Sasha estacionó frente al Blues, comenzó a contemplar si había hecho lo correcto, tal vez debería haber llamado a las chicas y decirles que no puede asistir. Lo último que quiere es darle a Michael más razones para no confiar en ella y pensar que esta noche fue tan similar a la noche en que todo comenzó, la noche en que todo cambió. Había mentido yendo a una noche de chicas esa noche y esta noche fue a una noche de chicas, pero esta vez de verdad. ¿Culpará a Michael si cree que está mintiendo? Pero ella había estado saliendo con sus chicas antes, ¿por qué esta noche sería diferente? Excepto que Michael volvió a ser como era hace tres años, las cosas eran perfectamente normales.
¿Qué hizo ella mal que lo hizo reír a carcajadas de nuevo? ¿Qué podría haber dicho ella? Ella sabe que no había tenido una cita sin él cerca o sin sus amigos o incluso sus padres, entonces, ¿qué fue exactamente lo que salió mal? El estruendo de su tono de llamada la despertó de sus pensamientos y suspiró y sacó su teléfono de su bolso y vio que Agatha era la que llamaba. -No nos abandones, niña- gritó de inmediato, la llamada se conectó y Sasha tuvo que quitarse el teléfono de la oreja para proteger su tímpano.
-No lo haré, estoy frente a los Blues- respondió ella.
-Genial, estamos dentro-.
-Obviamente- Sasha puso los ojos en blanco, podía escuchar la música a todo volumen y se preguntó si estaba en el estado de ánimo adecuado para estar en un lugar tan ruidoso, pero terminó la llamada, agarró su bolso y salió del auto, pero Justo cuando estaba saliendo, vio algo que le llamó la atención. Un coche n***o estaba desacelerando a unos pasos de ella y contuvo la respiración, esperando a ver quién conducía. Conoce muy bien ese automóvil y nunca puede perderlo, pero justo antes de que pudiera confirmar su afirmación, el automóvil se alejó a toda velocidad.
Se paró junto a la puerta, mirando la luz roja que se desvanecía, no miró de cerca para estar segura de que era Fish, pero su corazón ya le decía que era él. La última convicción que se había dado a sí misma para entrar al club se estaba desvaneciendo lentamente y apretó los dientes, no de ira sino para evitar romper en llanto. Parpadeó continuamente para contener las lágrimas y dejó escapar un suspiro por la boca. Se pasó la mano por el pelo y se debatía entre volver al coche e ir al club.
Al final, simplemente no pudo y volvió a subirse al auto y salió del estacionamiento en reversa, saliendo a toda velocidad de los alrededores. Condujo hasta un pub no muy lejos de su casa y se bajó, necesitaba aclarar su mente y sí, sus amigas la habrían ayudado mucho pero quería estar sola y ahogarse en su dolor. Si la encuentran en este estado de ánimo, seguramente descubrirán que algo andaba mal con ella y que no necesitaba que nadie la cuestionara en este momento.
Entró en el pub y miró a su alrededor, todo el mundo parecía estar ocupándose de sus asuntos, pero captó algunos pares de ojos mirándola. Hizo el cálculo en su mente, de la forma en que se sentía en este momento, lo más probable es que se emborrache y duda si puede valerse por sí misma si alguno de los pervertidos viene hacia ella, por lo que se dio la vuelta de inmediato y se fue. Caminando rápidamente de regreso a su auto. Entró y vio a un hombre salir del pub, mirando a su alrededor como si estuviera buscando algo o más bien a alguien.
Sasha suspiró profundamente y se alegró por su rápida decisión, si no se preguntó qué hubiera pasado esta vez y no olvida que le dijo a Michael que iría al Blues, imagina cómo hubiera sido la situación si la hubieran encontrado borracha en un pub y con ese hombre haciendo lo que quisiera con ella. Suspiró en su auto y apoyó la cabeza en el asiento. Todavía no tiene ganas de irse a casa porque no puede soportar ver a Michael en este momento y tampoco quiere ir al Blues. Por el espejo retrovisor, vio un auto n***o estacionado al otro lado de la calle y suspiró y sacudió la cabeza con frustración.
Supongo que tenía razón, después de todo era Fish. Su teléfono comenzó a sonar nuevamente y supo que sería una de las chicas y suspiró, preguntándose qué decirles, pero cuando trajo su teléfono, se sorprendió al ver que Michael era el que estaba llamando y supuso que Fish se lo habría dicho a él que ella no estaba en Blues. Ella respiró hondo y respondió a la llamada -¿sí?-
-¿Dónde estás?- preguntó Michael.
Sasha cerró los ojos y una lágrima se deslizó por su mejilla -Estoy en mi auto-.
-¿Donde?-
-En un pub-.
Ella lo escuchó lanzar un suspiro -dijiste que irías al Blues- dijo en voz baja.
-Lo estaba, pero luego cambié de opinión-.
-¿Por qué?- preguntó.
Porque alguien envió a su guardaespaldas a acecharme a pesar de decirme que fuera a divertirme, ansiaba decir, pero al final dijo: -nada, ya no estaba de humor para el club ruidoso-.
-Siempre hay una pelea en ese pub- dijo Michael y Sasha quería reír. Podía recordar que no le dijo el pub en el que estaba, entonces, ¿cómo supo él siquiera advertirle sobre las peleas? -Ven a casa-
-¿Por qué debería?- preguntó antes de que pudiera detenerse.
