirada ensombrecida. —No necesito tu lástima, ni tu donación.—le dice cortante, entiéndelo de una buena vez.—le dice con voz ronca. Hugo sentía que esa conversación no llegaría a ningún lado ya que ambos están estresados, Así que pensaba acomodarse, no pensaba irse y no le importaba que Samira no estuviera de acuerdo en que el durmiera ahí, aunque sea en el suelo pensaba quedarse, contar de que arreglaran las cosas entre ellos. Hugo los ultimos dos meses, casi no comía, ni dormía bien, solo se concentraba en trabajar para distraerse, incluso el día de su cumpleaños regreso muy tarde del banco de su padre, y solo encontró el pastel en la cocina, en señal de que su padre y su hermano se cansaron de esperarlo. —Yo tuve un día pesado... ¿puedo usar tu baño? Ella le señala la puerta con el dedo indice. Hugo se quita el saco y lo deja sobre la cama al lado de Samira. El entra en el baño y cierra la puerta. En ese momento Samira siente que algo en el saco de Hugo está vibrando, ella revisa su bolsillo, es su celular, ella mira la pantalla y ve un nombre "Yesi mi Barbie" , ese nombre ya lo había escuchado antes, de la boca de Hugo, Samira decide tomar la llamada, pero ella se queda en silencio, si ya Hugo le había dicho meses antes que habían terminado ¿Porqué ella lo llamaba a esa hora y porque el guardaba su número con ese sobrenombre tan personal? —{¡Hola, amor! te llamé varias veces, te tengo una sorpresa, ¡mi amor vas a ser papá!}. —¿Qué haces con mi celular?—pregunta Hugo al ver a Samira con su celular en la oreja. Samira se levanta de la cama, muy seria y le pasa el celular cubriéndole el auricular. —La llamada es para ti, cuando termines de atender, quiero que te largues de mi casa y de mi vida—le susurra antes de salir de la habitación. Hugo no sabe a qué se refiere Samira. El mira el celular y ve que Yesi está del otro lado de la llamada, se le detuvo casi el corazón. — Aló, ¿Yesi?—pregunta atónito. —{Amor ¿acaso no me escuchaste?, ¡Te digo que vas a ser papá!, ¡Dios estoy tan feliz, y veo que tú también te has quedado sin palabras!, Mañana tomaré el primer vuelo a Manhattan. Tu eres al que llamo de primero, ahora llamaré a papi, no me sentía bien toda la semana y decidí ir al médico y me hicieron varios analisis entre esas una prueba de embarazo, casi ahora me enviaron el correo con el resultado tengo dos meses. ¿Estas feliz?}. —Si...lo estoy...avisame cuando estés en el aeropuerto enviaré a alguien a recogerte. Si yo también, te espero entonces mañana, cuídate por favor. Hugo cuelga la llamada, está como en una especie de trance, no sabía en ese momento, si brincar de la alegría por que iba a ser padre, o llorar de la tristeza al saber que Samira, podía haber escuchado a Yesi decir emocionada "vas a ser papá" —¿Yesi estaba esperando un bebé suyo? ¿Cuándo se había descuidado?—piensa Ellos siempre usaban protección, aunque cualquier duda se resorveria con una prueba de paternidad, lo peor es que dos meses atrás, una semana después de su cumpleaños, el realmente llamo a Yesi, pero al escucharlo querer romper su compromiso entro en pánico y colgó, a las horas recibió un mensaje, del padre de ella, que algo le había pasado a su hija, que tenía una crisis de nervios, Hugo viajo a Canadá, ella estaba depresiva a extremo por la rotura, y el volvió a reconciliarse, llevándolo a este momento dónde ella lo llama de repente, cosas que nunca hacia,. Decide salir de la habitación de Samira cuando cruza el umbral, se da cuenta que Samira está recostada de la pared al lado de la puerta, con los brazos cruzados, dónde el pensaba que Samira, había bajado a la sala o a la cocina, ahora el rebobina pensando en que le dijo a Yesi en la llamada, porque está seguro que Samira lo escucho. —Samira... yo...—¡Paf! Samira lo abofetea, las lágrimas no dejan de brotar de sus ojos, definitivamente ella ha escuchado todo. —¡Te me largas de una buena vez!—le grita histéricamente. —Lo... siento mucho.—dice con voz ronca. Nunca antes una mujer lo había abofeteado. Hugo toma su abrigo de la cama, ya no quiere causarle más sufrimiento, baja por los escalones y se escucha el sonido de la puerta al cerrar. Samira se hizo un mar de llanto. Al día siguiente Samira recibió una llamada de Matías, de que tenía un compromiso de recibir a unas personas de Japón e iba a estar ocupado varios días que lo tomara como días libres, pero igual le haría llegar un regalo, en la noche, y esperaba que estuviera en su casa para recibirlo. Samira agradeció en sus adentros cuando colgó la llamada, ella parecía chinita con los ojos hinchados de tanto que lloró toda la noche, decide volver a dormir luego de comerse medio tarro de helado, no tenía ánimos para nada, enterarse que su ex que no quiere terminar la relación entre ellos, va a ser el padre del hijo de otra mujer, eso a Samira la a desubicado totalmente y aunque no quiere pensar en eso es algo que le carcome por dentro. Samira estuvo durmiendo hasta la hora de la merienda de la tarde, toma una ducha y decide dar un paseo por el río Hudson. Ella llevaba un conjunto deportivo y unos tennis adidas. Cuando ve un gato en la rama de un árbol cerca de la orilla del río, ella ve como cae desde esa altura y corre al auxilio, se quita los tenis y el abrigo deportivo quedando en franela. Cuando esta toma el gatito, lo lanza hasta afuera del agua, pues su pie queda atorado con unas plantas acuáticas, impidiendo que vaya de devuelta a la orilla.
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