Especial de Halloween

1594 Words
Acomodo la diadema en mi cabello mirando el moño rojo que está en esta, me veo adorable. Miro el vestido corto como de Blanca nieves y sonrió, perfecto, miro el labial rojo que me puse y el leve maquillaje antes de dar la vuelta.   Sonrió cuando mi hermoso príncipe está en la puerta, camino a él con rapidez y lo beso con intensidad recibiendo una nalgada de su parte. Niego alejándome de él, viendo el labial ahora sobre él. Rió y limpio sus labios, y alrededor de ellos.   — Mi hermosa Blanca nieves a despertado de su sueño profundo —. Niego mientras me miro en el espejo, sube mi falda y jadeo por las nalgadas que recibo.   — Hay personas en la casa —. Entrecierro mis ojos. — Amor eso será hasta que todos estén fuera de sí, ¿cierto? —. Asiente con su rostro serio, beso su mejilla dejando la marca de mis labios y sonrió.   — Haré lo que mi hermosa esposa diga —.   — Solo por el sexo —. Niega, agarra mi mano y entrelaza nuestro dedos mientras salimos de nuestra recamara.   — Yo a ti solo te hago el amor, princesa —. Recargo mi cabeza en su hombro. — Tus piernas son más largas con esos tacones y eso solo me pone… —.   — Shhh —.   Llegamos a la parte de abajo donde hay demasiadas personas que no he invitado, solo las chicas enloquecieron y invitaron a personas que ellas querían aunque no conocieran. Se lleno la casa y algunos cuartos por que estoy viendo cómo algunas personas entran a los cuartos que nadie usa en la casa.   Niego tan solo por eso, apenas comenzó la fiesta y hay mucho ebrios, frunzo mis labios cuando miro a mis amigas colgadas de los brazos de personas que ni conoce, estaría todo bien si conociera al menos la forma de ser de la persona.   Matthew agarra mi rostro y besó mi frente, lo miro con una pequeña sonrisa olvidándome de mis amigas, como siempre que lo veo.   — Deja de pensar en esas cosas, hay que disfrutar una fiesta, beber y acostarnos al último —. Niego levemente, observa mis labios en un puchero y besa mis labios con intensidad. — Vamos a disfrutar ¿si? —.   Asiento.   ___   Con una pequeña sonrisa traviesa movía mi trasero sobre la erección de Matthew provocando más su enojo mientras bailaba junto a él, tomé de mi trago y tire el vaso mientras era volteada por él.   Paso mis manos por su cuello y las juntó alrededor de este, junte nuestras frentes siguiendo la canción lenta que se acaba de poner, me roba un beso y rió mirándolo a los ojos.   — Desde cuándo eres tan cariñoso —. Ladeo mi rostro sabiendo que en este momento soy lo más tierna del mundo ante sus ojos por como estoy vestida.   — Desde el momento en que te volviste una distracción perfecta, eres tan perfecta que nunca puedo pensar en otra cosa que no sea tu hermoso rostro —. Me sonrojo.   Lo beso con ese amor que siempre le he transmitido y que ahora él también me transmite sin esfuerzo, sea vuelto menos frío al mostrar sus sentimientos conmigo y es algo que me gusta  siempre. Es alguien nuevo cada día.   Escucho el sonido de las campanas y sonrió, la medianoche había llegado. La música se cambio a una más movida y agarre sus manos llevándolo lejos de la multitud que a cada segundo enloquecía más, el frío que hacia afuera era demasiado y solo Matthew me abrazaba con seriedad.   — Te enfermaras —. Niego. Acaricia mi rostro con suavidad y me sonrojo por completo. — Tu hermosas pecas siempre resaltan en tus sonrojos —.  Entramos a la casa donde solo hay poca gente que no es demasiado alocada, y unos que otros que están casi comiéndose en las esquinas.   Siento la molestia de los tacones que tanto soporte en este día, me los quito en segundos con la mirada atenta de Matthew y me carga con rapidez sacándome una risa logrando llamar la tensión de otras personas. Apoyo mi rostro en su pecho escuchando el sonido de su corazón acelerado.   Sube las escaleras mientras que sus guardias bajan a los calenturientos del piso de arriba para que no hagan una estupidez, y son sus palabras.   — Mi dulce princesa —. Entramos al cuarto y cierra la puerta besándome con fuerza. — ¿Será mía hoy esta dulce manzana? —.   — Si, mi hermoso principe —.   Me deja en la cama poniéndose encima de mío, lo miro a los ojos con intensidad y lo beso, una capa de lujuria cubre sus ojos dejándome sin aliento al verlos más brillosos, gira dejándome encima suyo y bajo mis labios por su mejilla para dejar miles de mis huellas en su cuerpo.   