Lo escuchó suspirar de nuevo y casi pudo escuchar su vacilación -ven a casa Sasha, por favor-, susurró -te estamos esperando-.
El típico Michael, que siempre usa a sus hijos para chantajearla, no tiene dudas de que él sabe que ella sabía que él envió a Fish, y ahora está tratando de llevarla a casa, por temor a que intente escapar. Las obras hidráulicas ya habían comenzado y ella resopló, incapaz de contenerse más.
-Por favor, Sasha- suplicó Michael -ven a casa-.
Sasha olió una vez más y colgó, limpiándose las lágrimas, arrancó el auto y dio marcha atrás en la calle, luego condujo de regreso a casa. Mientras conducía hacia la puerta, vio a Michael parado en el porche, se detuvo con las luces delanteras en él, se veía vulnerable y odia cómo se siente su corazón al verlo así cuando en verdad es él quien está tensando las cosas entre ellos. No trató de desviar la mirada de las luces y al final, ella se sintió mal por él y la bajó, luego condujo y estacionó frente a él. Con un suspiro, apagó el motor y agarró su bolso.
Salió del auto y lo rodeó hasta el porche, tenía la intención de pasar junto a él, pero él la agarró de la muñeca y la detuvo. -Te amo, Sasha- dijo.
Sasha gruñó suavemente y, sin mirarlo, preguntó: -¿y tú?-
-Con todo mi corazón.-
-Eso dices tú- respondió ella y él soltó su mano, ella no sabe si estaba en estado de shock pero no le importaba, más bien entró a la casa, preguntándose cuándo finalmente todo terminará. .
***
Cuatro días después, Sasha estacionó frente a la mansión de sus padres, fue un regalo de Michael hace dos años por su aniversario. Todavía podía recordar cómo su madre gritó como una colegiala el día que les entregaron las llaves. Había sido muy difícil ocultarle el secreto, pero se premió por intentarlo a pesar de las molestias de su madre. '¿Qué me van a regalar Michael y tú para mi aniversario?', siempre preguntaba y siempre respondía: 'No sé mamá, ese día lo verás'.
Salió del auto y entró a la casa, vio a su madre siendo la buena ama de casa que es, dando órdenes a las sirvientas para que las cumplieran. Sabía que su madre siempre había admirado a Vanessa y siempre pretendía ser como ella. También había notado algo reciente, había comenzado a vestirse como Vanessa y siempre trataba de comportarse como la mujer, incluso ahora habla en voz baja solo para sonar tan elegante como Vanessa. Sasha le había dicho varias veces que no necesita copiar a su co-suegra, pero nunca escucha. Ha ido hace un año diciéndole que ahora también vive en una mansión, que vería que puede llevar su casa como Vanessa.
Ella había ido entonces y tenía tres enormes retratos de ella, su padre y ella y los colgó en la sala de estar al igual que había un retrato de Joseph, Vanessa y Michael en la Villa Brown. Había pensado que su madre estaba haciendo demasiado y trató de disuadirla, pero como siempre, cayó en oídos sordos.
Ahora, al ver cómo movía la mano con estilo como Vanessa, tuvo que contenerse para no poner los ojos en blanco, cualquiera que la vea sabrá que lo está forzando. -¿Puedes detener eso?-
Angélica miró hacia la puerta y, al verla, la llamó en voz baja como lo haría Vanessa: -Sasha, viniste-.
Sasha puso los ojos en blanco -tu actitud casi me hace olvidar por qué vine en primer lugar-.
-¿Qué quieres decir?- ella siguió hablando lentamente, actuando como Vanessa.
-Mamá, siempre has hablado rápido, hablar así me hace pensar que eres una babosa-.
-Oye- llamó Angélica con su voz normal -¿qué diablos quieres decir?-
-Bien- Sasha sonrió burlonamente -en caso de que lo sepas, nunca escuché a Vanessa decir infierno-.
-No lo hice, solo estaba…-
-Mamá, por favor, detente-.
-Bien- suspiró Angélica -¿qué te trae por aquí de todos modos?-
-¿Ya no soy bienvenida?-
Angélica puso los ojos en blanco -ven aquí- palmeó el sofá en el que estaba sentada y Sasha se unió a ella -¿está todo bien?-
-Sí, tenía un rato libre en la oficina y decidí venir a verte. ¿Estás bien?-
-Por supuesto que lo estoy, estoy viviendo bien- se rió entre dientes.
Sasha asintió con una suave sonrisa -eso es bueno. ¿Dónde está papa?-
-En el trabajo, obviamente. ¿Cómo está Michael?-
-Él está bien- ella asintió pero con un tono triste en su voz que Angélica no notó y Sasha no sabía si debería estar feliz o triste por eso.
-Estaba a punto de almorzar, puedes acompañarme- invitó Angélica y se puso de pie.
-Gracias- respondió Sasha y se puso de pie para seguirla, pero sus ojos miraron la televisión y frunció el ceño al leer el titular. No podía creer lo que estaba viendo mientras estaba perdida mirando la foto en la pantalla.
-¿Sasha?- Angélica llamó.
-Mamá, lo siento, pero tengo que irme-.
-Pero acabas de llegar-.
-Lo sé, vendré a verte en otro momento, ¿de acuerdo?- besó su mejilla y salió de la casa.
-Sasha- llamó Angélica, pero ya estaba afuera para escucharla. Ella frunció el ceño y miró la televisión solo para que ella también se sorprendiera.