Ríe al saber lo que hago, se quita la capa y la camisa de seda que lleva puesta para dejarme esparcir mis labios por su cuerpo, mis ojos no lo dejan de mirar mientras beso cada pectoral y tatuaje, hasta algunas marcas que tiene y regreso a sus labios.   Nos miramos por algunos segundos y asiento lentamente, me deja de nuevo en la cama y agarra mis manos poniéndolas sobre mi cabeza, rasgó la blusa que tengo puesta dejando a vista el conjunto que llevo puesto, rojo y con encaje como tanto le encanta verme, repasa mi abdomen con su mano libre erizando cada parte de mi piel. Observó esa mirada llena de oscuridad repasar cada marca en mi cuerpo que fueron hechas por mi pasado.   Las admira y repasa con ternura estremeciéndome, se deshace de mi falda en cuestión de segundos dejándome con solo el conjunto de ropa interior, comienza a besar cada parte de mi cuerpo, y muerde mis zonas sensibles haciéndome jadear. Mi respiración colapsa cuando su mano pasa por debajo del conjunto y toca mi punto de nervios.   Arqueo mi espalda al sentir sus labios bajar hacia esa zona, lo miro por cortos segundos antes de cerrar mis ojos cuando su lengua hace de las suyas, gimoteo sintiendo esas fuertes sensaciones comenzando a recorrer mi cuerpo.   Gimo cuando llegó a un rápido orgasmo sin que el se detenga mientras convulsionó por el fuerte orgasmo, gimo su nombre provocando que sus dedos se hundan en mi húmedo interior logrando que llegue a mi segundo orgasmo.   — Matthew. Ah. —. Escucho su gruñido antes de sentir sus labios sobre los míos mientras me besa, sigo temblando por los fuertes espasmos que aún recorren mi cuerpo y lo miro a los ojos.   Se deshace de su pantalón dejando su notable erección a la vista de mis ojos quedando con más ganas, lamo mis labios ante su mirada y se pone encima mío nuevamente. Observó su desesperación y lo beso mientras bajo mis manos por sus pectorales hasta bajar por el elástico de su ropa interior.   — Ah. Sí. —.   Lo agarró entre mi mano escuchando su gruñido, sonrió bajando mis labios por su cuello mordiendolo levemente, vuelve agarrar mis manos dejándolas arriba de mi cabeza, enrollo mis piernas en su cintura atenta a su mirada oscura que tanto me gusta ver.   Repaso su rostro con mis ojos sin perderme de nada y observó su n***o cabello caer por su frente, al igual que el frío sudor en su frente,  pasa su glande por mi entrada y gimo, sigue pasándolo repetidas veces con lentitud torturándome cada vez más.   Besa mis labios y entra en mi húmedo interior robándome la respiración nuevamente, comienza a torturarme con suaves embestidas mientras se acomoda de mejor manera entre mis piernas. Las retira de su cintura mientras me mira, cierro mis ojos cuando aumenta las embestidas y gimo su nombre inconscientemente.   — ¿Más? —.   Asiento, escuchando sus jadeos que no dejan de escucharse junto a los míos.   — Sí. Sí. Más rápido, más rápido… — . Me besa callando mis gemidos, en cada segundo aumenta de embestidas sin dejar que mi cuerpo se inmute por los repetidos orgasmos en mi cuerpo. Me volteó dejándome respirar por unos segundos, mis piernas aún tiemblan mientras me pone firmemente en cuatro, recargo mi rostro sintiéndome en una fina nube de placer cuando se entierra en mi interior.   Gimoteo por las fuertes embestidas que da mientras nalguea mis posaderas, siento como su m*****o palpita en mi interior al igual que como en mi interior se acumulan todas las sensaciones.   Da una última y fuerte embestida, y cierro mis ojos sintiendo como termina dentro de mí.   Giro mi rostro hacia la ventana mirando como amanece. Siento como me cubre con una manta, mientras se recuesta a mi lado. Me apega a él y besó mi frente.   — Soy todo un semental —. Niego besando su pecho, respiro aún entrecortadamente sintiendo aún los espasmos en mi cuerpo.   — Pero eres solo mío —. Me mira con una pequeña sonrisa y me quita la diadema.   — No puedo creer que con esto te veas tan jodidamente tierna —. La avienta hacia algún lugar antes de besarme con lentitud.   — Te amo tanto mi princesa —.   — Solo me has dicho princesa ayer que fue Halloween —. Niega.   — En mis pensamientos y sueños siempre eres mi princesa, no solo en Halloween —. Besa mis labios.   — Yo también te amo, bobo —. Rió mirando su seria mirada por el sobrenombre y lo beso.
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